36."¿Daniela?"

1.3K 77 3
                                    

Narra James:

Me encontraba en el entrenamiento y todo iba bien, por el momento, me sentía un poco más tranquilo y relajado, se notaba el mejor desenvolvimiento que tenía en la cancha, nada a comparación con mi actividad en el anterior.

Terminó el entrenamiento y como es de costumbre fuí a ducharme y al salir tomé mis cosas para retirarme. En todo el entrenamiento Carlo intentó acercarse a mí y no lograba hacerlo, no encontraba el momento, y seguramente lo haría ahora que me encuentro sólo y siendo sincero no quiero hablar con él, sé a dónde irá la charla y por el momento no quiero hablar del tema.

Caminaba apresurado por el pasillo con el plan de evitar a Carlo a toda costa, no tenía ganas de hablar de mis problemas, no quería siquiera recordarlos. Afortunadamente corrí con suerte y no logré toparmelo en el camino.

Salí de las instalaciones del club tranquilamente, subí a mi mercedes negro y lo puse en marcha para irme de ahí lo más pronto posible.

El móvil comenzó a sonar e irresponsablemente lo tomé mientras manejaba, de reojo ví que era Cristiano y contesté en altavoz.

-¿Hola?

-Te fuiste como centella hermano-mencionó Cristiano entre risas.

-Me escapé de las garras de Carlo-articulé y Cristiano calmó su risa para hablar.

-Me dí cuenta, nos preguntó a medio equipo por tí.

-No estoy para interrogatorios, no ahora-dije sin dejar de ver el camino.

-Le hubieras dicho, Carletto lo hubiera entendido.

-Demasiado tarde, ya estoy en medio camino. Igual seguro mañana no me escapo de él-dije y Cristiano volvió a reír.

-Tenlo por seguro que no, mientras no hable contigo no te quitará el dedo del...

-Cristiano...-interrumpí tratando de sosegar sus ocurrencias.
-¡Del renglón, iba a decir renglón!-replicó y yo no pude evitar reír.

-Claro, como si no te conociera-dije aún riendo-Bueno, te dejo, hablamos más tarde.

-Vale, no atropelles a alguien, adiós-bromeó para después colgar.

Llegué a casa y comenzé a observar todo el lugar como si fuese extraño para mí, pero lo extraño no era el lugar sino el silencio y la soledad que se hospedaba en él. Quizás debería acostumbrarme a esto rápido, porque este vacío seguro no se llenará pronto.
Narra Gemma:

La noche ya cobijaba la ciudad de Madrid y un cálido viento soplaba en el exterior, lo supe al momento de haber sálido para enterrar a mi gato.

Ahora me encontraba frente a un espejo arreglándome para salir, esta noche volvería al bar y no quería pasar desapercibida.

Lucía un vestido entallado en color rojo y con manga larga acompañado de unos zapatos altos color negro, mi castaño cabello caía en suaves ondas por mi espalda y un poco de maquillaje y unos labios rojos adornaban mi rostro.

Tomé mi bolso con mi móvil, salí del departamento y llamé a un taxi con rumbo al bar.

El camino se hacia largo y las ansias acompañadas de nerviosismo hacían el viaje aún más estrecho. A mi mente se vino la idea de detener el taxi y regresarme a casa pero no podía, ya estaba a medio camino y no dejaría que el miedo me detuviera.

En minutos el taxi se detuvo y ya estaba afuera del bar, mi mano se encontraba en el manubrio de la puerta, temblaba y estaba insegura de salir del coche, pero me armé de valor y lo hice.

Al estar frente a la entrada tomé una bocanada de aire para después entrar al lugar y poder sentir algunas miradas sobre mí. Me dediqué a buscar a Marc, hasta que lo encontré y al verme su rostro se tornó asombrado, lo único que hice fué esbozar una extensa sonrisa y acercarme sigilosamente a él.

-¿Estoy alucinando?-me preguntó Marc de forma incrédula al verme frente a él.

-No, no estás alucinando Marc... Aquí estoy-afirmé para luego abrazarlo.

-¿Pero qué haces aquí? ¿Cómo te atreves a exponerte de esta manera?-cuestionó Marc, preocupado.

-No me expongo a nada, además, no pasaré toda mi vida encerrada y escondiéndome de la gente-dije, muy segura de lo que hacía y hasta el momento, sin miedo.

-Vale, de igual forma me alegro mucho que hayas vuelto-musitó regalándome una sonrisa.

-No más que yo a tí, además, extraño demasiado subirme a ese escenario-mencioné al ver el escenario tan sólo iluminado por un reflector en su centro.

-¿Y qué esperas?-preguntó Marc incitándome a subir a ese escenario y cantar, no me dijo dos veces para que le tomara la palabra.

Lo miré cómo se mira a un cómplice y con una sonrisa torcida respondí a su propuesta.

Caminé hacia el escenario, subí y tomé el micrófono en mis manos, no dije nada, sólo tomé prestada la guitarra de Marc y comenzé a tocarla al sonido de 'The Climb'.

Hace tiempo que no lo hacía, hace semanas que mi garganta no armonizaba el cantar y ahora que lo estaba haciendo se sentía de maravilla, la canción y el momento era perfecto, todo estaba bien, me sentía estupénda.

Terminé de cantar y las personas no dudaron en aplaudir, yo sólo agradecí haciendo reverencia hacía ellos con una sonrisa en mi rostro. Bajé del escenario y me acerqué a Marc que ya me esperaba sonriente y gustoso de haberme visto cantar nuevamente.

-Ya extrañaba escuchar tu voz-musitó mientras sostenía mis pequeñas manos en las suyas.

-Y yo el estar aquí y volver a cantar...-mencioné-Bueno, quiero ir un momento a mi camerino, ya vuelvo.

-Claro, anda-asintió Marc y me retiré.

Entré al camerino y ví que todo seguía igual a la última vez que estuve aquí, el lugar estaba intacto.

Miré hacia mi tocador y me acerqué al ver un joyero de color blanco y detalles dorados que se encontraba encima de él. Lo tomé entre mis manos y me dirigí al pequeño sofá rojo para tomar asiento. Al abrirlo me encontré un par de aretes que hace tiempo no encontraba, pero lo que más llamó mi atención fué el collar con un dije en forma de llave que James me obsequió como símbolo de un amor utópico que sin más, se desvaneció en el viento.
"Esta llave es la que me permitirá abrir tu corazón..."

Recordé aquellas palabras como si fuera la más bella cita que hubiese leído en mi libro favorito, hacían llenarme de nostalgia y sentí mi corazón empobrecer con el recuerdo.

El sonido de un golpe proveniente de la puerta me incitó a salir de mis pensamientos, guardé el collar en mi bolso y me levanté de el sofá para ver quién era y cuando abrí la puerta me sorprendí al ver quién se encontraba detrás de ella.

-¿Daniela?

----------
Hi?
Pues bien dicen que es mejor tarde que nunca y bueno yo sigo mucho ese dicho:'v
Espero que el capitulo les haya gustado y que me hayan extrañado:') bueh, noXD
Quedan pocos capítulos, por cierto:')
No olviden votar y comentar, y no las entretengo más.
¡Adiós!

Eres Casi El Hombre Perfecto|James Rodríguez|Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora