31."Desafortunado entrenamiento"

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Desperté después de una larga noche de insomnio, sentía mi cuerpo débil y adolorido como si fuese sido aplastado por una piedra enorme.

A muy duras penas me levanté de la cama para ir a darme una ducha, me desvestí y entré a la regadera con la idea de que el agua tibia me tranquilizara. Estuve ahí por varios minutos y las palabras del whatsapp de James golpeaban más y más a mi cabeza haciendo un enorme nudo dentro de ella.

Hace apenas unas semanas me dijo que lo nuestro debía llegar a su fin y que volver conmigo no estaba en sus planes, aún recuerdo la frialdad y apatía de sus palabras, era imposible olvidadar aquella tarde en la que mi alma fué desgarrada de mis adentros por la mano cruel de su adiós, es por eso que aún no comprendía el porqué de su mensaje. Seguramente tuvo un remordimiento que le hizo recapacitar o simplemente quería calmar un poco su culpa... No sé, pienso que no debería confiar mucho en las palabras de James y mucho menos dejar a mi corazón que ceda tan fácilmente a una ilusión.

Después de varios minutos de pensar bajo la regadera sin llegar a ninguna conclusión salí aún sintiendo mi cuerpo desvoronarse. Tomé unos pants y una blusa de mi closet para vestirme, el hecho de no poder salir de casa me quitaba todas las ganas de arreglarme.

Depronto, escuché sonar mi celular y lo tomé percatándome de que era Daniela, por obvias razones no contesté. Desde que deje de tener contacto con ella no ha parado de llamar y mandar mensajes y más aún que está enterada de la relación que tuve con su marido, gracias al cielo no sabe dónde vivo.

No podía hablar con ella, no tenía las ganas ni la cara de hacerlo y mucho menos el valor, no sabría que decirle, seguramente me congelaría frente a ella y por la poca integridad que me quedaba no debía hacerlo, no por ahora. Arrojé el celular a la cama tratando de alejar los problemas con él.

Me tiré en la cama y comenzé a masajear mi cráneo, me estaba matando el cansancio y el dolor de cabeza por igual, todo esto a consecuencia del insomnio. Escuché el timbre y sentí como el sonido palpaba por mi cabeza de manera lenta y dolorosa a la vez.

Me levanté de la cama y me dirigí a abrir la puerta.

-Angie-musité desganada y con una mano en la cabeza.

-¿Te encuentras bien Gemma?-preguntó mientras cerraba la puerta.

-No-contesté-Anoche no dormí nada y ahora estoy sintiendo los estragos del insomnio.

-Te estás matando de pensar en problemas y problemas-dijo sentándose a mi lado.

-Es que no puedo tirarlos al aire, no puedo-articulé con frustración en mi voz.

-Bueno ya, basta. No quiero que te vayas a poner mal, mejor almorcemos ¿Ok?

-Ok-asentí-¿Qué traes ahí?-pregunté, apuntando la bolsa de papel que se encontraba en la mesa.

-Traje unos sandwiches de subway y un par de licuados ¿Gustas?-preguntó Angie con su muy tentadora propuesta.

-Claro-musité esbozando una sonrisa.

Comenzamos a desayunar mientras platicabamos y por más que hiciera el intento de no meter a James en la conversación, no pude, aún había algo que contarle a Angie.

-Angie-articulé mirando mi comida.

-¿Qué sucede?-preguntó mientras masticaba un bocado de sandwich en su boca.

-Ayer recibí un whatsapp de James-logré decir captando la atención de los amielados ojos de Angie.

-¿Qué?-mencionó sorprendida y casi ahogandose con la comida-¿Y qué te dijo?

-Vale, te mostraré los mensajes.

Saqué el móvil del bolso de mi pants, lo desbloqueé y comenzé a mostrarle a Angie la convesación de dos mensajes entre James y yo. Hasta ahora no ha visto mi whatsapp y por lo que ví en su chat nisiquiera se ha conectado, un respiro de alivio para mí.

-¿Es todo?-preguntó.

-Sí-acentí-Pensé en no contestarle, pero yo no soy cómo él.

-Claro, y dime ¿A dónde te ha llevado tu bondad?-preguntó Angie irónicamente.

-Tal vez a ningún lado, pero tienes razón. Tal vez debí haberlo ignorado, no hacer caso miso a su mensaje golpeando más su dolor y la desdicha en la que se encuentra ahora-pausé un momento y tomé una bocanada de aire para luego seguir-Pero no puedo.

-Y él sí, él sí puede ser cruel contigo, cómo lo fué la última vez, hace unas semanas ¿Recuerdas? ¿O ya se te olvidó?

-¡No, no lo he olvidado!-repliqué levantandome del comedor, molesta-¡Pero tampoco es para que me lo recuerdes a cada momento!

-No es eso, es sólo que...-Angie suspiró frustrada y frotando su rostro. Se levantó y fué a donde yo estaba-Vale, discúlpame, no debí haber tocado ese tema.

-Ya, no tiene caso. No te preocupes-musité más tranquila y Angie me estrechó en sus brazos.

Narra James:

Entrenaba en el club con mis demás compañeros, trotaba alrededor del campo como los demás, rutina de calentamiento que nos ponía Carlo siempre antes de comenzar con el arduo entrenamiento.

Al terminar con el calentamiento Ancelotti comenzó a darnos las indicaciones de lo que debíamos hacer: 5 series de 15 lagartijas, 5 de 20 abdominales, carrera de relevos y para finalizar una cascarita con el equipo (la forma de cerrar el entrenamiento).

Las dos primeras dinámicas las hice casi sin ningún problema y es que en tan poco tiempo ya me sentía como si hubiese corrido un maratón de 10 kilómetros, eso que aún no llegaba ni a la mitad del entrenamiento.

A consecuencia del insomnio y de no traer ni un solo bocado en el estómago comenzaba a sentirme débil y cansado, sentía que no daba para más.

-James, ¿Te encuentras bien?-preguntó Javier al ver que dejé de correr en el campo.

-Sí-acentí mientras apoyaba ambas manos en mis rodillas-Es un poco de cansancio, es todo.

La verdad es que no, estaba demasiado agitado y a muy duras penas podía sostenerme.

-¿Estás seguro?-insistió a lo cuál volví a asentir.

-Sí Javo, no te preocupes-respondí con una cálida sonrisa en mi rostro.

Depronto comenzé a jadear a falta de aire cómo si mis pulmones se fuesen haciendo pequeños y sentí como mis piernas se debilitaban al igual que todo mi cuerpo hasta que sostenerme me fue ya más difícil e imposible y me desvanecí en un instante desconectándome por completo del exterior.

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¡Hola! Les dejo este capítulo, prometo mejorar y hacer algo más emocionante al siguiente ¿Ok?

¿Adivinen quién ya va a jugar el domingo? ¡Sí, nuestro James! (porque es nuestro, ¿No?) bueh, brinquen y shoren de felicidad conmigo ploz:')

Me despido, no olviden votar y comentar, saben que amo todos y cada uno de sus comentarios, enserio, amo leerlos y contestarlos:3 Y por último, cambié la portada (si, otra vezXD) pero es que no pude evitarlo, mirenla es beshisima*---* (créditos de la portada en la descripción)

Y eso es todo, nos leemos la próxima semana, las quiero, adiosh:3

Eres Casi El Hombre Perfecto|James Rodríguez|Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora