29."Se escapó de nuestras manos"

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Al igual que otros días me encontraba sola en mi casa, un clima frío y el silencio que me rodeaba estaba perfecto para leer un libro acompañado de una taza de chocolate caliente. Cualquier cosa era mejor que salir a la calle, la verdad no sé cuando vuelva al exterior y respirar el aire de la ciudad, después de lo que pasó ayer tengo temor de que alguna otra chica me vuelva a atacar y el daño pueda ser más severo; es mejor prevenir.

Tocaron la puerta y maldije por lo bajo a quién interrumpió mi lectura, no me quedó más que levantarme y abrir la puerta.

-Angie-articulé al abrir la puerta y ver entrar a mi amiga con cierta inquietud-¿Pero que rayos te pasa?

-Mira esto-dijo extendiendo sus manos entregándome una revista, la tomé y al ver el encabezado poco me faltó para un infarto.

-No puede ser-mascullé poniendo una mano en mi boca, tratando de ahogar el grito de mi angustia.

"¡En exclusiva! Les presentamos a la "querida" del futbolista James Rodríguez."

El estúpido cabezado venía acompañado de fotos de James y yo saliendo del bar y otras en donde vamos entrando al edificio, las fotos eran de hace unas semanas, podía recordarlo por la vestimenta de ambos.

Comenzé a hojear la dichosa revista y aparecían también fotografías mías sacadas de mis redes sociales. Hablaba algunas cosas de mí: edad, dónde trabajo, y hasta describía mi físico y en lo que, según ellos, James se fijó de mí, vaya que todo era ridículo y patético.

Cerré la revista con un coraje desmedido y la tiré al suelo con furia, no podía más, mi vida ya estaba suficientemente arruinada cómo para que la jodieran más.

-¿Porqué?, ¿Porqué me tiene que pasar a mí?-preguntaba con desesperación, frustrada y sollozando. Claro, la única respuesta de esto son mis malos actos.

Angie se acercó a mí para estrecharme en sus brazos al ver que comenzaba a romperme en llanto y me privé totalmente en el abrazo.

Narra James:

El entrenamiento había terminado y antes de salir acomodaba algunas cosas en mi maleta.

-¿Listo Rodríguez?-se acercó Isco palmeando mi espalda.

-Claro-respondí esbozando una sonrisa.

Para luego Cristiano apareció soltando un gancho en mi costado derecho, el tipo creía que era un costal de boxeo.

-¡Oye!-exclamé un poco ahogado.

-Oh disculpa, se me olvida que no eres un costal de papas-se disculpó con un tono de voz irreverente.

-Cómo sea-reí-Me voy.

-Yo igual, acompañémonos al estacionamiento.

-Esta bien-respondí con una sonrisa.

Salí del estadio en compañía de Cristiano, Marcelo y Coentrão. Al llegar al estacionamiento nos despedimos y cada quien se dirigió a sus respectivos coches.

Apenas caminé unos centímetros solo cuando depronto una ola de reporteros, cámaras y flashes ya estaban encima de mí haciendo un sin fin de interrogaciones, "¿Es verdad que tienes una amante?" esa pregunta rondaba por la boca de todos los periodistas, estaba aterrado y abrumado. En ese momento no pensé en nada más que la tormenta que se avecinaba, una tormenta que arrasaría con todo lo que se encontrara a su paso.

Ignoré cada palabra de los reporteros y aceleré el paso para llegar a mi coche y entrar como pude, los reporteros se abalanzaban al coche y con dificultad salí del lugar intentando no atropellar a nadie.

Manejaba sin rumbo fijo por la carretera, no podía llegar a casa, seguramente Daniela ya está enterada de esto y sinceramente no sabría que decirle, no tengo explicación alguna para darle, nunca me preparé para este momento porque creí que nunca pasaría; yo creí tener todo bajo control, dejé a Gemma con todo el dolor que mi corazón pudiese sentir, pensé que no habría peor cosa que eso y me equivoqué.

Todo se salió de mis manos y ahora me estaba destruyendo, dejé ir a la mujer que amo y ahora mi carrera se irá a la basura ¡Dichosa vida!

Paré el coche en algún lugar de la ciudad, un lugar solo, sin nadie que estubiese encima de mí. Comenzé a gritar de la manera más desesperada y frustrante, con unas ganas inmensas de que mi existencia desapareciera de la faz de la tierra y así no causarle daño a nadie.

Pero, en mi momento de locura, sólo una persona se hizo presente en mi mente y sentí oprimir mi pecho por la angustia. Tomé el móvil en mis manos temblorosas y una bocanada grande de aire para así poder calmarme, abrí whatsapp y decidí mandarle un mensaje a Gemma, sé que con esto no lograré que me perdone, ni mucho menos, pero sentí la necesidad de decirle algo aunque fuera lo último que hiciera en mi vida.

"Gemma, no quiero ni imaginarme lo mal que la has de estar pasando, desearía que nada te hiciera daño pero desgraciadamente me crucé en tu camino siendo un prejuicio más en tu vida..."

Mandé el mensaje y las lágrimas ya no pudieron ceder, seguía temblando y el corazón latía acelerado por distintas razones. Enojo, dolor y sufrimiento era poco con todo lo que estaba sintiendo en ese momento, la llamarada de sentimientos que se manifestaban en mí terminarían haciendo polvo cada centímetro de mi ser, me encontraba en un estado de vulnerabilidad en el que todo, absolutamente todo me hace daño.

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¡Hola! Como cada semana vengo a dejarles un capítulo nuevo:3 Espero que les haya gustado y no olviden votar y comentar, saben que amooo infinitamente leer sus comentarios y si puedo los contesto;)

¿Listas para el clásico español? Yo sólo digo que gane el mejor (Barcelona obvioXD) ok, no quiero armar pedoXD Sólo quiero que juegue mi Chícharo a falta de Jamesito:3

Bueh, ya me despido, nos leemos la próxima semana, las quiero, nunca lo olviden ok? ¡Adiós!

Eres Casi El Hombre Perfecto|James Rodríguez|Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora