Capitulo 21: Vampiro.

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Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos (usualmente bajo la forma de sangre) para así mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes, el vampiro es una deidad demoníaca o un dios menor que forma parte del panteón siniestro en sus mitologías.

Martes.

Un chico de espaldas aparece frente a ella, no sabe quién puede ser, pero lo mira detenidamente. Él se da la vuelta y su mundo parece brillar, es él, su gran amor, la persona que no quiere soltar nunca. De repente una luz la ilumina desde el cielo y sabe que ya es su momento. Por fin, falta poco para descubrir su verdadera identidad.

— Angie, ya llegamos. —esa es la voz de Elián. Una mano agarra mi hombro y lo mueve un poco. Miro a Elián que me sonríe. — Vamos, hermana.

Me levanto sonriendo y me despido de Ned y de Sony. Los dos se ven tan despiertos.

— ¿Qué hora es? —pregunto a Ada mientras Elián ya está abriendo la puerta.

— Las diez de la mañana. —me contesta pasando su mano por mi hombro. — Hoy le diremos a tus padres del bebé.

— Genial. —contesté sin prestar atención. Sólo quería correr a dormir.

— ¿Cómo crees que van a reaccionar?

— Genial.

— ¿Estás escuchándome? —asentí. — No, no estas escuchándome.

Sacó su brazo y entré a mi casa. El olor a desodorante de ambiente me tapo la nariz. Jo y Margo se pusieron de pie al vernos. Margo corrió hasta Elián.

— Hola, papá. —dije sonriendo. Él asintió y caminé directo a las escaleras.

— ¿Por qué esa chica no va a su casa? —escuché decir a Margo. Me di la vuelta y la vi mirando a Ada y agarrando por la cintura a Elián.

— Es mi novia. —Elián se alejó de Margo y caminó hasta Ada. — Y vamos a ser padres.

Oh Dios mío, Elián. No era esa la manera de decirlo. Me encogí de hombros y subí las escaleras dispuesta a tirarme de cabeza en mi cama y dormir.

Después de dormir.

Abrí mis ojos y estiré mis manos sonriendo. Eso sí que es dormir.

Abajo estaban Margo y Jo abrazados. Margo llorando sin control.

— ¿Qué pasó? —pregunté caminando a la cocina. Abrí la heladera y saqué una porción de torta de chocolate. Mordí un pedazo y fui de nuevo al living. Margo seguía llorando. — ¿Qué ha pasado?

Volví a preguntar masticando lo que tenía en la boca.

— Hija… —dijo Jo serio. — Siéntate.

— ¿Mataron a mi hermano? —Jo negó. — ¿Margo le pegó a Ada?

— Ángeles. —puse los ojos en blanco y me senté mirándolos. — Tu hermano se fue.

— ¿A dónde? —busqué un pedazo de chocolate en mi torta. Sonreí al verlo tan escondido. Miré a Jo. — ¿A la casa de Ada?

— Tu hermano adelantó su viaje a la universidad.

— ¿Por qué? —metí el chocolate en mi boca, pero creo que quedó atorado en medio de mi garganta por la falta de trituración. — ¿Por qué Elián se fue de la casa?

Golpeé mi pecho y escuché al chocolate caer en mi estómago.

— Ha discutido con Margo. —asentí. — No sé muy bien porqué. Estaba todo bien y de repente empezaron a gritar, Ada se puso a llorar, Elián gritó más, subió, hizo sus bolsos y se fue.

Alma de ángel. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora