Capitulo 4: Ángel caido.

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En el cristianismo, un ángel caído es un ángel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra los mandatos de Dios.

Ángeles no obedece ni siquiera sus propios sentimientos, estoy segura que es un ángel caído.

¿Qué haces relatando por mí, Sonia?

Pues, nada. Yo estoy relatando en mi vida.

Lárgate.

Ángeles, no eres dueña de los relatos.

Que te largues.

Miércoles.

— No he vuelto a ver esa carpeta. —Margo pone delante mío huevos revueltos con pan y chocolate caliente.

— La he tirado. —miento y como un pedazo de pan. Cierro los ojos saboreando la harina que no ingería hace días. Abro los ojos. — ¿Por qué me miran?

Los tres niegan sonriendo.

— ¿Anoche saliste? —pregunta Elián sonriendo. Niego. — Pensé que sí.

Jo y Margo nos miran interrogantes.

— ¿Cómo está tu novia? —pregunto. Margo y Jo ahora miran a Elián. Él escupe el café en su taza.

— ¿Qué novia? —pregunta Jo.

— No sé de qué habla. —Me mira mal y enojado.

— ¿Me dijiste que pensaste que salí? ¿Por qué?

— No, quizás fue un sueño. —asiento sonriendo.

— Hijo, ¿Tienes novia? —niega. — Si tienes nos gustaría conocerla.

— ¡Que no! —se para agarrando la mochila y me mira. — Te espero afuera, An.

Termino el desayuno que hace tres días no probaba y Margo me mira alegre.

— Tenemos que ir a comer hoy, ¿Recuerdas?

Tradición familiar: Salir a comer todos los miércoles, sin falta. No digas alguna excusa o el infierno caerá sobre ti.

— Oh. —me paro en la puerta y los miro. — He quedado con unos amigos.

— Cancela. —Margo va levantando los platos y Jo me mira con tristeza. — Sabes que no puedes hacer planes  los miércoles.

— Mamá. —tiro la mochila y me acerco a ella.

— ¡Cancela! —grita mirándome mal.

— De acuerdo. —levanto las manos declarando la paz, como siempre, y camino. De pasada le doy un beso en la mejilla a Jo pidiéndole ayuda, pero niega.

— ¡Recuérdaselo a tu hermano, hijita! —grita Margo desde la cocina. Empiezo a pensar que es bipolar o empieza la menopausia.

Salgo encontrándome con Elián en la moto puesto el casco.

— Dice tu madre que no olvides que hoy comemos fuera.

— ¿Puedes cubrirme? —dice mirándome, aunque solo le veo los ojos. Niego. — Quedé en salir con Ada.

— Oye, ¿Hace cuánto sales con ella? —subo a la moto y me agarro a su campera.

— Dos meses.

— Lo entenderá.

Arranca y va más rápido de lo normal. Lo lamento, hermano, cuando te pones de novio debes aclarar que tu familia es anormal.

En geografía.

La profesora sigue llamado alumno por alumno para darle los temas de los trabajos para rendir la materia.

Alma de ángel. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora