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En el receso lo único que había hecho era contestar a las miles y millones de preguntas hechas por una de mis mejores amigas. Creo que se había creado un inventario en si cabeza y las estaba realizando en orden alfabético o por enumeración. La cara de estupefacción de mi novio y Sasha era todo un poeme, parecían sacado de un comerciar o simplemente de una teoría de Pitágoras cuando el profesor te está explicando.

—Wooo, ¿eso es todo?—

—Por el momento sí, si se me llega a ocurrir algo más no dudaré en mandarle—

Y eso que todavía Sasha no le había contado de ella y Gonzalo. Uff ahí si que armaría con toda teoría y la práctica.

Ingresamos a la última clase y mi cara de felicidad era enormemente grande, no porque era viernes, bueno en si si tenía un poco de que ver, sino porque hoy era el último día y ya el lunes que viene estaríamos en plenas vacaciones. Dos semanas completas sin libros que leer, sin profesores gruñones, maquetas, trabajo interminables y exámenes que nos dejaban agotado tanto física como mentalmente.

Hoy se podría decir que se respiraba un aire algo diferente en la preparatoria, un aire de libertad. Las sonrisas de todos los alumnos eran genuinas y de mucha felicidad y alegría como si nos estuvieramos despedido de escula. Si en estos momentos se sentía esa energía no me quería imaginar el día que verdaderamente no volieramos a pisar este edificio.

Las clases pasaron y por fin podíamos decir que ya nos encontrábamos oficialmente de vacaciones.

Estas semanas las disfrutaria al máximo, porque sabía perfectamente que al volver a la escula nos darían con toda la artillería pesada y más porque íbamos a comenzar el último trimestre.

Sali de la escula encontrandome con mis mejores amigas y mi novio, sonaba tan linda esa palabra saliéndo de mis labios, solo esperaba poder amarlo completamente y durar muchos años juntos, para cuando sea el caso de que llegen nuestros hijos o nietos le contaría la anécdota de como conocí a su padre o abuelo.

—Hay que festejar que salimos de vacaciones— grita emoconada Sasha.

—Uh yo apoyo esa moción— menciona Samantha chocando los 5 con nuestras amiga

—¿Entonces que esperamos muchachos?— ah festejar se a dicho

Jackson me toma de la mano y ese simpre gesto hace que mi pobre corazón comiece a latir desvocadamente. Ese toque pequeño pero especial hizo el momento mágico. Todavia no estaba preparada para pronunciar esa palabra de cuatro letras que terminaría por cambiar el mundo.

Cuando estabas por ingresar al vehículo, Un Samuel un tanto agitado se acerca hasta nosotros.

—Hola bro, ¿qué onda que haran?— pregunta un poco intrigado

—¿Donde es que íbamos?— nos pregunta a nosotros

—Al cafe Jjhonson, por unos batidos— habló esta vez yo

—¿Puedo ir con ustedes?—

Samantha fue la única que no pronunció palabra, cerrando y abriendo está para tratar de habler pero no puedo. La encargada de decidir era yo, y no sabía que escusa inventar para que no viera con nosotros ya que a Samanta se la veía muy incómoda, pero si le decía que no estaba impidiendo que nos demostrara que podía comportarse. Perdón amiga, pero necesito si Samuel puede cambiar un poco su personalidad austera y petulante.

—Claro sube—

Lo primero que sentí fue que un par de ojos azules y negros me ovbservaron con mucha incredulidad en si mirada.
Volvie disimuladamente hacía los asientos traceros encontrandome con la mirada de Sasha y Samantha, casi me asesinaban. Bueno en mi interior había pedido perdón

Jackson Mi eterna perdición #1  《COMPLETA 》✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora