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Al llegar a casa me recibió mi mamá, como ya era un poco tarde ella se encontraba en nuestro hogar.

—Hola hija—¿Como te fue?

—Hola má bien gracias—¿Y a vos con tu trabajo?

—Bastante agotador a pesar de ser domingo— Pero bueno no me queda de otra, tengo que trabajar.

Mi mamá era toda una luchadora, desde que supo que yo venía en camino se esforzó el doble para que a mi no me faltara nada. Y es hasta el dia de hoy que lo sigue haciendo a pesar de llegar a nuestro hogar más cansada de lo normal. Es por eso que yo decidí que una vez terminada la prepa iba a tratar de conseguir un buen trabajo para ayudarla en casa.

—¿Querés tomar un café?— Yo te lo preparo y de paso conversamos un poco.

—Gracias hija, yo te ayudo—

—No má, no te preocupes que yo puedo, tu descansa que ya bastante hiciste hoy en el hospital—

Me regala una sonrisa cansada asintiendo a lo que había pronunciado.

No faltaba mucho para terminar el día, así que mamá propuso de ir a su habitación a tomar el café y mirar un rato la televisión. Ya que mañana ambas teníamos que madrugar, yo para acudir al colegio y ella para su trabajo.

El cansancio me venció haciendo que no termina de mirar la película. Cuándo quise acordar mis ojos se cerraron mandándome al mundo de los sueños.

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A la mañana siguiente el despertador de mesa fue él que me levantó. Al parecer anoche terminé dormida en la cama de mi madre y mo en la mía. Segunda vez que despertaba en cama ajena, pero gracias a dios esta vez no era la de Jackson. Como iba a hacer para mirarlo a la cara sin avergonzarme.

Mamá se había ido temprano a su turno, pero me había dejado una nota diciendo lo que tenia para desayunar.

Mientras terminaba de comer revise mi celular respondiendo a los mensajes de la noche anterior.

Esta vez no tenía mucho ánimo para caminar hacia la escuela, entonces me decidí ir hasta la parada de autobús a esperar mi transporte, además de pasar los colección normales; también paraba el colectivo escolar, ya que había chicos que vivían cerca de aquí.

Jugué un rato con mi celular mientras que llegábamos a la preparatoria. Sasha y Samantha me mandaron un mensaje diciéndo que me esperarían en los pasillos hasta que yo llegara.

Agarre mis cosas y baje del autobús recibiendo el saludo mañanero del chófer.

El frío todavía no terminaba y algunas mañanas eran muy heladas, por eso siempre trataba de salir abrigada para no pescar un resfriado.

Camine entre los poco alumnos que se encontraban en la entrada de la escuela, ingresando a esta. Por lo menos adentro estaba bastante calentito gracias a los calefactores que nos proporcionan calor.

Me dirigí hacia mi casillero para poder sacar los libros de las clases de hoy. Mis amigas no se encontraban por ningún lado, capaz que se habían ido al salón.
Coloqué la combinación del casillero y lo abrí.

—Hola bella durmiente— susurrar a mi lado causando que pegue un salto en el lugar

—Hay Dios, casi me matas de un infarto—

—Perdón, no quise asustarte—

—¿Bella durmiente, ¿Otra vez con eso?—

—Es un apodo que elegí para ti, te queda perfecto—

Jackson Mi eterna perdición #1  《COMPLETA 》✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora