𝑴𝒚 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒃𝒊𝒈 𝒍𝒐𝒗𝒆.

Consecuencias.

Desperté en la enfermería de la escuela, era de noche, a mi lado estaba una camilla con Ron recostado sobre ella y en frente estaban las dos camillas de Ginny y Hermione.

«Demonios ¿Tan mal nos fue?» dije para mis adentros.

Me levanté de la cama intentando hacer el menor ruido posible, iba al baño y a buscar algo de comer, pero la voz de Ron me puso los pelos de punta y no me dejó avanzar.

—Deberías volver a tu cama, Pomfey no tarda.

—Tengo que ir al baño. — Respondí y seguí caminando, en cuanto cerré la puerta del baño me recosté sobre ella y me deslice hasta caer al piso, recordé todo lo que había pasado en el ministerio, Ron ya sabía lo de mi padre, lo de el señor tenebroso, la cena en la casa de los Malfoy. Ron ya lo sabía todo.

Tendría que buscar el modo de hablar con él y explicarle lo que realmente había pasado, no esperaba que me perdonaría y quisiera seguir conmigo como si nada hubiera pasado, pero aunque sea tendría que escucharme.

Me levanté del suelo, me lavé la cara y volví a salir. Mire hacia la cama de Ron y allí estaba él recostado, la poca luz no me dejaba ver si seguía despierto o ya se había dormido.

—¿Sigues despierto? —pregunté, pero no obtuve respuesta, me dirigí a mi cama y cuando estaba por acostarme sobre ella, él habló.

—Sí. ¿Qué quieres?

—...¿Cuánto llevamos en enfermería?

—Unas horas.

—Ya. ¿A ti qué te pasó? ¿Estás bien? —pregunté y tuve miedo que quizá esta vez ya no respondiera, pero lo hizo.

—Estoy bien.

Me quedé callada por unos segundos, no sabía si era correcto seguir hablando pero es que no podía aceptar perderlo.

—¿Ron?

—¿Qué? —respondió toscamente.

—¿Podemos hablar? —Mierda, el corazón me estaba latiendo muy rápido.

—No hay nada de qué hablar, Josephine.

—Ron, las cosas no son como él te las contó, sólo escúchame ¿Sí?

—Escucha tú. —dijo y se sentó sobre su cama. —Tus explicaciones no van a arreglar nada, me has mentido siempre, nos traicionaste, y seguramente tampoco eras sincera cuando dijiste que me amabas.

—No dudes de eso. Te amo, y siempre ha sido así.

—Quien ama no hace lo que tú hiciste. —dijo bruscamente. — Pero eso ya no importa, esto que teníamos ya terminó, tú te encargaste de ello.

—¿Así de fácil?

—¿Crees que es fácil para mí? Josephine, te amo. Y que ahora me estés rompiendo el corazón no cambia eso; pero tengo la fe en que sí termino con esto ahora, en unos meses dejará de doler tanto, podré seguir con mi vida muy lejos de ti, y tal vez así evite que me sigas haciendo daño, a mí y a mis amigos.

—¿Enserio crees que les haría algún daño a ustedes? ¡No! Jamás los traicionaría, déjame explicártelo todo y después eres libre de hacer lo que quieras, pero no puedo dejar que te vayas pensando que mis intenciones son dañarlos, porque no es así...

—¡Josephine! — me interrumpió. —Realmente no me interesa seguir escuchando tus excusas baratas.

—Ron... no puedo perderte. —dije y el silencio se prolongó durante unos largos segundos.