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Bikini.

—¡Trajimos gasolina para sus amados sistemas digestivos, chicos! —Los gritos de Momo acabaron con toda la paz que había en el lugar, llamando la atención de todos los presentes que, al ver las bolsas que cargaba en sus manos junto a Hoseok, corrieron hacia ella para revisar su contenido—. Compramos todo lo que pidieron, no se desesperen, J-Hope ya va a encender la parrilla.

—¡Oh sí, bebé! ¡Al fin una excusa para usar traje de baño! —Festejó Nayeon, saltando en su lugar mientras sacaba de una de las bolsas que cargaba Momo un paquete de papitas, el cual no tardó en ser abierto y devorado entre todos alrededor.

—Otra vez no empaqué traje de baño —Suspiró Rosé pensando que nadie le prestaba atención, pero claramente estaba equivocada—, supongo que tendré que bañarme en ropa normal...

—Oh no, cariño —Le cortó enseguida la de dientes de conejo, alzando su dedo índice frente a los ojos de ella para balancearlo de lado a lado mientras hacía pequeños sonidos negativos con su lengua—, tú usarás uno de mis bikinis, ese traserito no será tapado de ninguna manera.

—Pagaría una fortuna por ver eso —Soltó Lisa enseguida, analizando el cuerpo de la neozelandesa de arriba abajo portando una sonrisa descarada en el rostro que hizo a la menor sonrojarse.

—Contrólate y ayúdame a montar la parrilla, maldita depravada sexual —Rió Hoseok al tiempo que tomaba a la morena de la muñeca y la jalaba hacia el patio de la misma forma en que Nayeon hizo con Rosé en dirección a su habitación.

Sobre los atentos ojos de la neozelandesa Nayeon rebuscó entre todo el contenido de su maleta y finalmente sacó de ella cuatro bikinis, de los cuales uno quedó descartado para la menor al ser el que ella ya había elegido usar.

Pero Roseanne no podía sentirse más incómoda.

Cada uno de los bikinis que la mayor le ofrecía eran ridículamente pequeños, ni siquiera parecían estar diseñados para tapar sino para exhibir, y definitivamente ella no podría usar dos trozos de tela tan diminutos.

—¿Ocurre algo? —Inquirió la mayor al tiempo en que guardaba sus cosas de vuelta a la maleta, mirando con diversión el trauma en el semblante de la otra mientras ésta examinaba cada uno de sus trajes de baño—. ¿Muy provocativos para ti, ardillita?

—Creo que puedo preguntarle a Momo si...

—¿No te gustaría ver la reacción de Lisa usando uno de esos bikinis?

—Yo...

—En el armario hay una bata.

Ver el rostro de Rosé teñirse completamente de rojo le indicó a la coreana que definitivamente había golpeado su punto débil, así que sin más salió de la habitación, dejando a una muy avergonzada adolescente terriblemente perdida en su dilema mental.

Sabía que de todas maneras iba a tener que hacerlo, por lo que intentando salir del paso lo más rápido posible se quitó la ropa y se vistió con el bikini que más decente le parecía, pero incluso con ello se seguía sintiendo una descarada.

Mirarse al espejo tal vez fue un grave error, pues su intención inicial era ver si podía arreglar el traje de baño de alguna manera, pero terminó examinando su cuerpo entero, encontrando en él errores inexistentes que inevitablemente lograron deprimirla.

—Malditas piscinas...

—No digas palabrotas, Roseanne.

La voz de Lisa pasó de largo por el pasillo, y de allí Rosé pudo escucharla subir escaleras arriba, probablemente para cambiarse.

Under the Blooming roses [ Chaelisa adaptación ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora