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— Agradece que yo respondí la llamada y no mamá.— Me paralice al ver a mi hermano sonreirme de manera burlona.
— ¿Que diablos haces acá Ayato?.— No sabia que mas era peor si el hubiera venido o mi madre.
Creo que era peor mi madre.
— Dame una buena explicación para no matarte.— Mire al director el cual no parecia enojado, pero mi hermano si lo estaba.
— Y-Yo... Podemos hablar en privado.— El solto un gruñido, disculpándose con el director.
Firme en una hoja que lo que había pasado era mi culpa.
Después de eso salimos de la oficina y del edificio en general.
— ¿En que diablos estabas pensado?.— Sus cambios de animo realmente me daban bastante miedo.
— Antes de que me digas algo mas Ayato, no es lo que parece.— Chasqueo la lengua esperando una explicación.
— Es Ayato-sama, no me hagas enojar aun mas.—
— Lo que paso fue, que un niño el cual estaba cuidando metió sus dedos donde no debia y se corto un dedo. El olor de su sangre era demasiado dulce hace mucho no olia sangre así.— Hice una pausa para verlo acomodarse el cabello de manera egocéntrica.— Se lo llevaron y a mi me sacaron del salón, me esta calmando te lo juro pero el llega con la respiración agitada... Y-Y solo me le tire.—
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— ¡Casi lo matas estúpida.!—
— Ustedes jamas me han enseñado como controlar esto, ¡Solo me lo prohiben.!— Ambos ya estábamos a la defensiva y eso era peligroso.
El era muy arrogante y narcisista, yo por mi lado era muy malhumorada y impulsiva.
Todo mal.
— Aun no estas preparada.— Rei acercándome a el.
— Si no lo estoy, con permiso iré a matarlo.— El me agarro del cuello sacando sus colmillos.
— ¡No entiendes.! Ella es la que no quiere que aprendas, le e dicho por mucho tiempo a esa perra que aunque sea me deje enseñarte, pero sabes su respuesta. siempre dice no.— Pase saliva analizando sus expresiones.