No ahí cicatriz por brutal que parezca, que no encierre su belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella, algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son las costuras de la memoria.
Un remate perfecto que nos sana dañándonos. La forma...
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(Imaginen que La Niña está más chiquita y es la hija de Ovidio y Ariel)
A R I E L A R E C H I G A
-¿Entonces estabas pensando que me estaba rechinando la reversa?-Ovidio me preguntó riéndose mientras que yo me cruzaba de brazos, en mi mente tenía mucho más lógica, pero Ovidio jamás ma demostró que estuviera con alguien más y menos un hombre. Además ¿Quien me puede superar? Si estoy bien chula aún si tengo dos hijos.-Ay Sirenita, no mames.
-En mi mente tenía mucha más lógica, cariño, yo pensaba que eras joto.-Hable riéndome mientras que me movia de nuevo sobre sus piernas, puse mi cabeza sobre su pecho mientras que la Banda resonaba sobre el rancho donde nos habíamos venido en Badiraguato.
-¿Que pedo Ovidio?-Alfredo hablo mientras que soltaba una carcajada junto con su padre, negué, ahora le estarían echando carilla a mi prometido solo por que pensaba que era de otro bando.
-Ay mijo, la nuera ya pensaba que te andaba tronando la reversa.-Ahora mi suegro soltó una carcajada mientras que Ovidio escondía su cabeza sobre el hueco de mi cuello, acaricié su cabello. Pero esos dos parecían nunca haber visto a mi hombre estar tan cariñoso conmigo, por que si, el siempre estaba a mi lado y si no, se ponía de malas y nadie más que yo lo podía aguantar.
-¡Pinche Ariel! ¿El Ovidio te andaba fallando en las noches o q..!
-Cállate mejor Alfredo, que yo también pensaba que te andaba tronando la reversa a el igual que Carlota con Iván.-Ovidio saxo la cabeza de su escondite soltando varias carcajadas, cuando miramos cómo llegaron Iván y Carlota.-Ya pensábamos en que íbamos a tener tres nuevas amigas.
-¡Un novio menos una amiga más!-Hable riéndome mientras que Ovidio movia sus caderas hacia adelante. Las carcajadas resonaban sobre el rancho, compartiendo nuestros puntos de vista y por que pensábamos que nuestros hombres eran jotos.-Ay no, de veras pensaba eso.
-No como crees.-Ovidio me pego una leve nalgada haciendo que mi cuerpo reaccionara ante sus movimientos.-Yo soy bien hombre, plebe, si quieres te lo demuestro en uno de los cuartos.
-¡Oi el otro!-Alfredo nos miró haciendo que mis mejillas se teñirán de rojo por que me estabas poniendo nerviosa. A la par de que Ovidio estaba moviendo sus caderas, frotando su miembro contra mi trasero.-Tus hijos apenas tienen cinco meses y ya quieres hacer más, tantita madre.
-Callate o ¿Quieres que le diga a Aria cuando te vi besándote con hombre que parecía mujer?-Ovidio habló haciendo que todos mirábamos a Alfredo que se estaba poniendo de todos colores, yo nomas me estaba riendo pero el estaba pálido y viendo mal a mi prometido.
-¡Pinche Ovidio!-Habló Alfredo viéndolo mal.-¡Se suponía que era un secreto, si te decías eso yo le diría a Ariel que le gustabas..! Pero ya sabe puta madre.-Relamió sus labios viéndonos.
