No ahí cicatriz por brutal que parezca, que no encierre su belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella, algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son las costuras de la memoria.
Un remate perfecto que nos sana dañándonos. La forma...
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FINAL
O V I D I O G U Z M A N
Mis manos temblaban mientras que estaba parado sobre el altar, los invitados ya habían llegado, la ceremonia estaba a nada de comenzar y la camioneta donde estaba mi mujer estaba afuera, solo estábamos esperando a que fuera la hora, mi corazón estaba latiendo a mis por minuto, ya quería que fuera la hora de tenerla entre mis brazos y decir el ¡Si! Pero todavía faltaban algunos minutos.
Mis hermanos estaban afuera de la iglesia junto con Sebastian, todo estaba saliendo a la perfección. Pero me sentía muy nervioso, no sabía cómo iba a salir lo demás y más nervioso de que viniera alguien a impedir la boda, por que mi vieja me mata y me revive nomas para matarme de nuevo.
Suspire de nuevo, viendo a mi papá que estaba sentando en la primera fila, donde también estaba mi abuela con el. Serafín y Vicente también estaba ahí, después de todo si me habían aceptado como su sobrino aunque estoy más grande que Serafín por seis años, peor en fin, para el amor no ahí edad. Pero ahora estoy de nervios. Ya quiero ver a mi Sirenita pasar por aquí, y ahora si poder estar casados con ella.
De nuevo mire la puerta, esperando a mi mujer, ella era el amor de mi vida y la única que me había hecho cambiar mucho. La verdad es que estos meses juntos habían sido los mejores de mi vida, ella y mis hijos eran lo mejor de mi vida, estábamos a nada de casarnos ahora enfrente de la casa de Dios, por que hace unos meses nos atrabancamos y nos casamos por el civil en el rancho, donde hubo un pequeña ceremonia, y si, estamos casi casados pero lo bueno es esto.
-Tranquiló.-Mi papá formuló esa palabra con sus labios. Cuando miró como yo me estaba moviendo mucho, mire para otro lado, tenía mis manos enlazadas junto con los anillos, no podía creer que me iba a casar pero e el amor cambia. Moví de nuevo mis pies esperando aquella tonada que siempre sonaba en las bodas.
-Dicen que la cuñada se arrepintió y que ahora se fue con los plebes y su papá.-Mi cara se desfiguró cuando escuché a Alfredo atrás de mi, mientras que mi corazón se hacía pequeño, no podía ser cierto.
-¿Q..ue?-Pregunte. Las lagrimas ya querían salir mientras que mi dormida se borraba.
-Que plebe tan llorón, la cuñada está afuera, solo faltan dos minutos.-Solte un pesado suspiro queriendo matar a mi hermano mayor con la mirada.-Me mandaron a preguntas que ¿Si traes los anillos?-Se los enseñe mientras que le mentaba la madre con los pensamientos, por que no le podía dar un Madrazo en ela altar.
-Bueno.-Se fue mientras que yo me quedaba de nuevo ahí, limpie mis lagrimas de solo pensar en que mi mujer me podría habré dejado, pero no, ahí está.
