La mañana llegó, Ahome ya estaba despierta como de costumbre, se encontraba sentada frente al tocador, era Sábado, pero de todos modos acostumbraba levantarse temprano.
Se puso unos jeans y una camisa blanca de manga larga, unos tenis cafés y se sujeto el cabello con una coleta alta.
Bajo a desayunar, su madre ya se había ido a trabajar, su hermano aún no se había levantado, así que se encontraba por así decirlo, sola en la casa. Se preparo un omelet de champiñones con un jugo de naranja y una pera, comió con calma, disfrutando de su comida; cuando termino, lavó los platos y los dejo a secar; tomo el teléfono y comenzó a marcar.
-¿Hola?-dijo-¿se encuentra Sango?-pregunto-.
-Soy yo-le dijo- ¿que pasa?
-Es que voy a ir al monte Fuji-le dijo-y me preguntaba si me querrías acompañar?-le pregunto-.
-Quisiera, pero…-se escucho un suspiro-Miroku y yo vamos a salir en la noche, perdón-.
-Ahhh-dijo Ahome un poco decepcionada- no hay problema, diviértanse-le dijo-adiós
-Adiós-es escucho como la llamada se cortaba-.
Ahome dejo el teléfono, y se fue a su habitación, e lanzó a su cama, y miro al techo.
-De todos modos iré-se dijo-iré a las 6:30 de la tarde, mientras, dormiré un rato y luego haré mis tareas-se dijo mientras cerraba los ojos para dormir.-
Eran poco después de las 2:30, Ahome apenas se iba levantando, sabía que Sota estaría con sus amigos, siempre hacía eso, se levanto, se estiró y se dirigió a su escritorio a terminar su tarea.
-Comeré algo ligero-se dijo-y me llevare algo para cenar aya-dijo mientras abría su libro-espero que mi viaje no sea en vano-.
Ya eran poco después de las 5:36 de la tarde, Ahome ya había terminado todas sus tareas, y también ya había comido, ahora estaba preparando una mochila para el viaje.
-Bueno, le dejare la carta a mi madre-dijo mientras se ponía la mochila en la espalda-ahhhh-suspiro mientras salía-.
Ahome se encontraba en un autobús que llevaba al pueblo más cercano del monte Fuji, no había mucha gente, ella miraba por la ventana, y de vez en cuando el reloj.
-Las 7:30-dijo-faltan como 3 horas para que aparezca la luna-dijo mientras miraba nuevamente por la ventana-.
Vio como el autobús se detenía, ella se bajo y vio como el vehículo se perdía en la negrura de la noche, miro a su alrededor, definitivamente ya no estaba en la ciudad; habían poco menos de 15 casas, y habían gran cantidad de ancianos.
-Hola-dijo Ahome acercándose a uno-¿me podría decir cual es el camino más corto para llegar al Fuji?-le pregunto-.
El anciano la miro, vio como algunas personas se detenían, y la volteaban a ver, escucho como el anciano aspiraba hondo.-¿Para que deseas saber jovencita?-le pregunto-no mucha gente acostumbra venir al Fuji en al noche-le dijo.
-Es que…-comenzó a decir pero no sabia como explicarlo-vengo por un tarea de literatura-fue lo único que se le ocurrió-.
-mmmm…-escucho que el anciano dijo-¿vienes por lo de la leyenda verdad?-le pregunto el anciano viéndola a los ojos-.
-¿Cual leyenda?-pregunto Ahome inocentemente, como si no supiera nada-.
-Niña no te hagas-dijo una anciana que se acercaba-ya hemos escuchado esa excusa, todos vienen acá solo para intentar ver al "hombre" que aparece en las noches de luna-dijo-y es mucha casualidad que vinieras justo el día que aparece-.