Estaban todos afuera de la casa Ariwa, esperando a las chicas. Todos llevaban consigo una pequeña mochila, pues en dicho parque había unos manantiales, y nos caería mal un chapuzón.
-Ya se tardaron…
-Que querías, son mujeres, todas se tardan horas guardando un par de zapatos, una falda y una camisa y escogiendo el perfume, maquillaje y accesorios que ponerse
-Tienes mucha razón Miroku.
-Plaff-
-Se lo tenían merecido
-¿Muchachos, están bien?-
Nuestro par tenía un chichón en la cabeza, causado por su queridísima abuela.
-A la próxima les va peor.
Escucharon como se detenía un auto, y bajaban un par de chicas sonrientes. Mizuo y Kaede las saludaron alegres, mientras que Inuyasha y Miroku les saludaban sobándose la cabeza.
-¿Qué les pasó?-
-Mi abuela abusó de nosotros, es una agresiva-respondía Miroku fingiendo berrinche.
-¡Cállate, chillón!-
Las chicas se burlaron de la cara que puso el pobre muchacho; entonces hubo un contacto visual entre Inuyasha y Ahome, quienes al instante sintieron un leve sonrojo en sus mejillas, y al instante miraron para otro lado.
-Bueno, creo que lo mejor será que nos vayamos.
Iban en una Lincon Navigator color negro; adelante iba en chofer y Mizuo. En los asientos siguientes iban Kaede, Miroku y Sango. Y en los últimos para tortura de ambos chicos, iban Inuyasha y Ahome. ¿De quién fue la idea? Adivinen.
-¿Crees que fue buena idea dejarlos solos?-preguntó Sango en voz baja, recargándose en el hombro de Miroku para disimular.
-Yo digo que sí.
Mientras, atrás, ambos iban viendo hacia fuera, de vez en cuando se miraban, pero al instante su mirada regresaba a la ventana. El parque debía de estar muy lejos, por que ya llevaban más de veinte minutos y no llegaban, algo andaba mal.
-¿Madre, ya casi llegamos?-
-Sí, ya casi.
Inuyasha fijo su vista nuevamente en le bosque. Algo se le hacía extremadamente conocido, pero no lograba entender el que. Escucho una exclamación por parte de la anciana que le llamo la tensión.
-Mizuo¿vamos al Fuji?
¡Bingo! Eso era lo conocido para él. Sonrió victorioso al ver lo inteligente y astuto que e…e…¡Esperen¿¡Al Fuji!?
-¡Deténganse!-grito como un loco.
El chofer freno rápidamente, haciendo que todos cayeran o chocaran contra los demás asientos. Ahome miro a Inuyasha con cara de enojo, al igual que todos, a excepción de Kaede.
-¿Qué pasa Inu-chan?-
-Es que, no, vamos a otro lado…
-¿Por qué?-
-Por que, no me agrada este lugar.
Miro a la mujer con cara de súplica. Entonces la mujer se mordió el labio, había olvidado por completo el pequeño problema de doble personalidad del muchacho, pero…¿que tenía que ver el Fuji con él?
-Bueno, Inu-chan, iremos a otro lugar.
-Pero madre…yo quería ir al Fuji
-Deja tus berrinches a un lado, vamos a otro lugar.