Caminaban juntas, en dirección al edificio prinicpal de la escuela. Pasó muy cerca de Inuyasha y Miroku, que al parecer estuvieron jugando fútbol con unos cuantos alumnos de 2° grado. Frunció el ceño al verlo, estaba loca po hacerse enamorado de ese chico tan engreído...pretencioso...presumido...calculador...musculoso...amable...inteligente...¡Haber, lo estaba insultando, no adulando! Se mordió el labio, y se cruzó de brazos, inflando sus cachetes haciendo un leve puchero. Miro de nuevo a los chicos y soltó un leve gruñido, regresando su mirada hacia el frente. Escucho como su amigo se reían en voz baja, haciéndola gruñir nuevamente. Todo el mundo estaba en su contra¡ya no podía confiar en nadie!
Pasar por el salón de la tal Kagura, había sido un problema, recién se había dado cuenta de sus malditos sentimientos hacia el chico, y tenía que ver a más de 10 chicas con fotografías suyas pegadas en todos sus últiles, y para colmo todas distintas.
-"¡Pareciera que les esta posando!"-pensó enojado al ver que en una aparecía de frete y sonriendo-.
-Deja de mirarlas así, pareciera que las quisieras golpear-.
-Ganas no me faltan-.
-Oh-.
En el salón, se fue a sentar, aún enojada y algo triste, lo volteo a ver de reojo, si ella estaba triste, él estaba peor; no era necesario ser un genio para darse cuenta de cuanta tristeza poseía el muchacho en su mirada.
Por primera vez, sentía la necesidad de preguntarle el por que de su sufrimiento, aunque ya se daba una idea, y la respuesta era demasiado simple y obvia.
-"Por mi culpa"-.
El profesor entro, y dio inicio la clase de Creatividad; clase que fue recientemente agregada al programa escolar, pues los padres decidieron que sus hijos no tenían la creatividad ni para dibujar un árbol.
-Bueno, les tengo buenas noticias, júntense por grupos de 4, haremos una dinámica de cocina-les indico el profesor sacando varias bolsas-.
Sango se acerco a ella, seguida de Miroku, ella miro a Inuyasha, y antes de que dijera algo, éste fue jalado por un grupo de chicas para que estuviera en su equipo.
-"¡Que descaradas, ni si quiera le preguntaron!"-.
No tuvieron tanta opción para escoger a su 4 integrante, una chica algo robusta, con pecas y lentes se les unió de mala gana, era una de las rivales de Sango en literatura y eso sería un gran problema.
-Bueno, a cada equipo les daré lo necesario, iremos al área de cocina-les dijo el profesor abriendo la puerta y dirigiéndose al lugar de trabajo.
Miraba con ira al grupo de chicas que iban junto a Inuyasha, una lo tomaba del brazo derecho, otra del izquierdo y la última iba al lado de la otra, intentando quitarla para que ahora fuera ella quien lo tomara del brazo.
-"¿Cómo termine con ellas?"-pensó el chico, viendo la pelea que tenían las chicas por sus brazos-"Pues eran ellas, o las miradas de odio de Ahome"-.
Al llegar al aula, todos ocuparon una mesa, y el profesor comenzó a darle los materiales necesarios.
-Haremos una receta bastante sencilla, son galletas de vainilla-les dijo el profesor dejando unos tazones, huevos, harina etc.-.
Algunas chicas se entusiasmaron bastante al tener una clase de cocina, mientras que otras se dejaban caer sobre la mesa con cara de enojo y aburrimiento.
A Inuyasha le tocó de las entusiastas, que en cuanto les dieron el tazón, tomaron su libro y comenzaron a ver lo ingredientes, él, mientras simplemente las miraba con gran aburrimiento.