La tensión había disminuido bastante, pues el rencor entre Inuyasha y Ahome ya no estaba en su mejor momento, aunque, por otro lado, el amor de las chicas por el joven, seguía igual o peor según el pobre chico.
-Bueno, para la próxima clase, harán un experimento, que normalmente se hace hasta la universidad, pero haremos la excepción-les decía la profesora de civismo con una gran sonrisa.
Por la cara que pusieron algunos, ya se imaginaban que experimento era, pues a sus hermanos mayores se los había impuesto y fue desesperante y aburrido. Aunque para otro fue una de las experiencias más maravillosas...¡Sí como no!
-Aja, como se han de imaginar, es el de cuidar un huevo, en parejas, como si fuera su hijo-dijo la maestra con una gran sonrisa, al ver la cara de horror que ponían la gran mayoría de los varones, incluido Inuyasha pues la posibilidad que le tocara Ahome, era casi nula; así que mejor negarse y no arriesgarse a que le tocara una loca psicópata obsesionada con él.
-¡Nos negamos!-gritaron algunos jóvenes con cara de pocos amigos.
-Pues, a mí que me importa, es la mitad de su calificación final, así que ustedes verán…-les dijo la maestra amenazándolos.
Todos la miraron con cara de "muérase" y se dejaron caer sobre la banca rendidos y murmurando algunas maldiciones.
-Bien.
La maestra saco unos papelitos y escribió los nombres de todos sus alumnos, y separo a los hombres y a las mujeres, y los puso en distintos botecitos.
-Cuando los vaya nombrando, vendrán y tomaran un papel-les decía la profesora terminando de meter los papeles.
-Ariwa Miroku-
-Al matadero, que Kami este de mi parte-murmuro levantándose y llendo hacia el escritorio.
Metió su mano en el botellita y rogó a todos los kamis que por una vez le ayudaran, pero como buen orador no era, sus posibilidades estaría total y rotundamente en su contra...
-¡NO!-grito dejándose caer de rodillas, haciendo su mejor escena de drama-¡LOS PAPELES ESTAN CARGADOS!-gritaba mientras seguía con su dramatización.
-Hay, que exagerado ere-decía la maestra entrando en su rincón oscuro y quitándole el papelito de la mano-Oh-exclamo con asombro-¡Sakura Yamiko Nagasaki!-dijo la profesora, haciendo que la chica se levantara de susto y algo alegre-Eres la pareja de Ariwa-le dijo la profesora regresando y tachando los nombres; mientras la chica sonreía, hasta darse cuenta de algo.
-¡Yo no quería con éste Ariwa!-señalando a un abatido Miroku-¡Yo quería con el otro!-gritaba señalando a Inuyasha que dio un salto al escuchar que lo nombraban de esa manera.
-Así es la vida-le dijo la profesora sin ponerle atención-En la guerra y en amor todo se vale.
-Sí, como las trampas-murmuró Sakura sentándose y desahogándose con un cuaderno
Miroku regreso a su lugar, seguido de sus espectros de tristeza, mientras se dejaba caer sobre su banca, y ser cubierto por su aura triste-Tengo la peor suerte del mundo-.
-Ahora, Sango Matsumoto.
La muchacha se levanto, ahora, quién le tocara, sería de los peores, rogaba que por lo menos, le tocara con Inuyasha, pues su pareja deseada ya se había ido con una de las fresas.
-¡Maldición!-
-¿Quién…?-
-Kouga Negima-murmuro entre dientes, haciendo que una de las chicas de atrás gritara en forma de objeción.