Inuyasha estaba recostado en su cama, miraba el techo, no sabía que hacer, se aburría con el solo estar en su cuarto, pero que podía hacer, no habían muchos lugares a los cuales ir, a no ser que…
-¿Por que nunca se me había ocurrido esto antes!-dijo alegre y parándose de un salto y saliendo rápidamente del cuarto-.
Ahome despertaba, abrió lentamente sus ojos oscuros, miro a su alrededor, nada nuevo en su habitación, más que esa bella rosa que se encontraba en su buró. La admiro por unos minutos, se veía igual a como se la habían otorgado.
-Que belleza-fue lo único que dijo mientras veía con admiración la flor, sonrió y le vino el único recuerdo que tenía del chico.
-¡Hay ya¡Ahome deja de pensar en él!-se dijo a sí misma algo enojada y a la vez triste de solo pensarlo-Bueno ya, es hora de levantarse que se me va a hacer tard-se dijo al mismo tiempo que se levantaba para irse a bañar y a arreglar-además para que sigo pensando el alguien que no volveré a ver-dijo tristemente mientras cerraba la puerta del baño.
Inuyasha estaba parado en el jardín, era la primera vez que lo intentaba y por eso los nervios, aunque fueran pocos, ya lo estaban dominando.
-Tranquilo…-se dijo a sí mismo mientras cerraba los ojos y se concentraba-.
-¡INUYASHA!-grito Sesshomaru viendo por la ventana y entendiendo lo que pretendía hacer-¡NO LO HAGAS!-grito aún más fuerte mientras de un salto bajaba al jardín, pero fue demasiado tarde-¡NO!-grito al ver como el chico desaparecía frente a sus ojos y saltaba para intentar detenerlo, pero fue en vano-¡eres un idiota!-grito cayendo de rodillas, se había ido, y no lo podría ayudar si se metía en problemas, ya que era de día y no podía ir a donde él había ido.
Abrió los ojos con miedo, miro a su alrededor ¿lo había logrado? Se pregunto, entonces vio como un extraño objeto pasaba frente a él con gran velocidad asustándolo por completo.
-¡Que demonios?-exclamo dando un salto para atrás y cayendo de sentón mientras la "cosa" seguía su camino-.
Se levanto lentamente, de verdad lo había logrado, se dio la vuelta y vio la aldea de Kaede¡lo había logrado!
Bajo corriendo el sendero y se acerco a la aldea, miro a su alrededor, no había nadie, así que intento hacerse lo menos visible para el ojo mortal y camino velozmente hacia la casa de su amiga.
-¿Kaede?-pregunto entrando a la casa, vio a la anciana preparando algo de comer y noto como volteaba a ver hacia donde él estaba parado-.
-¿Cómo…?-musito incrédula al ver como el chico aparecía frente a sus ojos-¡CÓMO DEMONIOS LLEGASTE AQUÍ?-le grito poniéndose de pie y empujándolo dentro de la casa y sentándolo a la fuerza-¡QUE HACES AQUÍ¿¡CÓMO LLEGASTE¡ACASO ESTAS LOCO?-le pregunto moviéndose de un lado a otro-¡NO PODÍAS ESPERAR A LA NOCHE?-dijo mirándolo fijamente y poniendo sus manos en su cadera-.
-Eh…bueno, yo…este…-de verdad estaba muy nervioso, jamás pensó que de esa manera le fuera a dar la "Bienvenida"; creyó que tal vez se alegraría de que hubiera podido salir del recinto aún cuando fuera de día, pero al parece le salio todo al revés.
-Bueno…¿Y como lograste llegar aquí?-le pregunto un poco más tranquila y sentándose frente a él-¿Inuyasha?-pregunto viendo que tenía el rostro agachado-¿Cómo lograste escapar?-preguntó intentando captar su atención, pero sin ningún resultado-¡INUYASHA!-grito haciendo que saliera de sus pensamientos.
-¿Eh…¿Qué pasa?-pregunto inocentemente-¿Ocurre algo Kaede?-volvió a preguntar al ver la manera tan graciosa con la cual la anciana lo veía-.