capitulo 17

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La camioneta iba a toda velocidad por el pequeño sendero que conducía al Fuji. Era bastante obvio los significados de los semblantes de los pasajeros: angustia, confusión, dolor, preocupación. Tenían poco más de quince minutos manejando, a lo lejos se podía distinguir el gran monte, mientras que la anciana comenzaba a contar todo lo que sabía sobre el joven que horas antes había desaparecido a manos de un extraño albino.

-No tengo muy buena memoria como antes, pero recuerdo lo principal.

-¿O sea?-

-Se habrán dado cuenta que InuYasha es el Hijo de la Luna, Sesshoumaru, el encargado de protegerlo y aunque les parezca algo tonto y sin sentido, la Luna es su madre.

-Que estupi…

-No digas nada Miroku, sé lo que dirás, así que mejor guárdate tus comentarios si no quieres que te golpee como en la mañana-amenazó su abuela mirando a su nieto por el rabillo del ojo.

-Hai…

-Bueno, he conocido a InuYasha desde que tengo memoria, siempre habíamos estado juntos…

Una pequeña niña jugueteaba entre unos campos, su madre un poco más alejada, sentada bajo un árbol, cuidaba a su hijo más pequeño, que apenas tenía cuatro meses de edad y hacía pucheros de vez en cuando.

-¿Kaede?-

Nadie contestó.

-¡Kaede!-gritaba la mujer poniéndose de pie y buscando a la niña con la mirada, sin ningun resultado-¡Kaede!-

Cerca de los árboles que llevaban al bosque, la pequeña se detenía y miraba, era un lugar muy solitario e inclusive le estaba causando miedo, y ni ella sabía por qué había querido meterse en aquel solitario lugar.

-¿Dónde estoy?-decía dándose la vuelta y mirando a su alrededor-¿Y mi oka-san?-

-Pequeña¿Qué haces tan solita?-se escucho una voz infantil tras ella.

Al instante dio la vuelta, encontrándose con un niño, de unos trece años de edad. Estaba recargado en un árbol y la miraba fijamente con esos penetrantes ojos dorados. A pesar de la edad, esos ojos eran fríos pero teníal algo de bondad en lo más profundo, como si sólo las personas puras pudiera distinguir ese nítido resplandor de cariño.

-¿Quién eres?-preguntó con miedo, retrocediendo.

-Me llamo InuYasha¿y tú?-

-Soy Kaede, mucho gusto-dijo viendo que el chico era buena persona.

-El gusto el mío pequeña-decía acercándose y sonriéndole a la pequeña.

-¿Dónde estamos?-

-Cerca del bosque, llegando al lago.

-Oh¿no has visto a mi mamá?-

-No¿cómo es?-

-Es alta, de pelo café, muuuy bonita-decía con una gran sonrisa,

-¡KAEDE!-

-¿Es ella no?-pregunto InuYasha, girándose hacia donde provenía la voz.

-Sí, pero, no la veo.

-Ven, te llevo

-¿En serio?-pregunto miranda alrededor del chico.

-Sí.

-¿Saki, no viste para donde se fue?-preguntaba un hombre muy preocupado.

-No, sólo fue un momento y se desapareció-decía la mujer muy angustiada, con el bebé dormitando en sus brazos.

HIJO DE LA LUNA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora