El silencio seguía entre ellos, él estaba aún callado, no debía de contestarle, dudaba demasiado sobre eso. Si lo hacía podría ponerse en riesgo si lo que le decía se volvía un rumor, pero a la vez si lo hacía, al fin estaría feliz; se debatía entre su protección o su felicidad.
-No sé de que hablas, niña-dijo intentando parecer lo más desinteresado posible en ella, giro el rostro y se volvió a recostar en el árbol.
Esperaba algo, alguna respuesta, un "no te creo" o un "lo sabía" .Su corazón latía demasiado rápido, estaba muy nervioso, intentaba respirar tranquilamente para no delatar su nerviosismo.
Sentía la mirada de la chica sobre él, seria, calculadora, ya estaba dudando sobre si de verdad se lo habría creído. Trago con dificultad cuando ella lo miro aún más penetrantemente.
-¡Ahome-chan!-grito una joven de cabellos rojizos, sujetados por dos coletas, sus ojos verdes aceitunas podían cautivar a cualquier chico, pero no al que ella quería.
Ahome dejo de ver al joven para darse la vuelta y saludar a la joven que se acercaba, provocando un momento de relajación para el muchacho-¡Ayame-chan!-grito Ahome mientras se reunía con su amiga.
-Tenía tiempo que no te veía, hace poco que regresé, fue un viaje largo-le dijo la chica con una sonrisa
-Me alegra verte de nuevo¡te ves bellísima!-le dijo halagándola-de seguro ahora sí Kouga se morirá por ti-le dijo guiñándole un ojo
-¿Tú crees?-pregunto la chica con algo de ilusión pero a la vez tristeza.
-¡Estoy segura!-contestó Ahome sonriendo para animar a su amiga.
Por el momento ninguna de las mujeres había notado su presencia, excelente momento para escapar sin ser descubierto; se levantó con cautela y se fue alejando con silencio para no ser delatado.
-¿Quién es él?-pregunto Ayame viendo a Inuyasha que maldecía en su mente.
-¿Él?-dijo Ahome dando al vuelta y volviendo a mirar el chico que sintió un escalofrío al sentir nuevamente esa mirada sobre sí-Es Inuyasha Ariwa, es nuevo, soy su tutora-dijo con un va y viene-
-¡oh!-fue lo único que dijo Ayame-No está mal, deberías aprovechar-susurro para Ahome, provocando un sonrojo en la chica
-¡AYAME!-le regañó aún sonrojada-.
Inuyasha la miro algo extrañado por lo que había dicho ¿Qué aproveche¿Qué aproveche, que? se preguntaba en su mente, mientras veía como el rostro de la muchacha de había tornado de un bello color carmín, cosa que también le extrañaba.
-¿Y ya le enseñaste la escuela?-preguntó Ayame con una sonrisa
-Eh…no-contestó Ahome bajando la cabeza
-Ahome, Ahome, que mala tutora eres, ven, te ayudo-le dijo tomándole la mano a ella y tomando a Inuyasha de un brazo-Ven, te enseñaremos la escuela-le contesto a la vez que los jalaba a los dos-.
La escuela era bastante amplia, varias canchas para practicar distintos deportes; varios jóvenes se encontraban allí divirtiéndose y algunas chicas los miraban y apoyaban.
-Bueno, esta es la cancha de fútbol- le dijo Ayame enseñándole dicha cancha para luego jalarlo para seguir con su recorrido-La de aya es la de basketball-le dijo sin detenerse-por aya esta la de baseball- le dijo apresurando el paso- y por aya…-comenzó a decir pero fue interrumpida por Ahome-.
-Ayame-chan, gracias por tu ayuda, pero creo que puedo sola- dijo soltándose y tomando a Inuyasha de un brazo y llevándoselo
-Jijiji, sabía que funcionaría-murmuro Ayame riéndose de que su plan haya funcionado.