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Hyunjin cerró la puerta de su hogar soltando un risueño suspiro.

Había ido a dejar a Seungmin a la parada del autobús y se despidió de él con sonrisitas torpes y un beso en la comisura de los rosados labios del menor. Parecía que estaba atrapado en una novela de romance juvenil y... un momento... ¿Romance?

Nunca antes le había gustado alguien, al menos no más allá de encontrar atractiva a una que otra chica, pero hasta ahí. Nunca nada que lo hiciera suspirar como lo hizo apenas llegó a su hogar, y mucho menos que lo hiciera querer regresar por donde vino para buscar a Seungmin -aunque sabía era en vano, pues no se fue de la parada hasta que el autobús donde el menor iba dobló en una esquina y no pudo verlo más.

Porque Seungmin le gustaba, ¿no? Sino no tendría sentido que lo haya besado de aquella manera... ¡Oh, Dios! En verdad lo había besado y no siendo eso suficiente para avergonzarse, recordó la reverenda estupidez que había soltado después ¡No podría verlo a la cara en semanas! El solo recordar aquello lo avergonzó tanto que un quejido lastimero salió de sus labios.

Pero Seungmin no se veía molesto por el beso, incluso notó que sus mejillas estuvieron pintadas de un tono rojizo todo el tiempo después de que escaparon del edificio con miradas cómplices y divertidas, pues casi eran atrapados por segunda vez por los amigos de Kim, quienes, por cierto, eran demasiado escandalosos.

Necesitaba hablar con alguien para aclarar su mente y sentimientos, pero su madre no era una opción y Yeji seguro se burlaría de él llamándolo tonto por apenas haber dado su primer beso; cosa que no tenía nada de malo, pero era natural para ellos molestarse el uno del otro por cualquier cosa. Podría hablarlo con Minho, pero aún se encontraba receloso porque le había coqueteado a Seungmin anteriormente, y Felix... no es que no le tuviera confianza, pero el chico parecía conocer a Seungmin, y conociéndolo, estaba seguro de que accidentalmente podría decirle algo.

Pensó en Kkami, pero el cachorro lo miraba aburrido desde su cama, y, además, no es como si el perro le pudiese responder, así que se resignó a caminar a su habitación con el corazón revoloteando y la cabeza hecha un lío.

Se tumbó en su cama y miró al techo, soltando otro largo suspiro risueño que le supo a algodón de azúcar.

—Seungmin... —murmuró, saboreando cada sílaba del nombre del chico que ponía su mundo de cabeza.

Seungmin era tan lindo. Demasiado. Desde que lo conoció no había podido evitar pensar en ello, pero su atención hacía las facciones del menor se había desviadoras cuando observó el dibujo que hacía. Lo cual era bueno, porque si no fuese por ello no esta a seguro de si se hubiese atrevido a pedirle su Twitter para no perder el contacto con él.

¡Bendecidos sean Haven y Minnie! Se aseguraría de agradecer a la maravillosa persona que había creado aquel manhwa por todas las cosas buenas que habían sucedido en su vida después de haberlo comenzado a leer, e incluso, si es que algo más se daba entre Seungmin y él -cosa que esperaba-, le contaría su historia de amor esperando que le sirviera de inspiración para otro manhwa; claro que, todo con el consentimiento de Seung. No se atrevería a usar su persona para algo así si él no quería, aquello iba en contra de sus principios.

Si tan solo supiera...

Seungmin se balanceó hacía la puerta de su departamento, tarareando la suave y tropical melodía de Alcohol Free, estando de acuerdo con la letra de la canción

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Seungmin se balanceó hacía la puerta de su departamento, tarareando la suave y tropical melodía de Alcohol Free, estando de acuerdo con la letra de la canción. Soltó una pequeña risilla al tocar sus labios y recordar la sensación de los labios de Hyunjin.

Ni en sus más locos sueños se habría imaginado en una situación así con el mayor. Se sentía flotando alto en las nubes. Tan, pero tan alto, que una vez dentro de la comodidad de su departamento, no se dio cuenta de las miradas preocupadas que sus amigos le daban.

Sweet mimosa, piña colada~

Seungmin... —la voz de Yuna interrumpió su canto, y supo que algo andaba mal cuando ninguno le preguntó por su "cita" con Hyunjin.

—Huh... ¿Qué sucede? ¿Por qué las caras largas? —mientras se obligaba a alejar todas las sensaciones que Hyunjin le había causado esa tarde, se dirigió a la cocina para beber algo de agua, teniendo a sus mejores amigos pisándole los talones.

—Llamó Tzuyu. —comenzó Jeongin— Hay... buenas y malas noticias.

Aquello lo preocupó. Tzuyu solo los llamaba cuando estaban atrasados, pero el capítulo que publicarían la semana siguiente ya estaba listo y tenían un par adelantados. El hecho de que hubiese malas noticias solo lo ponía a imaginar lo peor.

—La buena es que los directivos están muy felices con la popularidad que Haven ha adquirido estas últimas semanas, y bueno... están organizando un evento de firmas; y la mala... la mala es que quieren que asistas...

—¿Qué? No hablan en serio... —Jeongin lo miró con una mueca, siendo aquella su respuesta— Le dije a Tzuyu que no quería participar en eventos que puedan revelar mi identidad.

—Es eso o que dejen de publicar Haven. —Yuna acarició su hombro en apoyo cuando vio sus manos temblar— Ella intentó convencerlos de que no fuera obligatorio, pero no pudo hacerlo. Lo que me llevó a recordar que dijo que la llamaras, intentó comunicarse contigo, pero no atendiste nunca. Parece importante.

—No te preocupes tanto Minnie, aún falta como un mes para el evento, tal vez puedas encontrar una forma de que te permitan continuar siendo anónimo. —el menor le tendió una galleta medio quemada— Come una galleta, las hice con la receta de Felix. Tal vez estén demasiados duras, pero así te distraes un rato.

—Y ni se te ocurra olvidarte de contarnos qué sucedió con Hyunjin, que vimos esa sonrisa boba con la que llegaste cantando. —la chica lo molestó picándole la mejilla— Estoy segura de que te lo comiste a besos. —Shin simuló un rugido de tigre, acompañando la acción con un gesto de mano.

Las mejillas de Seungmin se encendieron ante las ocurrencias de Yuna, las cuales no estaban tan alejadas de la realidad.

—Espera un segundo... —Yang entrecerró los ojos ante su reacción, abriendo sus ojos al darse cuenta— ¡¿De verdad te lo comiste a besos!?

—¡Kim Seungmin! —chillo Yuna— ¡Lo decía en broma!

Pronto, tuvo a sus amigos encima de él pidiéndole explicaciones entre chillidos y gritillos de emoción.

—No nos "comimos" a besos, solo fue... un beso... el mejor beso que me han dado...

—¿Y besa bien? —quiso saber Yuna, a lo que ambos chicos la miraron extrañados— ¿Qué? Que sea lesbiana y tenga novia no significa que no quiera saber si ese Hwang es un buen besador. —rodó los ojos con exasperación— Soy curiosa, déjenme.

—Lo es... Se sintió bien.

—No es como si tuvieses muchas personas con quien compararlo, solo habías besado a Jisung antes... y a Chris aquella vez que jugamos verdad o reto en mi cumpleaños, pero fue un beso muy incómodo.

—No necesito compararlo con nadie, Jeongin, comparar personas es malo. Y no me recuerdes ese beso, sentí que besaba a mi abuelo.

—¡Ja! Ya quisieras tu abuelo besar tan bien como lo hace mi Channie.

—Ya, pero cuéntanos todo, ¡desde el momento en que llegaste!

Los tres se dirigieron a la sala de estar con una galleta en mano y escucharon atentos a Seungmin mientras intentaban comer al menos la mitad de aquellas rocas que Jeongin había cocinado.

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