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—¿Seungmin? —Jeongin asomó su cabeza por la puerta de la habitación de su amigo, paseando la mirada por el lugar y encontrándolo tumbado en su cama con ojitos soñadores y una de sus manos sobre sus sonrientes labios— ¿Qué demonios te tiene sonriendo así?

Seungmin sintió como su mejor amigo se lanzaba a su lado en la cama, mirándolo con curiosidad impresa en todo su rostro. Había llegado hace unos minutos a su departamento, sus labios hormigueando y su mente en las nubes, sin darse cuenta ignoró a Jeongin que lo llamaba desde la cocina, tan concentrado en el recuerdo de Hyunjin buscando una excusa para besarlo, era torpe, pero no estúpido, el mayor no tenía sus labios resecos, los había sentido tan suaves y cálidos contra los suyos que inmediatamente supo que aquello era había sido un pretexto.

¿Eso significaba que ahora eran algo? Ellos en realidad no hablaron sobre sus besos en la sala de prácticas, ni mucho menos de su último beso. Ah... había sido un roce efímero, sólo un toque de labios que no duró demasiado, pero que duró lo suficiente para dejarlo flotando entre algodón de azúcar y ositos de goma con su corazón acelerado y sus piernas débiles. ¿Eran amigos que se besaban y nada más? Se regañó mentalmente ante el pensamiento; era estúpido pensar aquello después de haber tenido a Hyunjin actuando tan extraño ante la presencia de Tzuyu, tan desesperado por anunciar y afirmar que él le agradaba y gustaba más que ella ¿había estado celoso? Soltó una risilla ante el recuerdo.

—Okay, hermano, eso fue extraño. —la voz de Jeongin lo asustó. Se perdió tanto en sus recuerdos que olvidó que él estaba ahí— ¿Qué sucede contigo? ¿Qué te dijo Tzuyu?

—Oh, cierto. —ambos se recostaron de lado, quedando de frente. Seungmin se obligó a mandar a Hyunjin y todo lo que causaba en él al fondo de su mente— Ella dijo que iba a intentar ayudarme, pero sinceramente no creo que den su brazo a torcer. —el menor hizo una mueca preocupada— Y ellos también quieren que agregue contenido más... huh... adulto a Haven. —la expresión de Jeongin habría sido graciosa si no fuera porque aquella noticia no le había sentado bien a ninguno.

—Tienen que estar bromeando. —Yang se enderezó, con su rostro poniéndose rojo del enojo— ¡No pueden obligarte!

—En realidad, sí pueden. Piensan cancelar Haven si no lo hago, Tzuyu los escuchó. —la voz de Seungmin salió estrangulada— No me lo han dicho directamente a mí, pero no deben tardar en hacerlo.

—Te van a amenazar. Aquí y en cualquier parte del mundo a eso se le llama extorsión. —Jeongin gruñó frustrado— Debes sentirte horrible. —dijo con pena, acercándose a su mejor amigo para acariciarle el cabello en apoyo— Buscaré alguna forma de ayudarte, debe haber alguna.

—No quiero que todo mi esfuerzo se vaya por la borda. —sus ojos se humedecieron y sus labios se abultaron con tristeza— Haven es una de las pocas cosas que tengo.

—Tranquilo, Minnie, juro que no dejaré que eso suceda, así tenga que ir a ponchar las llantas de sus autos y llenarles la oficina de papel higiénico. —Seungmin rio bajo, sabiendo que lo decía en serio— Mejor cuéntame qué te tenía sonriendo como un bobo.

Las mejillas se le calentaron, y su mano automáticamente se dirigió a sus labios, volviendo a sonreír ante el recuerdo de los labios de Hyunjin contra los suyos. Los ojos de Jeongin lo observaron acusadores y cautelosos ante su reacción.

—Me encontré con Hyunjin en la cafetería mientras hablaba con Tzuyu. Bueno, en realidad él se encontró con nosotros.

—Por supuesto que tenía que ver con Hwang. —In bufó con diversión, picando la frente se Kim.

—Shhh. Déjame terminar. —se sentó en la cama y se recargó en la cabecera, jalando a daengmo -su peluche favorito- consigo para abrazarlo— Llegó cuando estábamos hablando sobre ya-sabes-qué, y creí que había escuchado algo, pero parecía más concentrado en intentar probarle a Tzuyu que somos cercanos. —otra risilla se escapó de sus labios, haciendo sonreír a Jeongin— Parecía un niño pequeño que descubre que su mejor amigo ha hecho un amigo nuevo. Incluso me preguntó si con Tzuyu estábamos teniendo una cita. Es tan lindo.

—Eso último lo pondré en duda. —Yang soltó una carcajada cuando su amigo lo golpeó suavemente con daengmo.

—¡Yah! —exclamó Seungmin con divertida molestia— Se pegó a mi como lapa, ¡estaba tan nervioso! Sentía el corazón en la garganta y tenía miedo de que pudiera escucharlo. —ocultó su rostro en el peluche, mordiendo su labio inferior ante los nervios que volvieron a inundar su cuerpo— Un día de estos voy a desmayarme.

—Y ahí estará tu príncipe de brillante armadura para darte un beso de amor verdadero. —dramatizó Jeongin, poniendo sus manos en su pecho y soltando un agudo suspiro— ¡Oh, príncipe Hyunjin! Gracias por salvarme, permítame agradecerle ofreciéndole mi mano y otro beso, tendremos diez hijos y un perro, ¡muak!

—¡Yo no hablo así! —Seungmin se lanzó a golpear juguetonamente al menor, quién seguía imitando sonidos de besuqueos entre risas.

—Pero sabes que te mueres porque te bese de nuevo. —los golpes se detuvieron y Jeongin lo miró confundido— ¿Qué sucede? —cuando las mejillas de Seungmin se pusieron rojas de nuevo y llevó su mano a sus labios lo supo— Oh por- ¡Te besó otra vez! —el grito de Jeongin taladró sus oídos, haciendo que se encogiera en su lugar a la par que el menor lo tomaba de los hombros y lo sacudía— ¡Cuéntamelo todo!

Le narró a Jeongin absolutamente todo, desde la pequeña mentira de los labios resecos hasta las mariposas que revolotearon desde su estómago hasta su cabeza. El menor lo escuchó atento, con sus ojitos emocionados y sus hoyuelos mostrándose al sonreír, demostrando que aquello lo emocionaba tanto como a él. Seungmin agradeció que no dijera nada de su rostro sonrojado, ni de los cortos segundos en los que guardaba silencio para calmar a su acelerado corazón, únicamente soltaba pequeños soniditos para alentarlo a seguir.

—Y no sé si deberíamos hablar sobre los besos o simplemente dejar que las cosas sigan así y ver a donde estamos yendo. —los dedos de Seungmin se apretaban nerviosos entre ellos— Está claro que amigos amigos, no somos.

—Sea cual sea tu decisión, algún día vas a tener que contarle ya-sabes-qué. —Seungmin hizo una mueca, sabiendo que tenía razón— Si ambos van a ir en serio, tienes que ser sincero y no guardarle secretos, menos uno tan grande que podría cambiar muchas cosas.

—Lo sé... pero ¿Qué tal si pasa lo mismo que con Jisung? —Jeongin parpadeó confundido unos segundos antes de entender— Hyunjin me gustaba desde antes siquiera haber tenido una conversación real con él, pero él no sabía que yo existía hasta que su perro se comió mis fideos. ¿Y si está confundido?

—Lo tuyo con Jisung fue muy diferente, ambos se confundieron gracias a todo ese lío de los besos para "reforzar su amistad". —le recordó— Se querían, sí, pero no estaban enamorados. Se acostumbraron tanto al otro que creyeron estarlo por tanto beso que se daban. —Seungmin asintió avergonzado, dándole la razón— Cuando se hicieron novios al final se dieron cuenta de que solo se querían como amigos, lo hablaron y siguen siendo tan cercanos como antes.

—Pero sin besos. —dijo rápidamente.

—Exacto. Ahora, con Hyunjin no se habían besado hasta ese día. —Seungmin asintió— Y él actúa de la misma forma que lo hacía antes del beso, solo que ahora parece buscar excusas tontas para volver a besarte ¿no es así? —asintió de nuevo— No lo conozco bien, pero sé que tiene un trato especial contigo y parece querer demostrar que él también es especial para ti. Un ejemplo es lo que pasó con Tzuyu. Si sumas uno más uno, significa que le gustas también. No es tan complicado.

—Pero ¿y si no? —el menor rodó los ojos ante su negatividad.

—¡Deja de ser tan inseguro! —gruñó con frustración, tallándose el rostro— Invítalo a una cita, una cita real, no una de amigos. Déjale claro tus intenciones, y presta atención a su lenguaje corporal, si lo notas extraño, incómodo o distante entonces significa que no tenía razón, pero si se muestra receptivo y abierto a la idea de ustedes dos juntos, entonces significa que me debes un helado de chocomenta.

—¡Hey! No te aproveches.

—Estoy siendo serio ahora mismo. Si tengo razón vas a comprarme un helado.

—No lo haré, idiota. —Jeongin solo se rio, antes de salir de la habitación.

—Oh, lo harás, créeme.

manhwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora