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Ambos chicos se separaron asustados por la exclamación que hizo eco en el lugar. La cabeza de Hwang golpeó la pared después de ser empujado por un Seungmin que parecía atemorizado. Ambos se quedaron quietos en su lugar, mirándose con nerviosismo.

—Jisung, espera, no deberíamos estar aquí. —Seungmin abrió sus ojos de par en par, al parecer reconociendo las voces.

—Jisung esto, Jisung lo otro, ¡ya cierra la boca, Changbin! Quiero mis besos.

—Nos van a atrapar.

—¡Entonces entremos a una de las aulas!

—Están cerradas.

—Alguna se les debió haber quedado abierta.

—Felix se va a dar cuenta de que no existe alguien llamado Clark Kent en la universidad.

—Nunca se ha visto Superman, no lo hará.

—Eres muy cruel. 

—¡Esta está abierta! 

Seungmin soltó un chillido, mientras cubría su rostro y se escondía en el cuello de Hyunjin, soltando unos bajos "Que no me reconozcan, que no me reconozcan" que el mayor con suerte pudo entender.

—Ahora sí, Binnie, nadie podrá atraparnos. 

Kim levantó la cabeza confundido cuando la voz se escuchó más lejos, y no en la misma habitación como esperaba que sucediera.

—Eso... eso estuvo cerca. —un suspiro aliviado salió de sus labios, mientras recargaba su frente sobre el hombro de Hyunjin.

—¿Los conoces? —el mayor levantó sus brazos un poco sin saber dónde colocarlos— Parecías bastante... alterado.

—Sí... Jisung es mi amigo y el chico Changbin es su novio. —Seungmin fingió sollozar— Jisung me habría acabado vivo si nos encontraba aquí solos.

—¿Por qué dices eso? —el menor se removió y se alejó un poco para ver el rostro del mayor, quien terminó dejando caer sus brazos a sus costados.

—Bueno, nos íbamos a besar.

Aquello pareció caerles como balde de agua fría. Ellos en verdad iban a besarse. Si no fuera porque la voz de Jisung los interrumpió, probablemente estarían besándose en ese momento. Aquella interrupción solo los hizo ser verdaderamente conscientes de lo que estuvieron a punto de hacer.

Las mejillas de ambos se colorearon de rojo, e inmediatamente miraron a lados opuestos, sintiendo sus manos sudar con nerviosismo y sus corazones golpeando con fuerza sus pechos. Ninguno dijo nada, pero claramente había algo ahí. Algo que no podrían explicar en ese momento.

Hyunjin fue el primero en buscar la mirada del contrario. En su pecho había tantos sentimientos, pero el más fuerte era la decepción.

¿Decepción...? Bueno, era consciente de que Seungmin siempre lo hizo sentir bien y que por eso le había tomado tanto cariño en tan poco tiempo... ¿Pero de ahí a sentirse decepcionado porque los interrumpieron antes de besarse?

Él en realidad nunca había tenido el deseo de besar a alguien. Al menos no hasta ese día.

Se dio cuenta de que nunca se había cuestionado la verdad de porqué el menor le parecía tan lindo. Tal vez era normal catalogar como lindos a tus amigos, ¿verdad? Pero entonces pensó en Minho, y no pudo evitar hacer una mueca. No, no podía imaginarse a sí mismo tratando a Lee como trataba a Seungmin. Entonces... ¿Felix? No... Tampoco... Admitía que Felix era tierno cuando trataba de pronunciar una palabra que acababa de aprender, pero ¿Quién no sentía ternura de Felix?

En conclusión, Seungmin era único para él, ¿no es así? Y si era tan único, debía significar algo.

Tal vez me estoy volviendo loco. Pensó.

No era normal como quería hablar con Seungmin siempre, o como quería verlo todos los días, ni el como quería que su atención fuera únicamente para él cuando estaban juntos, y mucho menos el haber deseado besarlo.

Sí, definitivamente me estoy volviendo loco.

Sus ojos se movieron hacia los labios del menor cómo lo habían hecho antes de que los interrumpieran. Aún se veían tan rosados y brillantes a pesar de que Seungmin no los paraba de morder con nerviosismo. Los propios temblaron al imaginarse besándolos con delicadeza y cariño o tal vez algo más que eso.

Muy loco.

En verdad quería besar a Seungmin.

Que alguien me detenga.

Necesitaba hacerlo.

—Y si... si nos hubiéramos besado... —Seungmin lo miró curioso, aún con los nervios a flor de piel y las mejillas rojas— ¿Habría estado mal?

—¿Q-qué? —Kim se alejó un poco, desconcertado.

—¿Qué pasaría si te digo que... tal vez... sólo tal vez... en verdad quiero besarte? —Hyunjin se acercó, como león cazando a su presa.

—Hyunjin... n-no bromees.

—Hablo en serio. —murmuró— Quiero besarte. —los ojos de ambos se encontraron y Seungmin tembló ansioso— ¿Puedo?

Seungmin se encontraba tan embelesado, que sólo pudo asentir.

Y sucedió.

El sabor del bálsamo era mucho mejor de lo que había imaginado. Los labios de Seungmin eran tan suaves como el algodón, y parecían encajar a la perfección con los suyos. Era como estar en el cielo.

Rápidamente, el menor llevó sus manos al cuello de Hyunjin, buscando aferrarse a algo para dejar de temblar. El mayor pareció malentender un poco su acción, porque el beso pasó de ser un suave contacto a algo más.

Sus piernas chocaron torpes cuando Hwang jaló a Seungmin de la cintura para acercarlo más a su cuerpo, y habrían reído tímidos si sus labios no estuviesen ocupados moviéndose sobre los contrarios.

Se sentían tan emocionados, porque aquello era algo mágico, podían sentir los nervios, el cariño y la confusión del contrario en los torpes movimientos que realizaban. Pero ¿Qué importaba? Era su primer beso, mejorarían sobre la marcha, o esperaban, porque habrían más, ¿verdad?

Sus pulmones ardieron por la falta de aire, y a regañadientes se separaron, o al menos lo intentaron, porque Hyunjin dejó un par de besitos de mariposa sobre los labios de Seungmin antes de realmente separarse.

Quería decirle tantas cosas al menor, pero sus pensamientos estaban tan revueltos que soltó un torpe:

—¿D-dónde compras tu bálsamo? Sabe... sabe rico.

Seungmin parpadeó dos veces antes de soltar una risa tan dulce que le supo a su chocolate favorito.

—Si quieres podemos ir a comprar un par juntos, ya sabes, la próxima vez.

La próxima vez... Tres simples palabras que no debieron hacerlo sentir tan bien como lo hicieron. Le aliviaba saber que Seungmin no pensaba alejarse de él después de aquello.

—Me parece bien. —le sonrió— La próxima vez...

Ya quería que fuera la próxima vez.

manhwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora