Capítulo 4

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El fin de semana pasó rápido, hice mis actividades pendientes, arreglé el jardín y hasta tuve tiempo de convivir con Caleb en casa.

- ¿Cómo ha estado tu fin?

Eleazar y yo conversábamos mientras íbamos camino a la escuela.

-Perfecto, he podido arreglar el jardín.

-Y te ha quedado precioso.

- Muchas gracias, ¿y a ti, cómo te fue el fin?

- He resultó pendientes también. Todo perfecto.

- Que bueno.Yo Eleazar quería agradecerte por apoyarme tanto, no tengo idea por qué lo haces, pero...

- No, no agradezcas Any, lo hago encantado.

Pasó una semana más, lo cual significaba que el jueves se cumpliría un mes de la muerte de mi madre. Mi padre había regresado a pasar unos días con nosotros, pero ese tiempo fue tan fugaz que no notamos cuando se marchó de nuevo.

No podía quejarme, mi padre era el mejor, pero desde la muerte de mi madre era como si vernos le hiciera más pesada la vida, como si nosotros le recordáramos que la perdió.

El día jueves llegó sin pensarlo y decidí no ir a la escuela, no sabía si tendría el valor de enfrentarme a la realidad, me quedé en casa esperando que Caleb regresará de la escuela para ir juntos al cementerio.

- ¿Estás lista?

- Si.

- He pasado por flores después de la escuela.

- Perfecto.

- Anya, el cementerio queda demasiado retirado para ir a pie, crees que podrías... - sabía que se refería a que era inevitable ir en auto, pero yo aún no me sentía lista.

-Yo Caleb..., yo... creo que tendrás que ir sin mi.

- Pero Anya.

- Ve, deja las flores a mamá por mí y salúdala de mi parte.

- Anya...

- Esta bien Caleb, solo ve con mamá.

Me quedé sentada en el frente de mi casa después de ver cómo Caleb se marchaba. Cómo era posible que mi mente se bloqueara asi.

- ¿Qué haces afuera? - escuché a Eleazar bajarse de su auto.

- No he podido ir con Caleb.

- Oh, comprendo, pero, ¿lo has intentado pequeña?

- Yo, no puedo.

- Vamos, solo inténtalo, voy a estar contigo.

Duré varios minutos intentando poner un pie dentro del auto, cuando al fin lo logré, Eleazar me ayudó a ponerme el cinturón, de pronto los recuerdos me abordaron.

Su madre venía de regreso a casa en perfecto estado, cuando un automóvil invadió su carril haciendo que ella se volcara.

El sujeto conducía en estado de ebriedad.

Lo siento mucho, ha fallecido.

Mi respiración se volvía pesada, sentía que el corazón se me saldría del pecho.

- No mamá, no mamá.

- Tranquila pequeña mírame, solo mírame.

- Mamá, Eleonor no me dejes.

Respirar se estaba volviendo más difícil, sentía que en cualquier momento me desmayaría.

- Ya no puedo respirar, no puedo El...

NegaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora