Capítulo 24

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Luke estaba vivo, se encontraba en el infierno, se había enfrentado a todos los demonios y al parecer logro ganar el perdón después de enfrentarse a las máximas pruebas del inframundo. Todo este tiempo había luchado para volver, para regresar junto a mí.

¿Realmente crees que volverá a ti después que lo abandonaste?

Hice desvanecer mis pensamientos, en este momento no necesitaba centrarme en otro asunto que no fuera mi trabajo pendiente a cambio del cual había obtenido aquella información.

- Tierra llamando a Anya...

- ¿Necesitas algo Caleb?

- Estas demasiado callada, Eleazar ha intentado hacerte entrar en razón y no lo ha conseguido.

- Estoy bien, no molestes – intentando sonar divertida y calmada, al tiempo que le lanzaba uno de los cojines de la sala.

- ¿Siquiera le estas prestando atención a la película?

- Por supuesto.

Gracias a mis habilidades podía estar en demasiadas cosas a la vez.

Cené en calma con mi familia y Eleazar, quien ya se había vuelto uno más parte de esta casa, al terminar mi padre y mi hermano subieron a sus habitaciones mientras yo terminaba de arreglar todo en la cocina con el apoyo de Eleazar.

- Has obtenido información, por lo que veo... - era increíble cómo podía leerme en segundos.

- Así es – dije orgullosa.

- ¿Qué supiste? ¿Cómo puedes estar segura que es real? Son demonios Anya.

- Porque simplemente lo sé. Y tu me dijiste que no todos los demonios son iguales.

- Ahora confías en demonios, ¿desde cuándo?

- Desde que no tuve otra alternativa para encontrar a Luke y desde que mi ángel de la guarda me abandonó.

- Yo jamás te he abandonado.

- Lo hiciste en el momento que Luke desapareció.

- Desde entonces te la has pasado en todos lados, menos conmigo. Él también era tu amigo.

- Soy un ángel Anya, no puedo dejar mis misiones para concentrarme en buscar a un demonio.

- ¿Un demonio? Luke te defendió, Luke también era amigo tuyo - era imposible no enojarme, cómo se atrevía a olvidarlo y dejarlo por su cuenta, después de todo lo que pasamos los tres juntos.

- No vas a entenderme.

- No te entiendo, sabes por qué, porque estoy segura que si fueras tu quien estuviera en su lugar, el sí daría todo por recuperarte.

Dejé a Eleazar a media conversación y me retiré a volar, no tenía ánimos suficientes para dormir, solo necesitaba liberarme un rato.

Sobra decir que pasé una noche terrible, al día siguiente tenía escuela de nuevo, esperaba que fuera un poco más sencillo con las chicas disimular que todo estaba bien.

- Anya, ¿tu irás? – era viernes y las chicas intentaban reanudar los viernes de pijamas después de lo que había pasado con Harper.

- Debes ir – tenía tanto tiempo sin verlas, sin poder estar con ellas, apenas estaba superando el hecho de haber perdido a Harper por ser demonio.

- No puedo, tendrá que ser la próxima vez.

Me levanté y emprendí mi camino hacia la última clase antes de terminar la jornada escolar.

NegaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora