Había decidido arreglarnos en casa, Caleb estaba terminando algunas tareas en compañía de su novia, por más que intentamos no pudimos convencerlos de ir con nosotros y papá volvería mañana de los viajes de negocios, me alegraba pensar que lo vería de nuevo en casa; parecía que de nuevo todo volvía a encajar a la perfección en la tranquilidad.
- Te ves preciosa Anya – llevaba puesto un vestido verde esmeralda de una sola manga, a pesar de tener bastante tela a los ojos de Leah, este llegaba apenas hasta los muslos, cubría lo necesario; lo había acompañado de zapatillas negras y una coleta alta que dejaba a la vista el vestido por completo.
- Aunque el negro me hubiera gustado más.
- Para combinar con la maldad que habrá alrededor.
- No puedes satanizar el negro solo por estar asociado a la maldad. Yo amo el negro, y de hecho la maldad a veces es interesante... En todo caso el rojo también debería ser malo y tengo entendido que se asocia al amor y la pasión...
- Tú ganas.
- Intenta divertirte Anya, lo necesitas.
Leah llevaba un vestido rojo hermoso, más corto que el mío obviamente, este tenía la espalda descubierta y era de tirantes muy delgados, era imposible que mostrara más piel.
- Chicas, Eleazar llegó – anunció Caleb, entrando en la habitación.
- Gracias, ya bajamos. ¿Seguro que no quieres venir con nosotras?
- No, prefiero quedarme con mi chica, pero, que se diviertan chicas.
- Tu igual.
Apenas salimos del cuarto, pude ver a Eleazar, iba demasiado guapo en camisola blanca y pantalón beige, demasiado angelical, todo el era perfecto, pero su aura estaba especialmente brillante esta vez, de solo vernos la conexión se sintió extraña.
- Que bellas se ven chicas - volteando a verme.
- Ayyyyy mi amoooooor, muchas gracias se que me veo increíble. – dijo Leah arrojándose a los brazos de Eleazar, haciendo romper la tensión.
- ¿Nos vamos? - expresó con Leah aún en brazos mientras yo reía.
- Claro.
Apenas llegamos al lugar la música rebotaba hasta la salida, era un arconte, pero mi lado humano adolescente aún se sentía vivo, la emoción de pensar que tendría una tarde normal de diversión con mis amigos me sobrepasaba.
Al entrar nos encontramos con las chicas, quienes iban vestidas igual que nosotras con asombrosos vestidos de noche y zapatillas que las hacían lucir bellísimas.
- He reservado una mesa – anunció Harper.
La mesa era lo suficientemente amplia para todos, supe que Eleazar había encargado debidas para todas porque en minutos llegó un mesero con tragos y botellas para toda la noche.
- No saldré viva de aquí Eli.
- Tu diviértete, yo te cuidaré.
- Que haría sin ti – presionando sus cachetes como abuela cariñosa.
Varios tragos y canciones después comenzaba a sentir que me relajaba como nunca. Hasta que pasó lo inimaginable, ahí en una de las mesas del otro lado de la pista de baile, en el segundo piso del lugar, estaba él, Luke.
- Anya, ¿estás bien? – preguntaba Eleazar al verme paralizada.
- Baila conmigo Eleazar - respondí sin pensar, no sabía si era el alcohol, lo terrible de la situación o yo quien hablaba pero ya había iniciado algo inevitable.
ESTÁS LEYENDO
Negación
FantasíaLa vida es un momento y la existencia un misterio y la muerte, ¿será el final? La realidad es un conjunto de decisiones tomadas a lo largo del proceso de vivir, pero, ¿qué pasaría si nuestro destino estuviera marcado por una profecía? Negación es un...