Prólogo

58 2 0
                                    

- Entiendo Eleonor, pero también podrías ponerte en mi lugar, sé que le gusto a Gael pero es complicado.

- ¿Cómo te hago entender que soy tu madre y no "Eleonor"?

- "Mamá" es un término muy común, tú eres única.

- Eres mi rayo de luz, como lo dice el significado de tu nombre.

Había sido la última conversación que tuve con mi madre.

- ¿Lo recuerdas? Me aconsejaste que me diera una oportunidad con ese chico inteligente que usaba esos lentes enormes, estaba en mi clase y a ambas nos parecía tan lindo.

- Solo quería decirte que no pude darle la oportunidad, sé que lo comprenderás, pero en este momento ya no tengo cabeza ni fuerzas para nadie.

El clima comenzaba a volverse más fresco y nuevamente había olvidado mi suéter en el casillero de la escuela; además pronto iba a oscurecer, debía llegar a casa antes de que eso pasara, no quería preocupar a mi familia.

- Eleonor, si me hubieras dicho que esa sería mi última oportunidad de platicar contigo, habría elegido un tema menos trivial y poco importante.

Me senté en la tumba de mi madre, acariciando la parte donde estaba su nombre plasmado.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Eleonor Amelia Wilson (1978 - 2018)
Mujer y madre bondadosa,
te recordaremos por siempre.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

- Eleonor, es una realidad tan insoportable... - las lágrimas siempre acababan ganando a mi fortaleza.

- Duele demasiado, me dicen que ya debo superarlo, pero yo siento que acaba de ocurrir. Ya no quiero que duela Eleonor, ya no quiero que duela mamá.

La oscuridad me consumió una vez más como lo había hecho cada que se cumplía aniversario de la muerte de mi madre, estaba acostumbrada a venir el día 19 de cada mes, pensando que solo sería cuestión de minutos, pero aquí estaba de nuevo, en la oscuridad, sentada frente a la tumba de mi madre.

De pronto comencé a escuchar pasos que parecían no tener un rumbo fijo, pensé que podría ser otra persona visitando a algún amigo o familiar, después de todo el cementerio era enorme.

¿No es irónico? ¿Cómo es que las personas preferían visitar a los muertos que a los vivos? Quizá la muerte tenía un atractivo especial.

La sensación de dolor que tenía en ese instante me impidió sentir exactamente lo que ocurría.

- Debería volver a casa, pero el hecho de saber que llegaré y no estarás me congela.

- Soy una cobarde Eleonor, ¿tú qué piensas? - mi psicólogo creería que estoy enloqueciendo.

Cuando sentí la presencia de alguien extraño, tenebroso, envuelto en un aura aún más oscuro; se posó frente a mi, al otro lado de la tumba de mi madre.

- Eres tu... - dijo.

Pensé que podría escapar, pero cuando quise correr en otra dirección dos sujetos con cuerpo de humano pero con el mismo aura oscuro aparecieron frente a mí.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO
NEGACIÓN

NegaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora