Negación

Capítulo 12

Habían pasado dos semanas desde que ocurrió aquella horrible experiencia en la que fui raptada, no pude regresar a la escuela, había tenido que decir que padecí una enfermedad muy contagiosa y debía estar en cuarentena.

De día me protegía Eleazar y por la noche me cuidaba Luke, me había mantenido en la que supuestamente era su casa y así sería hasta que cumpliera los 18 años y me transformara completamente en lo que verdaderamente era.

Solo quedaban dos semanas y entonces cumpliría los 18. Había aprendido mucho acerca de lo que era un arconte, de acuerdo con Eleazar al desaparecer el hechizo debía obtener inmediatamente todos mis poderes y entonces sería el momento de comenzar mi labor como arconte, como el último del mundo.

- ¿Vas a contarme de mis padres reales al fin Eleazar? – llevaba días insistiendo en el tema.

- No se si estés lista, los síntomas del final del hechizo son cada vez más fuertes Anya. Mi deber es protegerte no dañarte.

- Lo sé, eres mi ángel de la guarda, pero quiero saberlo.

- ¿Están vivos?

- Cuéntale Eleazar, si sucede algo la tranquilizamos y listo – lo animó Luke.

- Esta bien. Tus padres están vivos.

- ¿Dónde están?

- O bueno eso se cuenta, tus padres eran dos ángeles con un grado muy alto en el cielo, formaban parte de la guardia del rey. Y como ya te hemos dicho, los ángeles no deben tener una relación entre sí; pero se dice que el amor que se tenían tus padres era tan fuerte, tan verdadero que decidieron hacer todo lo posible por estar juntos a escondidas.

- Todo se complicó cuando iban a tenerte a ti, obviamente fueron descubiertos y desterrados del cielo.Tus padres tenían pensado seguir juntos en el destierro, pero al conocer en lo que te convertirías prefirieron protegerte con un hechizo que te haría humana hasta que cumplieras tus 18 años y dejarte a cargo de una familia, obviamente se aseguraron que se tratara de una familia que pudiera darte el mismo amor que ellos. Después de eso ambos se separaron y desaparecieron para proteger tu paradero.

- Mis padres se amaron y fueron desterrados por ello.

- Así es el cielo Anya, como en todo existen reglas.

- Pero estaba yo.

- Eso no lo sabíamos, hasta hace algunos años, cuando la profecía cambió y anunció tu llegada al mundo.

- ¿Cómo se hacen llamar ángeles si son capaces de tanto?

- No intentes entenderlo, son reglas antiguas, así deben ser las cosas.

- Pero mis padres, yo... – podía sentir como me hervía la sangre de la rabia, mis padres se amaban y habían sufrido por amor.

- Eleazar, para – Luke entró con una toalla. Limpió mi nariz, no me había dado cuenta que el esfuerzo y la rabia había hecho que sangrara.

Ya era la tercera vez que pasaba en la semana, al parecer todo era efecto del final del hechizo, debía tratar de estar tranquila hasta que cumpliera los 18 años, pero cada vez que descubría un fragmento nuevo de la verdad, tener tranquilidad se volvía más complicado.

- Luke, ellos solo se amaban.

- Lo sé. Pero Anya eso no es importante ahora, piensa en ti. Eleazar tiene razón en algo, estamos aquí para protegerte.

- Si también estas aquí porque es tu obligación como Eleazar entonces puedes irte ahora – era mi coraje quien hablaba.

- Se que estas molesta y por eso lo dices.