Capítulo 7

7 1 0
                                    

La semana siguiente recibimos la visita sorpresa de mi padre, Caleb y yo estábamos felices, pero su constante abandono luego de la muerte de mi madre hacía que de cierta manera nos diera igual tenerlo o no en casa.

- ¿Y cómo va la escuela Caleb?

Mi padre intentaba formular una conversación mientras cenábamos juntos una de las noches.

- Todo bien papá, he mejorado mucho las notas.

- Que bien, ¿y qué tal tu Anya?

- Bien.

- ¿Solo bien?

- Si.

- Anya yo sé que no he estado pero así es mi trabajo.

- ¿Cómo te atreves papá? Te necesitábamos, y no estuviste y no has estado.

- Anya yo...

- Tu nada papá, eres un desconsiderado.

- Anya no le hables así a papá.

- Es la verdad Caleb. Mamá murió y el nos abandonó. Se sintió como perder a ambos padres al mismo tiempo.

- Yo Anya, solo pensé que hacía lo mejor. Que los estaba protegiendo.

- ¿Protegiendo de qué papá?

- Yo no puedo decirte Anya.

- ¿Cómo nos protegías papá? ¿A qué te refieres? - esta vez fue mi hermano quien cuestionó.

- No puedo explicarles aún, pero Anya yo todo lo hice por amor, por su bienestar.

- Que fácil es poner escusas. Tus hijos te necesitaban y tú simplemente te marchas.

Me levanté de manera apresurada de la mesa y subí a mi habitación. Cerré la puerta con todas mis fuerzas y me derrumbé en la cama.

- No pasa nada Anya, no pasa nada - escuché toquidos en la puerta.

- Any, ¿cómo estás?

- Estoy bien Caleb, solo que no entiendo a nuestro padre, qué clase de persona abandona para proteger.

- No lo sé Any, yo tampoco lo entiendo; pero el jamás ha sido malo con nosotros, quiero creer que tiene sus motivos para hacer lo que hace.

Tenía razón, mi padre siempre había sido el mejor, mamá lo amaba, se notaba en su mirada.

- Quiero ser feliz y estar en paz Any, quiero que volvamos a ser una familia.

- Jamás volveremos a serlo, ya no está Eleonor, Caleb.

- Podemos ser felices Any, estoy seguro - y después de mencionar eso, se retiró.

La semana estaba pasando rápido, hoy era jueves, comenzábamos los exámenes. Con mi padre en casa, me pasaba el mayor tiempo en mi habitación lo que me había permitido estudiar más.

- Definitivamente amo la psicología, el ser humano es tan fascinante.

- No creo que haya algo para lo que no seas buena Leah.

- Entremos, el examen de Historia está a punto de comenzar.

Me senté, la cabeza comenzaba a pulsarme, quizá era por nervios de los exámenes. Pero el dolor comenzó a extenderse por todo mi cuerpo, sentía como si mi cabeza estallaría. Solté un grito ahogado.

- Anya, Anya, ¿qué sucede?

- Mi cabeza Leah, yo, yo no puedo.

El maestro dio la orden de que acudiera a la enfermería, cuando salimos al pasillo mi mirada se cruzó con la de Luke.

NegaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora