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[Narra kiyoko]

¿Eh?...

Estaba en la mesa, ya que estaba un poco más escondida no hubo personas que notarán el echo de que se aumentó un integrante en ella.

éramos cuatro personas, una asustada, y si, cualquiera lo estaría, nunca llega una chica que no conoces de la nada. Otros dos sorprendidos, y yo en una mezcla de todos, nerviosa, asustada y sorprendida.

¿Qué había escuchado? ¿me lo imagine? posiblemente estaba al borde de un episodio psicótico, sin mencionar que llegue a una mesa al otro lado del comedor sin si quiera chasquear los dedos.

En fin, ¿Pasa todos los días?

—huh... ¿Hola? —dije despertando a todos del trance, una pelea, una pelea, no planeaba golpear a nadie, aún así, cambiar el sentimiento de miedo a emoción era mejor que tener una crisis.

—¿¿Ehhh??—exclamaron el de orejas de elfo y la chica.

—¡Kiyoko-san! ¿Cómo estás? ¡No me dijiste tú salón y no viniste a el nuestro, pensé que no volvería a verte! — interrumpió Mirio quién parecía ser el más calmado de los tres, la última vez desaparecí en frente de el por lo que tiene que haberse echo una idea — de todas formas, gran entrada.

—no suelo pasearme mucho por la u.a, mis compañeros me pidieron venir a comer...y ¿te vi?— explique.

—eso es genial ¡realmente pensé que tendría que ir curso en curso preguntando! Por cierto, te los presento — dijo señalando a los otros —el chico a tu lado, pegado a la pared, Amajiki Tamaki y la chica a mi lado, que aún no reacciona, Hado Nejire.

—Mmhmm... Es un placer, Amajiki-senpai, Hado-senpai —salude,  se sentía raro, gajes de nunca ir a una escuela, supongo.

—¿Eres kiyoko-san, verdad? ¡Solo dime Nejire! ¿Cómo estás? ¿Eres conocida de Mic-sensei? ¿estas bien? ¿Qué hacías en el baño el primer día? ¿Cómo conociste a Mirio? ¿En qué salón estás? ¿Estas enferma? ¡Oh! Y... —siguió escupiendo 30 preguntas por minuto.

—¡N-Nejire, d-de-detente! N-no puedes b-bombardear a alguien que acabas de c-conocer con p-preguntas— interrumpió Amajiki.

—oh si, mi error— rio —lo lamento.

 Al darse cuenta de que había corregido a la chica, este, volvió a pegarse a la pared, solo que esta vez totalmente rojo.

Extraño.

Lo era.

—oh, Nejire-san es la chica que me encontró ¿no? lo siento y gracias—.

Habas como estúpida ¿lo sabias?

Gracias.

—¡Wow! ¡Eres tan linda! —grito tratando de dar la vuelta a la mesa para acercarse más, a lo que me levante, sorprendiendo a los tres en la mesa. 

—p-perdón, y-yo... No me gusta que me toquen, lo siento.—

ahora eres una idiota.

Si, lo sé.

—ahh... Eso lo explica— murmuró —no te preocupes, soy bastante impulsiva, lo siento kiyo-chan.

Sonó el timbre que indicaba el término del receso.

—no, está bien, hado- mh, no, Nejire-san, gracias de nuevo, Mirio-kun me alegro de que hayas llegado bien a casa y Amajiki-Sempai, esa mañana, estuve a punto de dar la vuelta y volver, realmente me ayudaste esa vez, ah, eso creo, muchas gracias a los tres, Adiós.

Aprender a sanar [Tamaki amajiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora