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[narra kiyoko]

—no...no, no, no ¡No! ¡Idiota! ¡Imbécil! ¿¡Que hiciste!? —grito el peli-rojo agarrando el cuello del contrario— ¿Por que es así? ¿Por que está así? Mierda... ¡¡Mierda!!—.

—Vamos Shigeru... Deberías agradecer que sigue viva ¿Por que te pones así? —hablo doc.

—¿¡Por que me pongo así!? ¡¡ES TU MALDITA JODIDA CULPA!! —Grito otra vez tomando un vaso y lanzándolo en mi dirección.

—¡Cállate! ¿¡Quieres!? Haces que me empiece a irritar— suspiro —Si tanto te gustaban sus malditos ojos, se los hubieras arrancado, no me culpes, ni si quiera sabemos si fui yo, tu, o los 11 tipos que trajiste.—

—¡¡¡AGH...!!! —Grito Shigeru tirando y golpeando todo a su paso, haciendo un agujero en la pared y con ello saliendo de la habitación mientras maldecía.

tsk...Hombre...el se sigue comportando como un niño, ni si quiero respondió ¿puedo arrancarte los ojos, o no? Es interesante investigar por qué dejaron de cambiar... —murmuro cambiando el interés desde Shigeru hacia mi—humm... Rojo, Diferentes tonos de azul, Naranjo, celeste y verde, solo eso alcanzamos a ver y ahora son plomos ¿Qué paso? ¿Por que fue? ¿Qué sucede por tu cabeza?...

Que es... ¿Plomo?

¿Qué está pasando?

¿Mis ojos? No los quiero.

—...

—...tal vez es por qué eres su quinta hija, pero los ojos del resto de mocosos siempre tienen el mismo color, no lo entiendo...no lo entiendo, quiero saber —siguió murmurando— los suyos dejaron de cambiar hace mucho ¿Fue por ti? No creo, ahg... ¡Es complicado! —dijo tomando sus cosas y azotando la puerta al igual que Shigeru.

Ahhh...

[...]


El día empezó otra vez.

Me levanté y fui directo a lavarme los dientes, todo era una pesadilla si se trataba de esa casa, pero estaba bien, no había sido tan malo.

En el baño pude verme en el espejo, ciertamente eran plomos.

Estos últimos años tras aprender y escuchar, pude entender muchas cosas, habían pasado solo cinco años, aún que había intentado buscar miles de veces a mis hermanos, sigo intentando, sin embargo, nunca intenté buscar a... mamá o...al resto, no veía noticias, ni veía programas de ex-heroes, ni documentales, el pánico se apoderaba de mi cuerpo de solo pensar en escucharlos otra vez. 

Al verme solo observaba a una chica desgastada, entendía por qué nadie confiaba en mi, parecía que todo en mi se caería a pedazos.

pasada una hora deje de torturarme por mi apariencia y salí, teníamos algo así como una...¿Cocina americana? Por simple gusto de Hizashi, al verla no pude hacer nada más que acordarme de la discusión de anoche, tenía que disculparme.

La hora no era muy favorable, no era tan temprano, pero aún seguía siendo lo para dos maestros de secundaria que no tenían trabajo, me dirigí a la cocina para hacer el desayuno para los tres, podría hacer algo de tiempo, y serviría como disculpa, hice el horrible café de Hiza junto con tostadas, más café (del bueno) con leche para mí y Aizawa.

Coloque todo en una bandeja y di vuelta a la mesa para tomar de nuevo la bandeja y así dirigirme a la habitación de ambos y tocar.

—mmmmhh...Pasa— se escuchó junto con un bostezo desde dentro.

Aprender a sanar [Tamaki amajiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora