capitulo 12

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El cielo parece que llorará en cualquier momento, el viento se escucha como un lamento, no daba acto de presencia el cantar de los pájaros como si hubieran desaparecido, al parecer el clima coincide con mi humor del día de hoy.

No lo quería aceptar pero hoy es el día donde tendré que volver a vivir con miedo, tener  que aguantar las humillaciones de mis compañeros y todo por ser un omega que no pertenece aqui, aunque antes de venir aqui escuche que la academia en estos últimos años han reclutado a más omegas, al principio me alegre al escuchar eso pero toda esa alegria se esfumo cuando una vecina me dijo con "buena" intención que los omegas que vienen aquí solo están en buscá de un marido, además que no me metiera al mismo saco con ellos porque ellos si son útiles para su familia y yo en cambio solo soy un estorbo para mi padre, después de decirme todo eso volvio a  rectificar que era con "buena" intención.

En pocas palabras no importa si hay más omegas como yo, ellos tienen un valor superior al mío, sin embargo en todo el tiempo que llevo aqui no he visto a ningún omega, por esa razón presiento que serán muy pocos y la mayoría serán alfas que son los líderes y los betas que estarán a sus órdenes, tan solo pensar en eso hace que no quiera salir de mi habitación, lo único que tenía de consuelo era la llamada de ayer de Leon, puede que no intercambiaramos ninguna palabra porque en todo momento estuve llorando y el consolandome, por lo que no pude preguntarle que le pasaba últimamente.

"-Kazu estoy aqui-" en tan solo pensar en esas palabras me daban un poco de alivio a mi corazón porque eso quiere decir que Leon aun no me ha sacado de su vida, pero al recordar que solamente estuve llorando todo el tiempo hasta caer dormido, me provoca mucha vergüenza.

Voltee a ver la ventana y ese clima que vi al abrir mis ojos seguía igual, aunque ahora lo veo más deprimente por estar despierto al cien porciento.

Solté un suspiro de resignación pues como quisiera quedarme acostado todo el día pero tampoco quiero ser asesinado por esa señorita pelirroja... aunque pensándolo mejor su cabello se inclinaba un poco más al naranja pero eso no importa en este momento, así que con todo el dolor de mi corazón me empece a alistar, al verme en el espejo, note que mis ojos estaban hinchados y la causa era muy obvia, solamente espero tener otra oportunidad para hablar con Leon para por fin poder aclarar la situación, voltee y mire mis lentes, si los llevo la hinchazón de mis ojos pasará desapercibida pero empece a recordar que todas la veces que lleve lentes a clases, terminaban rotos, en un excusado o en la basura y realmente no quiero que rompan este par así que mejor me llevo los de contacto, ahora que ya no veía borroso decidí cambiarme.

Mientras empezaba a acomodar mis cosas recorde que en la clase habrá alfas así que decidí utilizar uno de mis collares más resistentes, después de lo que paso con Monokuma en la secundaria me he vuelto más precavido pues no quiero que se vuelva a repetir, el collar no era nada discreto pero lo importante es que es muy difícil de romper, ahora lo que más me preocupa es mi cabello, durante todo este tiempo ha crecido hasta casi llegar a mis hombros, no esta muy largo pero a como lo tenía antes es un gran cambio,la última vez que tuve este largo fue cuando aún mi mama estaba conmigo, siempre me recostaba en su regazo mientras ella acariciaba mi cabello y decía lo hermoso que era, recordar eso me hacia sentir bien y al mismo tiempo mal pues desde que se fue la gente del pueblo en vez de decir que era hermoso, lo consideraban desagradable y para los niños era como una correa pues Monokuma me jalaba de ahí para que lo siguiera a todas partes o si me intentaba defender me jalaba tan fuerte que a veces provocaba que sangrara de donde jalaba, para evitar ese tipo de situaciones procuraba mantener mi cabello corto, pero después de mucho tiempo por fin puedo ver el cabello que tanto le gustaba a mamá y a mi,por eso no lo quiero cortar pero tampoco deseo que me vuelvan a jalar de ahí.

Me quede un rato pensando que hacer, hasta que recorde algo,me dirigí al closet donde tenía una caja que contiene las cosas que más valoro por ejemplo ahí están los cuentos que me regalo mi mama, igual que un gorro negro que le pertenecia, lo saque y me le quede viendo, pues recuerdo que era su gorro favorito que traía a todas partes, por esta razón este gorro es lo más importante que tengo de ella, además que fue su último regalo de su parte para mi.

Volví a verme en el espejo,me coloqué el gorro el cual ya me quedaba a la perfección, era muy cómodo además que me ayudara a evitar que me jalen el cabello pero para evitar que me jalen por detrás decidí meter todo mi cabello en el gorro, el gorro era los suficientemente bueno pues no se movia y además cubría todo mi cuero cabelludo provocando que ni siquiera se aprecie el color de mi cabello.

Tenía todo listo para irme además que no debo llegar tarde y no era porque estuviera emocionado de ir a clases, la causa era las consecuencias que tendría si llego tarde ya que eso significa ser la víctima de la bromas mañaneras y déjenme decirles que no se siente bien comenzar el día completamente mojado, estar lleno de harina o estar completamente golpeado, así que para evitar eso debo irme ahora mismo pero antes de salir le mande un mensaje de buenos días a Leon era una costumbre que tenemos aunque sus mensajes ya no son muy frecuentes.

Con todo ya hecho abrí la puerta con la esperanza de ver una nota de mi vecino pero a cambio vi a una señorita pelirroja o mejor dicho pelinaranja que tenía una gran sonrisa la cual se veía muy falsa a mi parecer ya que al vivir en un pueblo donde todo el mundo son hipócritas (excepto la familia kuwata), aprendes a identificar las falsas sonrisas.

- Buenos días~ listo para ir a clase- canturreo, se notaba que no era una pregunta y más al ver que tenía una cuerda atrás de ella, así que solo me resigne a asentir -woah honestamente esperaba que escaparas o mínimo que te resistieras... bueno hiciste que todo fuera más facil así que pongámonos en marcha- no refute ni hice nada para negarme pero no era porque quisiera sino porque no podían salir las palabras de mi boca por el miedo que sentía al pensar lo que me esperaba en clase.

Durante todo el camino mantuve mi vista en el suelo podía sentir su mirada de vez en cuando, pero no decía nada y regresaba su mirada hacia adelante, realmente esperaba nunca llegar al salón pero al momento que levante mi vista me di cuenta que ya estábamos enfrente del salón de clases.

- ya llegamos así que entra- por obvias razones quería que yo entré primero, posiblemente era para evitar que escapara pero honestamente ya me había dado por vencido desde el momento que la vi en mi puerta, se escuchaba un alboroto que provenía del salón, lo cual me sorprendió ya que aún faltaba una hora para que iniciara la clase, pero ese alboroto puede ser algo bueno para mí ya que cada quien estará con lo suyo y así tal vez no se darán cuenta que entre, eso me hizo tener un poco de coraje para entrar.

Al momento que abrí la puerta me di cuenta que ese pensamiento fue un gran error pues sentí la mirada de todos sobre mi y en un instante en vez de ver a los que serían mis compañeros de ahora en adelante vi a todos mis compañeros de la secundaria, sentía la malicia de sus ojos y veía las sonrisas burlonas, hasta empece a escucharlos decir "quien te crees que eres para entrar con la mirada en alto", era demasiada presión que baje la mirada al instante, no había dado ni un paso dentro del salón y ya quería salir corriendo, no se cuanto tiempo paso hasta que escuche a la señorita.

-oye esta desocupado el lugar en medio de Sonia e Hiyoko- al escucharla hablarme entendí que no estaba en el pueblo, así que volví a echar un vistazo a mis compañeros pero solamente vislumbre a mis compañeros de secundaria enojados por atreverme a verlos a los ojos así que me límite a mirar el suelo,camine sin despegar mi vista hasta que note la banca vacía la cual estaba en la primera fila lo cual era bueno, lo malo es que estaba en medio de dos personas.

Me gustaría decir que después de sentarme la clase continuo como si nada pero en cambio aún podía sentir las miradas de todo el mundo, seguramente estaban enojados por todas las molestias que les hice pasar, había un silencio sepulcral en el aula , seguramente están pensando en como vengarse, no dejaba de mirar mis tenis pero de repente vislumbre mis zapatos de secundaria,ya que en toda la secundaria me la pasaba viendo mis zapatos para evitar la furia de Monokuma, pues si lo hacia enojar le daba permiso a los demás de poder hacer todo lo que quieran conmigo.

Iba a continuar divagando en mis recuerdos, pero me vi interrumpido por la señorita.

-Hoy es un día especial clase, porque por fin estamos todos juntos, yei~ -dijo alegremente o eso me pareció escuchar porque no me atrevo a apartar la vista del suelo, crei que el ambiente seguiría igual pero me sorprendí al escuchar aplausos y risas, lo cual me resulto raro, en el pueblo solo me hubieran maldecido por las molestias que cause, tal vez... tal vez ellos sean diferentes.

 -Así que vamos a darle la bienvenida a su compañero y presentarnos para que sepa quienes somos- era raro este ambiente en el salón, poco a poco podía volver a ver mis tenis pero de repente escuche "que molesto, porque debemos hacerlo de nuevo, no es nuestra culpa si el no vino antes" y de nuevo volví a ver mis zapatos de la secundaria, realmente que esperaba, solamente debo aguantar hasta que pueda salir del salón.

No llores másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora