Capitulo 17

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No sé que está pasando, me preguntó ¿qué hice?, para terminar siendo cargado y rodeado por mis compañeros hacía un destino incierto, durante todo este tiempo procure evitar cualquier contacto con ellos y en ese momento pensé que ellos tampoco estarían interesados en mí, pero al parecer me equivoque.

Mi último pensamiento de escape abandono mi cabeza al ver a ese rubio viéndome con una mirada que decía que si me resistía moriría en cualquier momento, así que solamente permanecí como un bulto muerto hasta que llegáramos a donde nos dirigíamos., sin embargo, no podía dejar de pensar el porqué Sakakura me dejo ir fácilmente, parece que él sabía que esto iba a pasar.

No pude continuar indagando sobre eso porque de repente volví a sentir el piso y mi primera reacción fue correr, lo cual fue un fracaso porque ese hombre musculoso me estaba sujetando de mi ropa, así que mejor me rendí.

Levante la mirada para ver el lugar donde sería ejecutado el cual resulto ser la cafetería, lo que me hizo entrar en pánico, ya que sentía que todo el mundo nos veían, no sé por qué, pero sentía que hablaban y reían sobre mí, por lo que instintivamente retrocedí provocando que chocara con esa persona musculosa, el cual hizo que empezara a avanzar.

Por cada paso que daba sentía que las voces de esas personas se hacían más y más fuerte, diciendo cosas como: "¿Quién se cree ese omega?", "seguramente esconde su cabello, para que un alfa lo pueda marcar más fácilmente" acompañadas de risas llenas de malicia. Quería irme, pero de repente me encontraba ya sentado en una mesa con esas personas, las cuales no tengo idea en que estaban pensando al traerme aquí.

Sentía sus miradas sobre mí, y al parecer el rubio con traje iba a decir algo, pero fue detenido por una chica que estaba vestida como enfermera, provocando que empezara a comer al parecer no muy contento por haber sido interrumpido, al ver que no me dirían la razón por la cual me trajeron decidí ver el suelo, puesto que el hambre se me había ido.

Veía mis tenis como si fueran lo más asombroso del mundo acompañado del piso y unos pocos trozos de comida tirados por ahí, este escenario era algo que me ha acompañado casi toda mi vida, ya que como omega no merecía ver más allá de esto y siempre esta vista era acompañada por el sonido de risas, burlas y hasta agresiones, las cuales eran casi siempre de parte de Monokuma y sin darme cuenta lo invoque.

-Ahhh ese maldito omega no lo he podido encontrar estos últimos días- escuche su voz la cual me decía que en estos momentos no era conveniente que me viera - cuando lo encuentre le haré recordar su lugar- dijo molesto. 

Intente encogerme lo más que pude para que no me viera, mi miedo era demasiado provocando que solamente lo pudiera escuchar a él, cada paso que daba se sentía más y más cerca de mí, escuchaba como hablaba de mí y lo que me haría cuando me viera, empece a temblar, en este momento empece a odiar a esta gente que me trajo aquí, si solamente me hubiera quedado con Sakakura no estaría sufriendo ahora.

Su voz se escuchaba más cerca, ya me estaba preparando de lo que venía, pero nunca sentí su mano o algo parecido, en cambio, lo empece a escuchar más lejos, levante un poco mi mirada y pude ver que no se dio cuenta de mi presencia, eso en vez de tranquilizarme me hizo temblar más.

Cuando lo perdí de vista ya pude respirar normalmente de nuevo y pude ver que todos en la mesa me estaban viendo, yo realmente no sé que hago aquí, les quería decir "es divertido lo que ven" o "Se sienten decepcionados porque Monokuma no les pudo dar su show", todo tipo de cosas les quería gritar, pero al ver su mirada me mostraban un sentimiento que solamente he visto en Leon y su familia.

Un chico de ojos verdes que vestía una corbata parecía querer decir algo, pero antes de lograrlo sonó la campana que indicaba que acabo la hora de descanso, pude ver una oportunidad de escape al ver que se distrajeron.

Así que corrí y me aventé en la primera ventana que vi, no sabía a qué altura estábamos, pero al sentir el pasto agradecí que escogieran la cafetería del primer piso y no la del segundo, como pude recupere el equilibrio y corrí lo que más que pude hacia mi dormitorio.

Cuando llegue cerré la puerta con seguro, hasta puse una silla bloqueándola por si intentaban entrar, cuando me sentí seguro lo primero que hice fue llamar a Leon.

No podía dejar de temblar, y a cada pitido que escuchaba del teléfono hacía que me pusiera más nervioso, tenía miedo que no contestara como antes, si no atendía su teléfono no sé que haré.

Pero de repente pude escuchar su voz-Hola Ka- -.

-¡LEON ¿POR QUÉ TARDASTE?, ¿ME VOLVERÁS A ABANDONAR?!- no lo deje ni saludar, y solo procedí a gritarle. -¡POR FAVOR NO TE ENOJES CONMIGO!... Seré un mejor amigo, pero no me dejes- susurre lo último acompañado de mis sollozos, no me podía controlar, sentía que estaba en el pueblo donde todos los días eran así.

-Kazu ¿qué paso?, ¿Te hicieron algo?- escuchar su voz preocupada y desesperada, hizo que me calmara un poco porque sentía que Leon aún me quería- ¿Quieres que vaya?, puede ser que no me dejen entrar, pero no te preocupes puedo intentar colarme para golpear a esos patanes y- - lo interrumpí porque si lo dejaba seguir era capaz de venir.

-Por favor solamente dime que todo va a estar bien... por favor- no podía dejar de temblar, escuchar la voz de Monokuma después de mucho tiempo me hizo recordar como me sentía todos los días cuando vivía en el pueblo.

Leon no dijo nada al parecer comprendió que estaba muy asustado y que no contestaría ninguna pregunta que me hiciera así que solamente procedió a decirme que él estaba ahí y que todo estaría bien.

Me la pase escuchando su voz que me transmitía tranquilidad provocando que los temblores empezaran a desaparecer poco a poco y que poco a poco me empezara a calmar, provocando que mis lágrimas dejaran de salir, no sé cuanto tiempo paso, pero sin darme cuenta me quede dormido y lo último que escuche fue un "descansa" de parte de Leon.


No llores másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora