Capitulo 16

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Desde que conocí a Sakakura el tiempo se ha ido volando, ya que solamente debo soportar las primeras dos horas de clase y después puedo pasar el resto del día con él, puedo decir con seguridad que Sakakura es alguien en quien puedo confiar porque al inicio me ponía muy nervioso al estar con él, pero como ha ido pasando el tiempo se ha abierto a mí, provocando que yo también lo hiciera, cuando le conté a Leon pude notar sus celos, pero lo calme al decirle que Sakakura no lo podía reemplazar, lo cual es verdad, ya que Leon es alguien con el que puedo bromear y hablar sobre cosas que nos gusta y con Sakakura le puedo preguntar cosas que con Leon no podría, además Sakakura puede comprender un poco más sobre como me siento y sobre algunas situaciones que los dos podemos entender, puesto que los dos somos omegas en una sociedad mediocre, por esa razón tome valor para contarle sobre lo que paso con Monokuma, desde que éramos niños, hasta cuando intento abusar de mí, esto último nunca se lo había comentado a nadie ni siquiera a Leon, no sabía cuál sería la reacción de Sakakura tal vez diga que es mi culpa por no saber cuidarme, sin embargo, lo que recibí a cambio fue un abrazo.

El abrazo de Sakakura se sintió cálido, pero era una calidez diferente a la que me daba Leon, era más parecida a la que me daba la mamá de Leon, solo pude acurrucarme más en sus brazos, buscando más esa calidez.

-Puedes llorar- eso me tomo en sorpresa, ya que esperaba de todo menos eso- seguramente ni tiempo tuviste tiempo para llorar, pero tienes todo el derecho de hacerlo, no es tu culpa, tú no eres el culpable eres la víctima... ¡Así que puedes llorar todo lo que quieras! - tenía razón, nunca llore por eso o mejor dicho no me lo permití porque me dijeron que cuando pasa ese tipo de situaciones el culpable siempre va a ser el omega, por lo que si lloraba era porque era un ignorante que solamente sabe provocar a los alfas para aprovecharme, por eso al escuchar que tenía permitido llorar provocó que desapareciera una gran carga que estaba en mi corazón y poco después empezaron a salir a cántaros mis lágrimas.

Sakakura al sentir como se humedecía su ropa solo procedió a reforzar el abrazo, si no fuera por mis sollozos me hubiera percatado como unas pocas lágrimas cayeron sobre mí, ya que Sakakura con todas sus fuerzas intentaba no llorar, sin embargo, no pudo evitar que algunas pocas escaparan de sus ojos.

Desde ese día Sakakura me dijo que nos veríamos mínimo dos veces a la semana en su gimnasio personal, el cual resulto ser el viejo gimnasio de la escuela, a primera vista se notaba que en cualquier momento se caería el edificio, sin embargo, por dentro no se veía tan mal porque él me confesó que él le daba mantenimiento, sin embargo, en estos pocos meses no ha podido, ya que Kyosuke se lo prohibió.

La principal razón por la que nos pidió reunirnos en su gimnasio fue porque él me va a enseñar defensa personal para que me pueda defender y así fue, sin embargo, quien diría que fuera tan malo en los deportes,

-Realmente tenemos mucho en lo que trabajar- suspiro mientras me veía tirado después de hacer unas 3 lagartijas.

Fueron pasando los días y me propuse como meta entrar al salón con la mirada en alto, pero siempre al momento de abrir la puerta rápidamente la bajaba y así procuraba estar durante toda la clase, sin embargo, cuando llegaba la hora de ir a ver a Sakakura corría lo más rápido que podía con la mirada en alto, ya que estaba tan concentrado en que me iba a encontrar con él, lo cual me hacía olvidar por un momento en el lugar donde me encontraba.

- Oye Kazuichi, últimamente he estado pensando porque siempre vienes aquí, cuando aún es horario de clases- me pregunto mientras comía una gran porción de pastel - una o dos veces por semana no hay problema, pero siempre vienes a diario y conociendo el carácter de Chisa ya se me hace raro que te deje en paz-.

-B-Bueno, ella dijo que quería que fuera a clases, p-p-pero nunca dijo cuanto tiempo debía estar- conteste mientras comía una pequeña porción de pastel que me dio.

No llores másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora