Capitulo 5

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El tiempo se iba volando cuando me encontraba en la casa de los Kuwata, estar con ellos significaba que podia escapar aunque sea un momento de mi realidad, tambien me recordaba que en este mundo no solamente existen personas malas, tambien hay aunque sean contadas personas que son buenas de corazon.

Durante la cena hablamos de diversos temas, reimos y sonreimos juntos, realmente estoy agradecido con los Kuwata en llegar a mi vida se que ellos si pudieran evitarian que sufriera pero no quiero que salgan perjudicados asi que decidi no involucrarlos.

-Oye Kazu, ¿aún vas a seguir trabajando?- pregunto leon mientras se echaba a su cama.

- si, quiero avanzar lo que más pueda- le conteste mientras seguia con lo mio, aunque me costaba ver ya que oscurecio y la lampara de Leon no iluminaba lo suficiente, espero que no se dé cuenta que me estaba costando ver.

Mientras me esforzaba en ver de repente senti unos lentes en mi cara- crees que no me daria cuenta- suspiro mientras me daba un mini golpe- siempre es lo mismo contigo... ¿que le paso a tus lentes? y quiero la verdad- era la pregunta que no deseaba oír.

-crei que no te darias cuenta- deje lo que estaba haciendo para verlo- pero no te vayas a molestar... la ultima vez que los utilice Monokuma no estaba de buen humor y... solo digamos que es peligroso si un vidrio entra a mis ojos- no le puedo decir que esa situacion paso porque Monokuma vio cuando leon me los entrego.

-solamente porque tu no me dejas hacer nada pero si pudiera iria ahora mismo a partirle la cara a ese imbecil- se podia escuchar en su voz la ira contenida.

- me alegra escucharte decir eso, pero espero que cumplas tu promesa- escuchar que lo golpearia por mi me alegraba un poco.

- entonces si no puedes usarlos en la escuela minimo pontelos en casa, esto me trae recuerdos de cuando te conoci en ese tiempo tampoco usabas lentes-dijo leon- por cierto te puedo prestar esos cuando vengas aqui, me voy a dormir no te quedes despierto muy tarde- termino de decir para cobijarse y voltearse hacia la pared.

-Gracias Leon- susurre viendolo, dirigi mi vista hacia los lentes se notaban que eran nuevos, me pregunto porque los tendria si nadie de su familia utiliza, ahora que lo pienso cuando conoci a Leon no usaba lentes, no era que yo no deseara usarlos era porque nunca le dije a mi padre que me costaba ver, cuando me di cuenta fue poco tiempo despues de saber que era omega asi que no queria que mi padre me despreciara mas por lo que procure mantenerlo oculto, nadie se dio cuenta por mucho tiempo hasta que conoci a Leon que solo a pocos minutos de haberme conocido lo noto, no pude evitar sonreír al recordar eso, realmente agradezco tener un amigo como Leon espero que sigamos siéndolo por mucho tiempo, con eso en mente decidi ir a dormir.

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Desperte al sentir los rayos del sol, podia ver que era tarde voltee para ver a Leon pero solo pude ver su cama vacia, que raro lo conozco y se que el no es la persona mas madrugadora que conozco.

Iba a continuar divagando en mis pensamientos pero escuche un grito que me hizo brincar de mi lugar, me levante y me dirigi al primer piso donde provino el grito, al bajar me encontre a la familia Kuwata.

-¿Que ocurre?- pregunte, al escucharme voltearon a verme, podia ver en sus rostros alegria combinada con sorpresa, iba a volver a preguntar pero antes de que saliera alguna palabra deje de sentir al suelo, era porque Leon me estaba cargando y con una sonrisa en su rostro dijo- te dije que puedes tener una mejor vida- no entendi a que venian sus palabras pero al dirigir mi mirada a los padres de Leon pude ver en sus manos un sobre el cual se podia destinguir el escudo de la academica pico de la esperanza, mis ojos no podian creer lo que estaban viendo y mas al ver mi nombre impreso, estaba en shock y solo pude voltear a ver a Leon mientras el me daba vueltas.

No llores másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora