Capitulo 10

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A la mañana siguiente me levante temprano como siempre y empecé a alistarme para salir, la única diferencia fue que me puse las cosas que compré, honestamente me sentia raro ya que no eran los colores que acostumbraba usar ademas que sentia que me faltaban mis anteojos.

Cuando salí volteé hacia la puerta de mi vecino, quería saber si le gusto mi regalo, en toda la noche estuve pensando en eso porque realmente le quiero agradecer por lo que hizo y también estaba preocupado por si no era de su agrado o tal vez no lo querría porque provenia de un omega, pero para mi sorpresa si lo recogió ademas en mi puerta estaba pegada una nota, al leer el contenido automaticamente supe de quien era.

Agarre la nota y regrese a mi cuarto para guardarla para que no se perdiera.

Antes de irme saque de mi mochila una nota adhesiva y una pluma con las que procedí a escribirle mi respuesta, cuando acabe la pegue en su puerta y retome mi camino.

"no te preocupes mortal, yo no descrimino los alimentos pero prefiero los que provocan incendios en las almas de los débiles ya que yo soy alguien supremo por lo que  un poco de fuego no será rival para mi"

Al recordar el contenido de la nota una sonrisa se quería asomar en mi rostro, pero debía controlar mi expresión ya que estaba afuera donde un montón de personas me podían ver.

Pero no podía evitar sonreír ya que al recordar su forma de escribir la cual es algo rara y confusa pero se puede apreciar que no lo hace con malicia, una sonrisa automáticamente saldría.

Su nota hizo que empezará el día con el pie derecho, presiento que hoy será un gran día.
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Realmente debería aprender de una vez por todas que mis presentimientos siempre están equivocados, pues ¿Quien diría que todo el día, me la pasaría huyendo?, pero esto no es a causa de Monokuma, sino por un pequeño demonio pelirrojo que busca destruir mi estilo de vida, para comprender esto debemos regresar unas horas antes.
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Cuando llegue al taller no había nadie, eso no era una sorpresa ya que los demás prefieren trabajar en el aire libre o en otro taller, procedí a sacar mis cosas y deje mi celular en la mesa ya que a veces Leon me llama por esta hora porque se aburre demasiado en su clase matutina.

Empecé a trabajar en mi nuevo proyecto el cual era un auto, lo cual va a requerir toda mi concentración ya que no debe tener ningún error, mientras empezaba a trazar los planos, algunos recuerdos empezaron a rondar en mi cabeza y no eran muy buenos que digamos, deje el lapiz a un lado y puse mis manos en mi rostro, no podía trabajar así.

Volteé hacia la ventana y vi que era un lindo día entonces decidí salir para despegar mi mente, deje mis pertenencias ya que no tardaría mucho, pero no cerré bien la puerta, en ese momento no sabia que en un futuro no tan lejano traería consecuencias muy grandes.   

Camine por los alrededores cercanos del taller mientras intentaba distraerme y poder pensar en otras cosas, mientras caminaba empecé a escuchar mucho ruido tal vez alguien esta trabajando en su proyecto. Por estar distraido tropece y  empece a rodar colina abajo, eso me pasa por no ver por donde caminaba, segui rodando hasta que unos arbustos muy densos evitaron que siguiera rodando, no iba a mentir dolio mucho, antes de comenzar a quejarme escuche a unas personas hablando del otro lado de los arbustos.

-¿realmente debemos hacer esto? Según yo no era obligatorio ir a clases- escuché decir, solo voltee mi cabeza y por los pocos espacios que dejaba el arbusto observar al otro lado vi que la voz le pertenecia a un joven bajito que iba vestido de chef

No llores másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora