HOBI!

once

- s-soy un inútil... - susurro.

El pálido sollozaba en  voz baja, no queriendo llamar la atención de nadie, seguía en el hospital, miraba a la puerta, temiendo que alguien entrara. tapaba su boca con la mano mientras temblaba levemente, suspiro entre cortado, tratando de calmarse.

- por que no puedo ser como los chicos...? - se pregunto en susurro - solo estoy dando problemas... - volvió a sollozar.

Llevo sus piernas a el, ocultó su rostro entre sus rodillas y sus muslos pegados a su pecho, trataba de no volver a llorar, pero el recordar todo lo que ha vivido, el dolor en su cabeza por los recuerdos pasados, que anteriormente habían sido borrados.

Su cabeza le punzaba,  al momento de cerrar los ojos, le dolía a horrores la cabeza, pero no podía evitarlo, las lágrimas hacían arderle sus ojos.

- agh! Eres un inútil Min yoongi! - gritó para si mismo - por que no te moriste ese día del accidente!? ..solo estás causado lástima - susurro.

Sonrió leve al oírse, río suave.

- eres en verdad un desastre... - cerró sus ojos.

- no lo eres - dijeron.

Yoongi, asustado, levantó la mirada, hoseok estaba enfrente suya, con la mano en la cerradura.

El moreno entro a el cuarto, el pálido trago duro, estaba nervioso, y seguía sientidose triste.

- .. que haces aquí? - susurro yoongi.

- jin nos dijo todo.. - hablo el menor - hyung...

Yoongi levantó la mirada, sus ojos color miel llenos de lágrimas, sentía su cuerpo temblar, sus manos estaban entrelazadas.

- y-yo... - el pálido no quería verlo, tenía vergüenza de que lo viera así, ¿que dirían los chicos? Tal vez pensarían que era un inútil, y lo querían fuera del grupo.

- por qué no nos dijiste? - pregunto jung.

-.. para que? - susurro - para que tú actuaras igual de cínico como siempre conmigo? - sonrió con tristeza.

El moreno lo miro triste, sabiendo que estaba en su derecho de enojarse.

- hyung... - hablo - y-yo... - hoseok renegó entre dientes, soltó un suspiro pesado mientras veía el techo, sin saber que decir. - lo lamento...

- lo lamentas... ? - pregunto Min - por que? El verme en una cama te hizo que lo lamentaras? El que mi hermano te haya dicho lo miserable que es mi vida, te hizo que te lamentaras el tratarme como la mierda? - el pálido sollozo, sus ojos se cerraron fuertemente mientras trataba de no temblar.

Hoseok, con lentitud, tomo la mano derecha de su mayor, ni siquiera sabía que decir, en su interior se lamentaba el haber tratado así a su mayor.

Pero... ¿Que podía hacer? Nunca supo que es lo que sentía al verlo. ¿Por qué, cada que lo veía, desde que tenía memoria, su cuerpo y mente se desconectaban?

Al principio, el lo veía como todos, un amigo más, pero, por que cambio?
Que fue lo que cambio?

¿El que se mostrará más lindo con el?, ¿El que su actitud cambiará con el? ¿Su manera de ser hacia con el?

Ambos se conocían desde hace 7 años, pero... El cambio su actitud hacia con el, fue después de un año.

Sabía que actuaba mal, al tratarlo mal a yoongi, lo sabía. Pero entonces...

- en serio lo lamento - hoseok, miraba los ojitos color miel, los cuales soltaban gotas gruesas, provocadas por el dolor que nacía desde lo más profundo del alma de su portador.

- yoongi hyung... - susurro - yo-yo... - jung bajo la cabeza, no pudo más, su rostro se escondió en el regazo del pálido, sentía los espasmos de su cuerpo.

- lo siento... Lo siento... - su cuerpo se sacudía levemente, mientras seguía repitiendo lo mismo, una y otra vez se disculpaba.

- es mi culpa.. todo es mi culpa... - mordía su labio, mientras sus ojos ardían casa que una gota de llanto brotan de sus ojos.

Yoongi, quién lo veía extrañado, sintió tristeza de verlo, no era su culpa, no era la culpa de nadie, era suya propia, era su propia culpa... El que esté ahí.

- ho-hobi... - el mayor susurro - t-tu no tienes la culpa... - dijo en bajo -  yo-yo... - cerró sus ojos mientras las lágrimas salían - yo soy el tiene la culpa... Yo me puse así por mi terquedad.

- yo... - hablo jung.

Yoongi, lentamente poso su mano en la cabellera castaña de su menor.

- hobi... - susurro.

- te amo - los ojos del pálido se abrieron en grande, sus lágrimas habían salido como cascadas.