Capítulo 3 - Insinuaciones

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"Soy la puta excepción
que rompe todas las reglas".

– Hank


Joel Pimentel

Me despierto en el cuarto de invitados, le dejé el cuarto a Diego, prefiero que se sienta cómodo antes de marcharse.

Son las 6:00, hoy entro a las 7:30 el horario de casi siempre.

–Buenos días.

–Buenos días, ¿cómo te encuentras? –pregunto cuando veo a mi ahora, ex-pareja

–Bien, me levanté temprano porque tengo que ir a comprar el vuelvo para mañana, y otra maleta que no me entra todo. –me mira, con un intento de sonrisa

–Puedes llevarte el auto o la moto, ¿cuál quieres?

–¿Seguro? No quiero molestar.

–No me molesta, en lo absoluto. ¿Entonces cuál prefieres?

–La moto está bien. –sonríe– ¡Gracias!

–¿Ya te vas?

–Sí, sabes hasta allí son unos 40 minutos, bastante, y tengo cosas que hacer antes de que... salgamos juntos por última vez. –las últimas palabras fueron pronunciadas con un tono de voz muy bajo– ¿Por qué preguntabas?

–Nada importante, toma. –le extiendo las llaves– Ve con cuidado.

–Así será.

Se va y yo me quedo parado, mirando hacia la puerta, ¿esperando qué? No lo sé.

Mamá:

Madre hoy no podré ir, saldré con Diego. Mañana paso por ahí. Los quiero♡

.....


Agarro las cosas que necesito, luego me miro al espejo, voy vestido con unos jeans gris y una camisa negra, que me encanta. Me arreglo un poco la camisa, y apruebo el look.

Agarro las llaves de mi auto y me dirijo a una cafetería que ya había ido muchas veces, y me gusta demasiado, se llama Pop's. Años atrás cuando era pequeño venía con Jennifer, yo pedía una malteada de chocolate y ella de vainilla. Muy ricas las dos, lo acompañabamos con unas cookis, donas o brownie.

Recuerdo mucho esos momentos.

–Muy buenas, ¿Joel?

–¡Franco! ¿Sigues estando aquí? Que gusto volver a verte. –comento sonriendo

–Ayudo a mi tío de vez en cuando, y hay beneficios por ser el sobrino. –suelta una risita, sin dejar de sonreír– Que lindo verte, ¿cuánto hace que no nos veíamos?

–Yo diría que unos ¿10 años?

–Sí, dejaste de venir, y perdimos rastro de ti. Mi tío preguntaba siempre; ¿Joelito no vino a pedir su malteada de chocolate? –hace una imitación barata que me causa mucha gracia, luego me da un fuerte abrazo

A Franco lo conocí a mis 10 años, el era unos 6 años mayor que yo, así que al día de hoy el tiene unos 35 años.

–Hoy vengo a pedir una malteada de chocolate, la necesito.

–Con mucho gusto te la traigo. ¿Algo más?

–Unas tres donas.

Miro la hora 6:40, bastante bien. Me quedaré aquí unos 10, 15 minutos. Luego pasaré a recoger el regalo de Diego, que queda al lado del instituto, así que genial.

El Profesor  - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora