Capítulo 4 - Reconfortar

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"Resiste. Sanarás."

– JF Torres


Erick Colón

7:30 a.m y yo ya estaba en pie, me encontraba saliendo de la ducha. Me dirijo a mi cama, ya que utilicé el baño de mi cuarto, agarro la ropa que hay sobre ella.
Consiste en unos boxers, jeans, remera, chaqueta, botas, todo negro. Lo que me gusta, es que mi ropa no varía mucho en el tono de ropa negra, entonces puesta queda ¡perfecta!

Bajo las escaleras, ya que vivo en una casa de dos pisos, así es. Mis padres eran abogados muy famosos, muy buenos, y tenían un gran sueldo, además venían ya de familias con plata. Al día de hoy familiares de ellos, quedan mi tía, la que vive en Brasil, y un tío que ahora vive en Hawai. Si, lejos.

Mi casa consiste en total cinco cuartos, dividido por uno mio que tiene balcón, el de mi hermano, el que era de mis padres, que hasta el día de hoy está sin tocar. Una sala de video juegos y otra que es una mini biblioteca, muchos libros y dos escritorios para estudiar.
Hay tres baños, uno abajo, el otro que es de mi persona encontrado en mi cuarto y el que se encuentra también en la planta de arriba.
Tenemos una gran cocina, y una gran sala de estar. Por último un fondo y un frente todo enrejado, al fondo se encuentra un parrillero, que no se usa hace mucho.

Agarro las llaves de mi casa, y antes de salir, dejo una nota por si Elias se despierta.

"Salí a comprar medialunas, vuelvo enseguida.
Firma: tu hermano, que te ama."

Caminando por la vereda, son unas cinco cuadras, así que no necesito tomarme un autobús. Pienso en que debo de compra un auto, tengo los recursos de sobra para hacerlo, pero va más en que me serviría muchísimo, ya que vivo un poco lejos de las cosas habituales que uno necesita.
Cuando me enteré que mis padres habían muerto en un accidente, de coche precisamente, todos mis sueños de tener unos hermosos carros, se me fueron, desvanecieron. Les tengo respeto, no se si diría miedo, porque yo los sigo viendo y me parecen hermosos, pero si, me da terror subirme a uno y que me vengan recuerdos de mi familia y pueda hacer alguna cagada. Quiero superar eso, y quiero hacerlo pronto.

–Buenos días. –saludo amablemente– Unas diez medialunas.

–Buenos días. –sonríe de igual forma– Si, ¿algo más?

–Colet, ¿tienes?

–Si, pero de litro.

–Perfecto, me lo llevo.

–Aqui tienes. –me entrega una bolsa y le pago– Que tenga un buen día.

–Igualmente. –respondo

Miro el cielo, que cosa bella, hoy se encuentra más lindo de lo normal, está totalmente despejado, un sol brillante y una vientito que le da el toque perfecto.
Años atrás, llegaba la fecha y el día nublado, lluvioso, me apagaba pero hoy parece ser distinto.

–Hermanito, ya te levantaste.

–Bañado, vestido, perfumado y listo para desayunar.

–Eso es genial. –sonrío– Adivina, hoy traje algo que hace mucho que no tomamos.

–Mmm, ¿¡es colet!?

–¡Si!

–Que rico, me encanta. –se sienta frente a mi, mirándome, tiene una pequeña sonrisa– ¿Cómo te encuentras?

–Bien, bien.

–Cuantas medialunas, que somos dos, Erick. –se ríe y agarra una

–Queda para la tarde, aparte son muy ricas y cuando quieres ver ya no hay más. –tomo una taza de la bebida, es muy rico

El Profesor  - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora