Capítulo 5 - Fuerte atracción

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"No es fácil tener un corazón que ha luchado para florecer entre la tristeza".

– Andrés Alvarado


Erick Colón

Despierto, con yo casi tirando a Joel de la cama, él duerme tan solo en un pequeño pedazo.
Quién diría que estaría con el profesor de matemáticas, en su cama. Hubiese sido lindo que fuera por otra cosa pero igual, no me quejo.

Miro la hora y son las 9:20, así que me levanto agarro mi ropa, dejando lo que me prestó Joel doblado en una silla y voy hacia la cocina.

–Buenos días. –saludo muy asombrado

–¿Dormiste bien? –Sussy me mira moviendo sus cejas de arriba a bajo

–No, no es muy cómoda la cama. –miento, tomo asiento frente a ellos, en la pequeña mesa

–Raro. –comenta Elias

–Así que hicieron tostadas y prepararon café, ¡muy bien! –alago junto a una sonrisa

–Somos buen equipo, somos buenos juntos.

–Como tú y Joel, ¿no?

–Me reservo la respuesta.

Agarro una tostada, le pongo mantequilla, y le doy un mordisco. Muy rica, crocante pero sin llegar al límite de estar quemando.

–¿Qué haremos hoy?

–Nos iremos, Elias. Tengo que estudiar para mañana y otras cosas.

–¿En serio? –una mirada triste se forma en Sussy– Deja a Elias, y luego mi hermano lo lleva a casa.

–No sé si Joel estará de acuerdo.

–Lo despierto y le pregunto, pero dejará si. Aparte me había dicho, que hoy iríamos al parque.

–¡No! No lo despiertes. –niego rápidamente, paso mi mirada por Elias para luego volver a ver a Su– Ok, ¿dejo a Elias entonces?

–¡Si! Por favor.

–Vale, cuando tenga que recoger a Elias, me mandan un mensaje. ¿Ok?

–¡Ok!

–Me tienes que comprar un celular, para estos momentos.

–Lo haré, si.

–Lo espero pronto. ¡Gracias!

Saludo a los pequeños, les digo que cierren todo con llave. Voy caminado hasta una parada de taxis, que queda muy cerca, está muy lindo el día, exactamente igual que ayer. ¡Amo!

Me fui de la casa de Pimentel, porque no podía estar otro rato ahí. Es mi profesor y yo ya he estado con uno, pero siento que con Joel es todo distinto.

Me molesta lo que ha sucedido, empezó jugando y ahora, mírame. Él no quiere nada, eso lo tengo seguro, pero entonces porque jugó así conmigo ayer. ¿Acaso quizo pagarme lo que hago?

–¡Hey taxi! –llamo gritado

–Uh lo siento, no lo vi.

–Llévame a la librería, Rose.

–Vamos. ¿Todo bien?

–Si. –respondo observando por la ventanilla, las calles

–Lindo día hoy.

–Si, muy lindo.

–Me suena conocido. –comenta dándome una ojeada, por el retrovisor

–No creo, no soy famoso. –niego

El Profesor  - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora