El Profesor - Joerick

Capítulo 19 - De vuelta a casa

"Jamás he visto un conjunto de imperfecciones que dé lugar a tan absoluta perfección"

– JF Torres

Joel Pimentel

Sábado, hoy nos iremos a casa, es una lástima ya que me gustaría seguir disfrutando aquí. Ya que podemos ser más libre junto a mi, ahora, formalmente mi novio.

Me levanto cansado, ayer la hemos pasado tan bien, que se nos fue la hora y nos terminamos durmiendo a las cuatro de la mañana.

Ahora siendo las 12:00, entro a la ducha y agarro ropa, de un pequeño bolso, que traje los días que vine a decorar la cabaña. Ropa para mi, y para Erick, sabía que lo íbamos a necesitar.

Luego de una buena ducha relajante, al ya estar vestido, me dirijo a la pequeña cocina que hay en ella. 
Con muchas cosas, que he traído, comienzo a preparar un grandisimo desayuno.

Primero que nada hago una muy fácil masa para unos panqueques, al tenerla lista, prendo y comienzo a hacerlos, tan sólo seis. En el mismo sarten hago cuatro   huevos fritos, más unos beicon.
Agarro dos platos y divido en partes iguales cada cosa. Por encima de los panqueques le hecho miel.
Hago café y jugo de naranja, al tener todo ya listo. Lo pongo todo en la mesa, que está frente al televisor.
Al final, unas tostadas más unas mermeladas y listo.

–¡Hey pequeño! A desayunar.

–Bien, ya voy. –responde sin muchas ganas

Me acerco dejándole un beso en la frente y me voy nuevamente al comedor.
En menos de cinco minutos ya se encuentra tan solamente en boxers, con una hermosa sonrisa, y el pelo todo desordenado.

–¡Buenos días! –su voz suena ronca

–Buenos días, pequeño.

–Es un gran desayuno, me hubieses llamado y lo realizaba contigo.

–La gracia era que lo haga yo, para ti.

–¡Eres grandioso! Te quiero, te quiero, te quiero. –dice llenándome de besos

–¡Te quiero! –respondo sonriendo

Desayunamos de una forma espléndida, entre buenas charlas, y un poco desilusionados por ya tener que irnos.

Agarro mi celular, al momento en el que lo oigo sonar.

Christopher:

¡Amigo! ¿Qué tal pasaron?

Bro, todo genial. Hemos pasado hermoso, ahora nos encontramos desayunando. ¿Qué tal tú?

Me alegro un montón.
Yo me encuentro con los chicos, más los amigos de Erick. Ya sabes que aunque lo mío con Zabdiel no ha funcionado, como hubiésemos querido, tenemos una agradable amistad.

¡Eso es genial! Es un buen chico también.
¿Qué harán?

Iremos a desayunar, y luego a la playa, antes que nos tengamos que despedir.
¿Se unen?

Vale, no encantaría.
En dos horas estamos por ahí.

¡Nos vemos en un rato!

....

–¿Estará Alfredo?