Capítulo 48: Aquél amor

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Jueves 28 de junio

Y soltaste mi mano,
como soltar una roca,
como soltar algo insignificante,
carente de valor y afecto.

Sólo oí el chasquido de aquel
fósforo,
pero no le tomé importancia,
pensé que había sido
producto de mi imaginación.
Cuán tonta fui,
no me percaté de lo que
estaba por ocurrir y
me tomó por sorpresa.

Llegué y todo estaba en llamas,
no pude apagar el fuego,
tampoco rescatar nada de lo
que había.
Sólo me quedé sentada
en la arena mirando
como se consumía
todo lo que habíamos
construido,
todos esos sueños,
todas esas ilusiones y
con ello todos los recuerdos.

Que banales podemos
volvernos para algunas
personas a veces.
Que triste es querer
ser todo y volvernos nada
de la noche a la mañana.

PD: solo quedaron las cenizas de aquél amor que un día fuimos.

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