4._Lágrimas

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Desde que la vio,a través de la ventana,lo cautivo. Quizá Ángel no había hablado con ninguna mujer,pero veía muchas. Algunas eran lindas,otras no. Unas parecían gentiles y otras no.Pero esa tenia algo especial. No sabia qué,pero le gustaba contemplarla. Lo complacía verla en los jardines cuando ella,podía salir de casa. En ese momento no sabia que decirle.La miraba y no lograba sacarle los ojos de encima por más que lo intentaba.

-¿Cuantos años tienes?-le preguntó Margaret,cuando escuchó la puerta cerrarse.

-Pronto cumpliré quince años-le respondió Ángel,apartando su cabello de su rostro.

-Todavía eres un niño-comentó la mujer con ternura.

-Soy un joven,no un niño.

-Esta bien, joven Ángel-le dijo Margaret y le hizo una caricia en el cabello,causando un escalofrío en el muchacho.

Le era tan bonita y delicada,que el hecho de que lo tocara le parecía un insulto a su persona. Sin embargo, no podía evitar desear que lo hiciera.

-¿Le gusta leer,Margaret?-le preguntó, pero conocía la respuesta.

-Si.Cuando podía ver,me gustaba mucho leer ¿Sabes? De niña también pase mucho en cama. Los libros me hacían compañía.

Así iniciaron las visitas de Margaret a Ángel,por las tardes.

Korn,que vivía en la ciudad,era un prestigioso abogado,pero su vicio con la bebida,a menudo lo dejaba indispuesto por días. Era la única forma en que podía lidiar con los espantosos recuerdos que tenia con su madre. Odiaba la memoria de esa mujer. La odiaba tanto o más que a sus hermanos. A esos dos los consideraba unos enfermos depravados. Le daban náuseas de sólo verlos. Su padre debió matarlos como hizo con su madre,pensaba. Hacían infelices a todos los que se acercaban. Causaban dolor y desdicha. Cerca de sus hermanos nadie era feliz. Le desagradaba como Vados se refería a la mujer de Whiss. La llamaba tonta,inútil y palabras menos agradables ¿Cómo lo sabia? Porque de vez en cuando tenia que ir a casa de su padre,por asuntos de trabajo, y la encontraba ahí. Vados lo despreciaba a él y cada vez que Korn,le intentaba reprochar algo,ella sacaba a relucir lo que paso entre él y su madre,para después reír con sarcasmo. No dejándole olvidar estos espantosos acontecimientos. Esos dos no tenían ningún pudor o consideración por nada.Después de la boda se veían en la sala de la casa familiar como si nada pasara entre ellos. Burlándose de todos con absoluto descaro. Esa tarde tenia que ir a ver a su padre, razón por la que estaba sobrio y de mal humor.

Vados no sólo perdió a su último hijo sino también la posibilidad de ser madre. Su tiempo fecundo pasó. Eso la deprimio bastante,por eso añoraba más que todo los brazos de Whiss, buscándolo sin cuidado. Él estaba distante y eso hacia todo más difícil,
pero ella no se rendía. Esa tarde fue a visitarlo,pero lo encontró con Margaret en la sala. Eso no fue impedimento para Vados,quien avanzo como una gata,hasta alcanzar a Whiss y robarle un apasionado beso. Lo hizo por despecho y desprecio a la mustia de Margaret,que bordada con una habilidad extraordinaria,mas al respirar ese perfume y escuchar los pasos más el beso,sus dedos se paralizaron.

-¿Hay alguien ahí?-preguntó tratando de sonar natural.

-Sólo yo,querida-le contestó Whiss apartando a su hermana,a quien le bailaba una sonrisa sarcástica en su cara-Ah mi hermano Korn,acaba de llegar-agrego al ver a su hermano en el pasillo.

-Entiendo. Seguro quieren hablar a solas. Estoy algo cansada,tomare una siesta-le dijo la muchacha y caminó hacia la escalera.

Korn la saludo y ella respondió. Mientras subía los peldaños,los ojos de Margaret se hacían agua. Había una mujer ahí y beso a su esposo en su presencia. Cuanta crueldad y desprecio para con ella, que estaba en la oscuridad. Al llegar a su cuarto,se apoyo contra la puerta y se arrodilló llorando desolada. No sólo Whiss y esa mujer se estaban burlando de ella, también Korn. Él también escondió a esa mujer. Entre lágrimas de ardiente  dolor,Margaret deslumbró demasiadas cosas de una sola vez. Fue una estúpida ¿Por qué un hombre como Whiss se casaría con una pobre enferma sino era para esconder algo? Posiblemente una relación clandestina con una mujer casada o algo semejante. Esa mujer olía bien y usaba un buen calzado. Era una dama. No había duda.

SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora