23._Oportunidad

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Korn se quedo estático en su debate mental. Las manos de su hermana,le eran garras inmundas que le corroian la ropa,la piel,la carne y los huesos. No le gustaba que lo tocara o que Whiss lo tocara,pero no era el lugar para hacer un espectáculo. La llevo a su estudio y la sentó en un sofá para que se calmara. Tomo distancia y cruzando los brazos le dijo:

-Vete-ella lo miró-Vete de esta lugar,de este país. Vete tan lejos como puedas y así deja toda esta inmunda historia atrás. En otro suelo,puedes comenzar tu vida desde cero.

Vados lo miraba con una expresión extraña.

-¿Quieres que me vaya? N...No puedo hacer eso...Yo no puedo vivir sin él.

Korn la miro con gravedad.

-Hermana-le dijo-Siempre has vivido sin él. Tú y Whiss nunca han tenido una relación. Sólo han...Intimado clandestinamente. Él no esta cuando enfermas o cuando necesitas compañía. No es lo primero que vez cada mañana,ni lo ultimo que vez cada noche.Nunca lo has tenido ni él a tí.

Vados lo miró confundida.

-Yo quería...Yo lo quería sólo para mí y él estaba de acuerdo en ser sólo para mi ¡Hasta que ella llego!

Korn apretaba los puños impaciente e indignado.

-¡Basta!-exclamó en medio del discurso-¡Basta! ¡Por favor, Vados, basta! Esta obsecíon tuya no es sólo tu condena...-camino hacia ella y tomándola por los brazos la puso de pie,con cierta violencia-Dejalo en paz.Si algo de sentido común te queda ¡Déjalo en paz! Era un niño.Era sólo un niño en ese entonces ¿Logras dimensionar lo que hiciste esa noche? Yo te vi.Te vi ir a su habitación,pero...
No pude...No pude.

Veinte años atrás. La primera noche que Vados y Whiss estuvieron juntos,él los vio. Pero no logro articular palabra o realizar acción alguna. El recuerdo de lo vivido con su madre lo bloqueó por completo. Apenas atino a tirarse en la cama y cubrirse con las mantas oscuras,para ignorar lo que pasaba en la habitación de enfrente.Por la mañana no recordaba nada. Años después,de casualidad,los sorprendió en el establo y entonces los denunció. Los recuerdos reprimidos fueron volviendo poco a poco,esta vez y pronto termino sintiendo asco de si mismo y sobretodo una gran culpa. Sentía que debió proteger mejor a sus hermanos, sentía que fracaso en suplir a su padre. "Ahora eres el hombre de la casa" le dijo Dai,cuando partio al extranjero y él asumió esa responsabilidad.

Su madre estaba algo trastornada. Después de tres abortos consecutivos su mente se revolvió bastante. Confundía a Korn con su esposo. Era el que más parecido tenía con él. Al principio Korn no veía nada de malo en eso,hasta le era útil. Su madre comía,se bañaba y se vestia si él se lo pedía,pero pronto su madre busco que él,actuara como su esposo y a los besos inocentes siguieron otras cosas. Cosas que no podía satisfacer o tolerar. Su rechazo hacia que su madre se pusiera violenta y era cuando agredia a sus hermanos en represalia.No sabia que hacer con ella. Llevarla a un sanatorio hubiera sido lo mejor,pero no tenían dinero para pagar uno decente. La primera vez se bebió media botella de ginebra para soportarlo y después de eso ella se las arreglaba para doblegarlo. Pasaban semanas antes de que ella volviera a tener otro arranque de esos.Días de paz con un precio muy alto.

Vados siempre fue inquieta por eso,en ocasiones,lo veía todo y de nada le sirvió que Korn,le explicara las cosas.

La soltó con brusquedad dejándola sentada en el sillón.

-Nada puedo hacer por ti,salvo decirte esto: vete lo más lejos que puedas-fueron las ultimas palabras de su hermano antes de pedirle que lo dejara solo.

Vados salio de esa casa en silencio, pero más tranquila. Su rostro y su postura otra vez tenían el garbo de gran dama de siempre. Su hermano le aconsejo irse y no sonaba mal.Irse lejos era lo más sensato. Irse lejos con su esposo. Tal vez podrían adoptar un niño y ser una familia. Sonaba bien. Pero no con ese hombre. Vados se iría lejos,mas no con su esposo. Esa noche lo decidió y mientras preparaba un té con limón para él,planeaba como apoderarse de lo único que ataba a Whiss a esa mujer. Korn tenia razón y si se amaban;lejos estarían mejor.

Margaret debería pasar,según el doctor,los siguientes meses en cama. Su enfermedad,el embarazo y el estrés,le estaban pasando la cuenta. Aquella noticia preocupo bastante a Whiss y la propia Margaret,pero a esta ultima no sólo por su bebe,sino por los planes que tenia con Ángel, quien pidió a su abuelo lo dejara ver a la muchacha. Dai accedió ¿Para que ocultar la verdad si ya todos la sabían?

Whiss no se opuso y lo vio pasar junto a él. El muchacho lo saludo con educación y luego camino hacia la cama de Margaret,con ayuda de su abuelo. Se sentó junto a ella y le tomo la mano entre las suyas,la muchacha le sonrió con ternura.

-Estará bien ¿Verdad?

-Si,pero me temo que no podre ir a verte-le respondió ella.

-Puedo venir yo,sino le molesta-le dijo Ángel.

Mientras ellos hablaban,Whiss los veía y en especial observaba a Ángel. La postura,la mirada,la forma en que le hablaba;le decían que ese muchacho estaba enamorado de su esposa.Y ella tenia ese dulzor en el rostro,esa voz candida y suave que mostraba cuando apenas se estaban conociendo,cuando Margaret se estaba enamorando de él ¿Podía ser posible? No de ninguna manera. Él era menor que ella y ademas era su...No,
no era nadie. Sólo un desconocido con el que compartía su dolor.

Cuando Ángel dejo la habitación, Whiss lo miro con frialdad,pues iba acompañado de su padre,como para decirle algo al respecto.Pero a la mañana siguiente,cuando el joven vestido como un señorito y apoyado en un bastón,apareció por el pasillo, Whiss lo estaba esperando. Se saludaron y luego el mayor le dijo:

-Luces bien. Imagino que quieres darle una buena impresión a mi esposa.

-Por supuesto-le respondió Ángel y antes de que Whiss le respondiera, añadió-Ni se te ocurra darme una clase de moral.No eres el indicado para un discurso como ese,Whiss.

Ángel se sonrió mientras los labios de su padre se apretaban callados.

En su casa Korn leía la carta que llego firmada con el nombre de su cuñada. Era una buena oportunidad de poner en práctica su titulo de abogado y sonriente salio hacia el banco.

En su lecho Vados despertaba en compañía de su esposo frío y rígido...

SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora