—¿Cómo es eso de que no vienes a La Mascarada de Kate Dubois? —Lizzie abrió la puerta de su oficina cortando su lectura. —¡Deja ese puto libro de mierda y mírame a la cara!
—Es Mujercitas. —Cerró el libro, acariciando la portada y guardándolo en un cajón para que Lizzie no se atreviera a tocarlo. —Sabrías lo bueno que es si supieras leer. —Se burló.
Lizzie apretó la mandíbula.
—Tienes que ir a esa fiesta. Es muy importante y no sólo por lo que dirá la gente si me ve sin mi marido, sino porque esa mujer nos invité es un jodido milagro. ¿Sabes cuantas puertas nos puede abrir? —Lizzie se apoyó en la mesa, inclinándose hacía delante. —Esa mujer no es solo una viuda con dinero. Tiene empresas que generan más dinero que todas las que tenemos nosotros.
—¿Nosotros? —Tommy alzó una ceja.
Lizzie fingió no oírlo.
—Tienes que ir. ¿No era tan importante que todos vieran un matrimonio maravilloso para tu carrera política? Kate Dubois se codea con políticos, aristócratas, empresarios que son mil veces más grandes que tú.
—¿Y porque nunca he oído hablar de ella?
—Porque eres imbécil y solo ves el poder en las manos de otros hombres pero esa viuda es amiga intima del rey. —Suspiró. — Dicen que las fiestas que hacía en París eran espectaculares, que reyes de todo el mundo iban a su casa. No sé porque ha venido a Birmingham, no soy capaz de entender como una mujer así quiere vivir aquí.
Tommy sacó un cigarro y empezó a fumarlo ya harto de tener a Lizzie allí.
—No voy a ir, es mi ultima palabra. No pienso ir a una puta mascarada ridícula. Ve tú y di que estoy enfermo.
—No. Vas a ir, no pienso ir sola. Vas a fingir que somos un puto matrimonio ejemplar y dejar verte en la casa de una de las mujeres más influyentes de Europa.
—Las mujeres solo pueden influir en los sombreros que van a usar el resto del año las otras.
Lizzie gruñó.
—Se supone que tienes olfato para los negocios y vas a perder la oportunidad de tu vida.
Tommy la miró ya cansado de esa conversación. Se levantó y la agarró del brazo con fuerza, obligándola a salir de su oficina.
—Se acabó. Fuera de aquí.
—Gente importante estará allí, subiremos socialmente si nos ven junto a ella. ¡Tommy tienes que ir! —La empujo fuera. —¡Tommy!
Thomas solamente le cerró la puerta en la cara y cerró con llave. Lanzó un suspiró, le dio una calada a su cigarro y volvió a sentarse. No agarró el libro para retomar su lectura, lectura que por otra parte había hecho mil veces durante los últimos diez años. Sino que sacó el láudano y empezó a darle tragos hasta que Eddie apareció frente a él. Llevaba el vestido de siempre pero el blanco de la falda estaba más apagado por alguna razón.
—¿Puedes creerlo? Pretende que haga el ridículo poniéndome un disfraz para ir a la tonta fiesta de una viuda.
Eddie rodó los ojos.
—No te pongas dramático. —Tommy alzó las cejas. —Lo que realmente te molesta es que Lizzie tiene razón. Tú mismo has leído artículos en el periódico sobre Dubois cuando llegó a Birmingha con su marido hace algunos años. No eran cotilleos. Sabes que realmente es influyente y sobretodo en política.
Tommy bufó. Sí, recordaba haber leído sobre ella, sobre la muerte de su marido y sobre lo rica y encantadora que era, ya que hombres poderosos habían caído a sus pies pero primero se arrancaba los ojos que darle la razón a Lizzie.
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Kate ||Tommy Shelby x OC||
RomanceTommy ama a Kate con toda su alma, la amó sin darse cuenta des de el primer día y la perdió durante 10 años. El infierno se abriría antes de que él dejara de luchar por ella. "-Tú y yo contra el puto mundo." "-Es su palabra contra la nuestra. Yo con...