Parte veintidós

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LOS OJOS INSEGUROS de Annelisse leían cada palabra de aquella carta. El corazón le latía a mil por hora a medida que avanzaba con su lectura, sintiendo una gran cantidad de cosas al mismo tiempo a causa de las últimas palabras escritas por Lucius Malfoy. Lágrimas de alegría y tristeza brotaban por los ojos de Annelisse mientras sus manos temblorosas sostenían la carta, una carta que lo cambiaría todo una vez más.



Annelisse,

Supongo que el mejor modo de empezar esta carta es con una disculpa. Al fin y al cabo, fui yo quien arruinó tu vida. Y no sólo la tuya, también la de mi hijo.

Realmente, no espero que me creas. No tienes motivo alguno para confiar en mis palabras después de lo que te hice, pero trata de creerme cuando te dijo que a día de hoy, escribiendo esto, siento vergüenza de mi persona.

Ni siquiera he sido capaz de decírselo a Narcissa o sobre todo a Draco. No quería irme de este mundo con mi hijo odiándome, pero tampoco podía dejar cabos sueltos: Tú.

Si escribo esto es porque tras enfermar hará un año atrás, eso, me hizo recuperar mi verdadero ser. Algo que fue extremadamente difícil para mí, ya que había un montón de errores que había cometido en el pasado y tener que afrontarlos a la vez no es nada en absoluto agradable.

Cuando me di cuenta de lo que hice aquella noche, la crueldad en la que hechicé a mi propio hijo para obligarte a jurar en contra de tu voluntad, supe que me perseguiría incluso después de la muerte.

No tengo forma de compensarte por lo que hice o sí. Así que, esta es la forma en la que traté de hacerlo.

Investigué durante meses para encontrar alguna forma de enmendar el peor error que había cometido en mi vida, hasta que finalmente la encontré. Qué curiosas las leyes mágicas, ¿No?

Nunca nadie dijo que fuera fácil. Al fin y al cabo, tampoco me quedaba mucho tiempo en esta vida, así que tuve que tomar la decisión. Tuve que hacerlo, era la única forma de irme de este mundo sabiendo que al menos lo intenté, que hice algo bueno.

Por eso te escribo unos días antes de poner en marcha mi decisión, para darte las gracias por aparecer en la vida de Draco. Por haberle convertido en el hombre que es hoy día, y te escribo con la esperanza de que tras poner en marcha mi dolorosa decisión, regreses a su vida.

Mi ida de esta vida es todo y nada. Te lo debía, Annelisse. Nunca te lo dije, ya que conociste mi peor versión, pero ésta versión te dice lo increíble y buena que eres. Una maravillosa persona, un ejemplo para cualquiera.

Te devuelvo lo que aquella noche te quité. El anillo de compromiso, con el que me encantaría que algún día usaras para casarte con mi hijo.

Espero que esto, mi decisión, sirva al menos para que puedas intentar recuperar tu vida y vivirla lo mejor que puedas. A ser posible, de nuevo, junto a mi querido hijo Draco.

Con odio, o no tanto,

Lucius.

Un gran y profundo suspiro se escapó de entre los labios de Annelisse al terminar de leer la carta. Secó las lágrimas de su rostro entre sollozos por las palabras de Lucius, sintiendo incluso pena por él a pesar de todo lo que hizo.

Lucius Malfoy acabó dando su vida para devolverle a Annelisse la suya. Sabiendo y teniendo conciencia, abandonó este mundo a propósito y con buenas intenciones. Liberando así en cierto modo a Annelisse de aquella carga que había arrastrado con es durante cinco años, provocando entonces que ella reapareciera sin haber fallecido en su funeral días más tarde.

Cuando él enfermó, recuperó su ser, volviendo a ser el hombre del que un día Narcissa se enamoró. No pudiendo soportar lo que hizo y ver que realmente había arruinado dos vidas y dos familias, decidió irse con dignidad de este mundo para enmendar el peor de sus errores.

Annelisse, quien todavía seguía algo en shock por la carta de Lucius, sacó del sobre el anillo de compromiso que Lucius había adjuntado. Aquél anillo que Draco le colocó en el dedo aquella noche en la torre de Astronomía cuando se declaró ante la mujer de su vida.

Entre más lágrimas, Annelisse observó el anillo, leyendo después de mucho tiempo la inscripción que Draco puso en éste: Siempre tuyo, Lisse.

Se colocó el anillo de vuelta, sintiéndose abrumada. Su corazón dio un vuelco ante la sensación. Creía que no volvería a verlo nunca, que Lucius lo habría tirado o algo peor, destruido.

Acarició con el pulgar de esa misma mano su dedo anular, donde tenía ahora el anillo de nuevo, sintiendo la nostalgia invadirla, viniendo a su mente un montón de recuerdos junto a Draco. sintió esa pizca de esperanza en su corazón, creyendo que tal vez podría al fin tener su final feliz.

Cinco horas con draco malfoy, pt.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora