Parte treinta y siete

1.3K 135 49
                                    

(Kind of extra) 




La casa estaba tranquila aquella mañana. Draco no había ido a trabajar desde que pidió el permiso paternal, sabiendo que no quedaba mucho para que el bebé naciera. Annelisse saldría de cuentas en cuestión de dos días. 

Ayudando en la casa dado que ella apenas podía moverse, terminó de limpiar la casa entre suspiros, cansado incluso. No quería que ella tuviera que hacer absolutamente nada. Era consciente de que, Annelisse, lo estaba pasando realmente mal en la etapa final del embarazo y la cuidaba constantemente. La mimaba igual que sucedió en el primer embarazo.

Escuchó un gruñido provenir del largo pasillo y no pudo evitar soltar una pequeña risa. Ella había despertado de su siesta y venía directa al comedor.


Momentos después, Annelisse, se dejó ver con un cómodo chandal para ir por casa. Draco se acercó y se besaron.

—¿Has logrado descansar?

—Sí, aunque todavía duele —resopló, pensativa—. Recuérdame una vez más por qué accedí a pasar por todo esto otra vez.

Draco ahogó una risa, viéndola andar hacia la cocina.

—Porque me dijiste que querías otro hijo, porque me liaste aquella noche y porque queríamos un hermano para Mona —explicó, siguiéndola.

—Claro... —abrió el frigorífico y empezó a rebuscar. Algo que comer, de nuevo con antojos.

 —¿Otra vez? —levantó una ceja, mirándola mientras ella rebuscaba entre la comida—. Esta es la décima vez que vas a la nevera. —se burló.

Eso la hizo girarse completamente hacia él, con el sándwich entre sus dientes.

—¡Estoy embarazada! —justificó, aguantando todavía la comida en su boca. Llevaba otros dos ocupando sus manos. Caminó hacia Draco—. Ya sé que estoy gorda —hizo puchero.

Draco tomó su rostro, contemplándola.

—Eres hermosa, Lisse.

Ella trató de ocultar su sonrisa, pero fue imposible.

—Pelota... 

Draco rio.

Ambos anduvieron hasta el comedor mientras ella dio un bocado a su comida.

—¿Irás tú a buscar a Mona?

—Por supuesto —dejó un besos en sus labios—. Descansa, yo me ocupo de todo.

Annelisse torció la comisura de sus labios y su rostro se arrugó.

—Vaya, parece que el dormilón ha despertado.

—¿en serio? —dijo Draco, al instante llevando su mano hacia la barriga de Annelisse. En segundos, el bebé se movió, Draco notándolo y causándole sonreír.

—Siempre con esa cara de sorpresa —rio.

—Sé que es la segunda vez, pero todavía me parece increíble que lleves a una personita ahí dentro —explicó con mera emoción.

—Sí, hasta que llega el momento de expulsarlos —miró de mala gana a Draco.

—Parecía que un demonio te había poseído. Me insultaste e incluso pegaste.

—¡Cállate, idiota! —dijo dando un pequeño golpe en su pecho— ¿Sabes lo que se siente cuando estás muriendo de dolor, intentando expulsar un bebe, de ahí abajo, y tu novio se queja de un insignificante apretón?

Él rio.

—Me apretaste demasiado, Lisse. Dolió.

Ella gruñó.

—Eres imposible, Malfoy. Y un quejica.

Él rio una vez más, esta vez tomando el rostro de ella y causando que le mirara.

—Te quiero —la besó—. La próxima vez traeré una barra de hierro para que la aprietes.

—Como dije, eres idiota —se burló.

—Pero me quieres.

—Tan sólo un poco —hizo una mueca graciosa, justo antes de besarle una vez más.






he actualizado tarde, lo sé. Aquí son las tres de la mañana y quiero morir. Mañana más!

Love you, xx

Cinco horas con draco malfoy, pt.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora