𝐏𝐚𝐫𝐚𝐝𝐚 24 | 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫

3.- Quiero conocerte.

Seis y media de la mañana. Me desperté antes de lo previsto, pero no importaba; era lunes, lunes, lunes y lunes.
Pedía con suerte que ella estuviese allí. No tardé en desayunar lo que pude, preparé mi mochila, me fui al baño a mojarme algo el pelo y peinarme todo lo rápido que podía; la adrenalina me consumía.

Miré la hora, siete y cuarto, había pasado muy poco tiempo, y a las ocho tenía que estar en el metro. Me tumbe en el sofá mientras continuaba con algún que otro episodio de un anime, cuando me doy cuenta que son menos diez. Salté del sofá todo lo que pude, cogí todo, no pensé si me había olvidado algo o no, no lo pensé; quería llegar puntual con un objetivo, verla.

Narra _____:
¿Menos diez? Se me hizo muy tarde. Tenía de nuevo la resaca del finde semana, y tenía por lo menos dos minutos para prepararme, debía de salir cuánto antes, no lo pensé ni dos veces, no sabía si me olvidaba algo, si me dejaba algo, necesitaba llegar puntual con un objetivo, llegar a la universidad.

Los dos salieron al mismo tiempo, los dos iban bajando las escaleras los más rapido posible. Cada uno se colocó como pudo sus cascos, empezando a reproducirse música de todas categorías.

Tanto el uno como él otro tenía un objetivo, lo que ella no sabía es que el objetivo de él, era ella.
Después del fin de semana no se acordaba de él, cabe decir, que cuando se miraron por poco tiempo a los ojos, ella se sintió en otro mundo.

Aquellos dos jóvenes bajaban al mismo destino, pero distinta puerta. Era increíble, pues iban al unísono, sus movimientos iban al ritmo que los de ella y la otra iba con la misma prisa que llevaba él. De alguna manera parecían compajinarse.
Y cuando él fue a dar un paso para permitirle tener vista completa del andén, justo en la otra puerta alineada a esta al otro lado de la estación, ella apareció...
Giró su cabeza, y su mirada se encontró con ella. Miraba para delante, sus movimientos iban de igual ritmo que los de ella.
A penas había dados dos pasos cuando ella también tornó su vista...él, él.
Era él, se encontró con su mirada, tenía unos ojos verdes preciosos.

Los dos iban a la par, los dos con prisa, pero ninguno quería quitar la mirada. Algunos pensaran que fue incómodo, para nada. Tantos vuelos que daban sus ojos, él parecía estar soñando, soñando mientras la veía, ojos avellana, un perfil perfecto y esta vez con el pelo suelto, lo tenía bastante largo, él diría que por los codos y con distintas medidas.

Un tono de llamada sonó interrumpiendo su vista con ella. Ella no lo puede engañar, se quedó rara cuando el apartó la mirada para ver que el tono de llamada procedía del de él; que casualidad que aquel tono de llamada era el opening de uno de sus animes favoritos. Al principio se quedó sorprendida "¿A él también le gusta?" no pudo evitar una pequeña risa que hizo que el castaño se girará, aún hablando por telefono, para verla a ella, le gustaba el sonido de su risa, se veía tan...bien; no pudo sonreir levemente.

Estaba a un pie de entrar a la estación, mi corazón iba a mil, tenía un buen presentimiento.
No basto para que justo al entrar mi ojos la buscarán por todas partes. Entro a la par que yo por la puerta alineada al otro lado del andén, ¿habíamos entrado a la par? Por lo que veía sí. Me sorprendió que nuestros pasos estaban siendo exactamente iguales.
Seguía mirandola, a penas habíamos entrado cuando ella tornó su mirada, volviéndose a encontrar con la mía como ese día...perfil perfecto, ojos avellana que le brillaban con la luz que podía entrar por las escaleras. Un cabello reluciente como el sol y que se movía al ritmo que ella y yo andábamos.
No apartamos mirada alguna, mi corazón aceleró más de lo que ya iba, era tan, tan fascinante. Era inefable explicar como me sentía, hacía tiempo que no sentía tal cosa. Esa sensación de que nos revuelve el estómago, que las sensaciones de él están por salir. Esa presencia de tener mil estrellas delante y solo poder coger una, la adecuada. De tener tantas estrellas como escoger, y tantas emociones por elegir que no te decides.