TEN

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Había pasado un mes desde que Felix no hablaba con Changbin.
No quería sentirse mal por el repentino abandono de su... "relación" o como podría llamarse, pero no podía evitar sentirse vacío al no tener contacto con aquel chico.

"Debe estar muy ocupado" se repetía a si mismo, pensando en cuanto trabajo debía tener. Crear nueva música, preparar álbumes, ensayos, alguna presentación, muchas cosas más. Era una vida demasiado ocupada como para que Changbin le prestara atención a un simple estudiante de secundaria en lugar de a su carrera.

Felix estaba recostado en su cama. Tenía colocada una camiseta negra con mangas cortas y un pantalón largo negro de pijama. Estaba tapado hasta debajo del pecho y su cabello estaba revuelto con sus manos debajo de su cabeza y almohada. Sus ojos se veían un poco somnolientos y se cerraban automáticamente al ver la luz del sol chocar contra ellos.

Tomó su teléfono y miró la hora, las 8:27 am. Tenía suerte de no tener clases ese día porque ya se le hubiese hecho tarde.
Aunque pudo aprovechar a dormir un poco más, no tenía sueño.

Refregó su cara con sus manos y se levantó de la cama lentamente. Caminó hasta su ventana viendo a su perro fuera de su casita recostado mirando hacia todas partes. Sonrió inconscientemente cuando este le vio y comenzó a ladrar de felicidad, así agitando su cola al ver a su dueño.

Fue a lavarse la cara y los dientes. Estaba descalzo caminando con sus medias grises en el frío piso de cerámica hasta el baño. Se vio al espejo y miró sus ojos algo hinchados y sus pecas notorias, al igual que su cabello semi oscuro un poco largo con mechones violetas, algo desordenados.
Abrió la llave y comenzó a cepillar sus dientes y al final su cara. Pensó en darse una ducha, pero iba a sacar a su perro a pasear y lo más probable era que se llenaría de tierra y su ducha de la mañana sería en vano.
Se bañaría luego de pasear a su mascota.

Unos cinco minutos más tarde, bajó del baño y se fue a la cocina. Buscó el plato del perro y lo llenó con alimento. Abrió el ventanal que llevaba al patio trasero y casi se le cae el plato gracias a los saltos del can que lo devolvían a la entrada.

-Quieto Max...- decía mientras reía.- Ven a comer.

Dejó el plato en el suelo y el perro comenzó a comer con desespero.

-Te vas a ahogar... aish...- se quejó y lo dejó, era imposible controlar a un Max con hambre.

Entró a la casa y se preparó su desayuno. Esta vez optó por hacerse un licuado de banana, algo que llenara y sea sencillo.
Lo iba tomando de a poco mientras iba a su cuarto a buscar su ropa. Usaría algo cómodo, se colocó una remera negra junto a un pantalón largo de algodón negro y sus zapatillas deportivas, también negras.

Estaba de más decir que la gran mayoría (toda) de su ropa era negra.

Buscó una gorra y se la colocó, así también buscando la correa y una bolsa.
El can apenas vio a su dueño salir por la puerta, comenzó a dar fuertes ladridos de la emoción por salir.

Mientras caminaban, Felix era casi arrastrado por Max. Era un perro para nada pequeño para tener solo un año y medio, era como un pequeño caballo.
Lim caminaba algo veloz hasta el parque, su adorada mascota sabía a donde irían y por eso lo arrastraba.

A la 8:54 am no había nadie en el parque, por lo que el chico le quitó su correa y dejó que corriera por donde quisiera.
Mientras tanto, Lim estaba sentado en una banca mirando al perro mientras le lanzaba una pelota y a su vez miraba su celular.

Miró unos cuantos segundos el contacto de Changbin, la última vez que hablaron fue cuando ambos habían salido por primera vez.

En lo que miraba la foto de su perfil, Max esperaba desesperado para que le tirara la pelota.
Lix la volvió a tirar y dio un largo suspiro. ¿Changbin seguiría interesado en él? Su pregunta surgió desde el más allá y llegó como la nada misma a su cabeza.

Secret Love~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora