DOS

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Catra caminó a paso rápido hacia la cafetería con la rubia casi danzando detrás de ella. Esperaba que en algún momento chocara los talones y desapareciera a Kansas porque esa chica era todo un personaje sacado de quién sabe dónde. No solo la obligó a hacer todo el trabajo, sino que parecía haber desarrollado un extraño resentimiento hacia ella. Cuando otro compañero se ofreció para ayudar, Adora le gruñó un "no necesitamos tu ayuda", asustado la mierda fuera del muchacho. Catra se echó a llorar al ver perdida su oportunidad de reducir la tarea al menos la mitad. La vida era injusta con los nuevos.


ꟷGatita ꟷle llamó la chica rubia y casi como si hubieran accionado algo en ella, Catra echó a correr, perdiéndose entre los alumnos. Adora sonrió de ladoꟷ. ¿Cree que no sé que va a la cafetería? Su estómago gruñó durante toda la clase ꟷsacudió la cabeza y avanzó tranquila hasta el lugar, guiñándole un ojo a la gente que se detenía a mirarle como si fuera un bicho raro; mirada que interpretaba como una admiración. Sí, Adora era de esas chicas... más o menos.


ꟷCatra ꟷla chica le tomó entre sus brazos con la idea de aplastarle con cariño a modo de saludo, pero se encontró con su espantada mirada, sólo pudo parpadearꟷ, ¿qué sucede?


ꟷHay una chica rara siguiéndome.


ꟷ¿Una chica rara? ꟷpreguntó Scorpia, tomando asiento frente a la mesa y dejando una botella de jugo en estaꟷ. ¿De casualidad tiene el cabello rubio, con coleta y copete, y unas pintas de payasa?


ꟷ¡Sí! ꟷexclamó con un puchero inconsciente, sentándose frente a ella con Perfuma yendo al lado de su mayor porque tenía una obsesión con arreglarle el cabello a Scorpiaꟷ. ¿Cómo sab...? Está acercándose, ¿verdad?


ꟷAunque seas tonta, veo que no te falla la intuición ꟷrespondió la mencionada, lanzándose a sí misma la silla junto a Catra. Scorpia largó un suspiro lleno de pesar.


ꟷVivía con el miedo de que algún día me relacionaran contigo en el colegio.


ꟷ¿Se conocen? ꟷCatra inquirió, alejando sutilmente su silla de Adora.


ꟷClaro, tuve la desgracia de conocerla cuando apenas era una niña y ella una rata en desarrollo ꟷcruzó los brazos, mirando seriamente a su mejor amiga que sólo sonreía con malicia, recordando todas sus travesuras y perdiéndose el insulto.


ꟷPero nunca antes se había sentado con nosotras ꟷcomentó Perfuma, curiosaꟷ. ¿Qué está pasando?


ꟷParece que tiene algo por Catra ꟷladeó la cabeza y cuando la pelicastaña estaba por preguntar qué quería decir con eso, sintió una mano jugar con sus largos mechones en un inútil intento de rizarlos porque estos se deslizaban libremente entre sus dedos, finos y suaves. No sabía si pegar un salto por el repentino contacto o disfrutarlo porque los mimos eran una de sus debilidades; pero, de nuevo, ¿quién era esa chica y qué quería con ella?


Adora mantenía la vista fija en su rostro, dejando sus ojos vagar por cada detalle como si estuviera mirando una obra de arte con un gran trasfondo. Eso la hacía sentir rara. Nadie nunca la había mirado con tal profundidad, y si ella se creía impresionada por esto, es que no había notado la expresión de Scorpia.


ꟷ¿Por qué las miras como si estuvieran haciendo cochinadas sobre la mesa? ꟷPerfuma se acercó a su oreja para susurrarle, sin apartar la vista del encuentro. La nueva y futura parejita –futura parejita porque ella planeaba hacer algo al respecto- se veía perdida en su propia burbuja.


ꟷEs que ꟷparpadeó una, dos veces antes de alzar las cejas y dejar salir con tono de voz denotada sorpresaꟷ: Adora nunca había demostrado interés por algún ser fuera de sus padres, sus gatos y yo. En ese orden.


Scorpia se encontró con sus ojos.


ꟷ¿Crees que funcionarán?


ꟷSoy Adora ꟷsalieron de su trance para prestar atención a las palabras que soltaba la rubia, sujetaba una mano de la pequeña con tal delicadeza que esta daba la impresión de ser una preciosa pieza de cristalꟷ. Y tú serás mía.


Scorpia estaba por sufrir un aneurisma al momento en que el rostro de Catra se vio invadida de un rojo tan fuerte como el de un tomate. Su pequeña iría a parar en los brazos de esa bestia rubia a la que llamaba mejor amiga. Esa bestia que apenas tenía interés por alguien fuera de su reducido círculo de cuatro personas, entre ellas sus padres, su tía y Scorpia, esta última sólo encajando después de dos largos años; la bestia que cuando le contaba algún problema que tenía que ver con sus amigos le respondía "discúlpame, pero me importa una mierda", que sólo demostraba tener sentimientos cuando sus seres queridos sufrían algún bajón o cuando se trataba de animales; la bestia que no permitía que le tocaran a no ser que fuera absolutamente necesario y rehuía de los demás humanos como si fuera la misma peste.


Esa bestia que pisoteaba el mundo y ahora sucumbía ante el bicolor de los ojos de Catra.


ꟷNo sé si funcionará ꟷrespondióꟷ, pero no me perdería el proceso por nada del mundo.


ꟷ¿Ni siquiera por mí? ꟷpreguntó Perfuma.


ꟷ¿Y tú quién eres?


ꟷMe dueles, me quemas, me lastimas ꟷle chilló, sujetándose el pecho.


ꟷ¿Se pueden callar? ꟷgruñó Adora, alejando sus labios del dorso de la mano de Catra donde había depositado un pequeño besoꟷ. Estoy en medio de un ritual de apareamiento, muchas gracias.


Catra lanzó una fuerte carcajada, pensando en que la rubia bromeaba. Y si Adora aún tenía dudas en su corazón, eso había terminado de flechar hasta su alma.


Ah, parece que sí tenía sentimientos. 

LA CHICA DEL COPETEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora