Catra se lamió los labios, ligeramente incómoda. Intentaba no tropezar con sus propios pies mientras mantenía la mirada clavada de grill, preguntándose si la chica a su lado vería muy infantil el que se pusiera a saltar las rayas una a una. Era una costumbre que había adquirido desde pequeña y aún a sus diecisiete años no se le quitaba con nada. Generalmente no le avergonzaba, pero por alguna razón le importaba lo que tenía que decir Adora al respecto, lo cual era absolutamente estúpido porque ni siquiera la conocía y además de eso, la rubia hacía lo que se le apetecía.
Justo como, que se había puesto a en cada cuadro como si le hubiera pasado ahora estado leyendo la mente. Canturreaba por lo bajo con una voz sorprendentemente bonita, adelantándose bastante hasta que estuvo a varios metros de ella y sólo entonces le regaló una brillante sonrisa mientras le llamaba con una mano para que se uniera a ella.
¿Y quién era Catra para negarse?
Así que imitó sus movimientos, soltando carcajadas sin razón, sin saber por qué se sintió tan alegre por estar compartiendo eso con alguien.
Cuando llegó a su lado, se había relajado lo suficiente para caminar con tranquilidad e ignorar el hecho de que Adora se había propuesto acompañarla a casa sin siquiera consultárselo. El silencio volvió a caer sobre ellas, esta vez más cómoda de su parte, porque su compañera no parecía haber sentido nada de la tensión que se construía a su alrededor. Ahora parecía esquivar inconscientemente todo lo que no le ayudara.
Volvió a pasar su lengua por sus labios. No sabía si sería adecuado indagar en su pasado; desde el comentario que había soltado Scorpia le carcomía la curiosidad. No conocía a Adora lo suficiente para saber cómo reaccionaría pero, de nuevo, las preguntas ayudarían con eso.
ꟷAdelante ꟷla suave voz de la chica interrumpió su pequeño debateꟷ, puedes preguntar.
Catra la miró espantada, lamentando ser tan obvia en ocasiones. Quería pedirle disculpas, pero la amigable sonrisa de Adora le decía que todo estaba bien y no había problema alguno con ser tan chismosa.
ꟷUhm ꟷjugó con sus dedos antes de tomar aire y soltar lo primero que se le vino a la cabezaꟷ, ¿estás bien con tu familia actual?
Por la expresión de Adora, dedujo que esa era la última pregunta que esperaba. Su boca ligeramente abierta y sus párpados moviéndose rápidamente gritaban confusión.
ꟷLo estoy, ellos son geniales. Me hacen feliz.
Catra sonrió tímidamente, contenta con la respuesta.
ꟷMe alegro ꟷdio un ligero apretón en su brazoꟷ. ¿Te importa si te acoso un poco más?
ꟷAdelante, nada de lo que hagas se igualará a lo que tengo planeado para ti.
ꟷ¿Perdona?
ꟷNada, que puedes preguntar ꟷsacudió las manos.
Catra le arqueó una ceja, devanándose los sesos en busca de algo que no tuviera que ver con "¿por qué tardaron tanto en adoptarte?". Sus consultas tenían límites de sensibilidad que no planeaba pasar aún.
ꟷ¿Quién te cuidaba en el orfanato? ꟷfue lo mejor que se le ocurrió, pero cuando salió de sus labios se encontró expectante.
ꟷUna mujer a la que llamo Tati, nunca recuerdo su nombre. Ella era muy extraña ꟷviniendo eso de ella, Catra no quería ni imaginarse a la mujerꟷ, pero también muy buena. Me tenía mucho cariño y yo a ella, suelo extrañarla en ocasiones, así que visito seguido el orfanato. Dice que está harta de verme pero en su habitación tiene recortes míos de mis sesiones de fotos.
ꟷ¿Sesiones de fotos? ꟷpreguntóꟷ. ¿De esas de niña donde tienes un vestido de princesa?
ꟷNo ꟷsacudió la cabeza, alzando los ojos hasta caer en el hogar frente a ella. Se sorprendió cuando se encontró con una casa de un rosa pálido, de ventanas blancas y flores abundantes colgando de macetas ancladas al techo del pórtico. Veía luces de navidad apagadas aferradas a troncos de árboles, uno de ellos de cerezo que llenaba el suelo bajo sus pies de flores preciosas. Estaba encantadaꟷ, soy modelo.
ꟷ¿Es así? ꟷCatra subió los escalones del pórtico y abrió la puerta de su casa mientras dejaba a Adora fascinarse con la vistaꟷ. Eso es increíble, me gustar... ¡Ah!
Su grito tronó en toda la calle con tanta fuerza que el corazón de Adora se detuvo por un segundo antes de golpear su pecho en busca de qué le había hecho reaccionar así. Cuando vio una rata escaparse entre los pies de la castaña, que daba saltos como una maniaca, sólo pudo fruncir el ceño.
Catra, con una mano en su pecho, le invitó a pasar. Ella la acompañó, sus ojos siguiendo el camino por el que se había escapado el animal.
La castaña caminó hasta la cocina y abrió la nevera, sirviéndole un poco de jugo de fresa. Adora aceptó con un "gracias", agarrando el vaso con ambas manos y llevándoselo a la boca. Era una imagen que Catra quería capturar en su teléfono porque se veía absolutamente adorable y encajaba de una manera impresionante con la decoración en tonos pastel de su cocina.
ꟷYo tenía un ratón ꟷcomentó la rubia de repente. Catra se giró de donde estaba buscando su recetario para preparar un postre, dispuesta a escuchar qué anécdota soltaríaꟷ. Tati me lo trajo. Lo encontró en la calle; no tenía pelo y su cola estaba cortada. Dijo que como no tenía pelo era más sano ꟷbebió otro sorboꟷ. Yo lo llamé Turus, porque creía que así se llamaba el ratón que traía las herramientas de la casa de Mickey Mause ꟷCatra ahogó una risa en parte enternecida, en parte divertidaꟷ. Era mi mejor amigo, se trepaba a mis hombros y dormía conmigo. Era muy obediente.
ꟷ¿Qué pasó con Turus? ꟷsus ojitos entrecerrados por la amplia sonrisa que se le había dibujado.
ꟷTati lo pisó por accidente, ¿y sabes qué me dijo? ꟷCatra negó incrédula y ella, imitando un acento de alguien que está acostumbrada a las cosas buenas de la vida, soltóꟷ: "Sólo era un ratón, Catra. Algún día tenía que morir".
No se sintió triste, pero sí un poco desanimada. Ese ratón había sido su primer amigo porque los niños del orfanato generalmente la evitaban; Adora siempre mantuvo en su cabeza que lo hacían porque no aguantaban que fuera más hermosa cuando ellos horrendos. Ese pensamiento perduraba hasta hoy y no se iba a ir hasta el día de su muerte y, quizá, más allá.
Saltó un poco cuando Catra volvió a apretarle el brazo en apoyo. No estaba acostumbrada a que la tocaran, tampoco a tocar, pero que la muchacha frente a ella lo hiciera no le molestaba. Catra olía a bebé, a limpia, con su piel suave. Ella quería acostumbrarse a su toque.
ꟷLo siento.
ꟷNo lo sientas ꟷencogió los hombros. Catra, aún preocupada, le dio la espalda para sacar los ingredientes necesarios. Adora le dio un lento recorrido de arriba abajo, mordiendo la yema de sus dedosꟷ, me siguen llegando recompensas.
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LA CHICA DEL COPETE
FanfictionAdora es inteligente y tonta a la vez, es preciosa y viste horrible, es muy amorosa y en ocasiones poco empática. Ella es tantas cosas que a Catra no le alcanzarían las palabras para terminar de describirla, pero en caso de Adora, ella puede describ...